
La industria de la piel de Bangladesh mueve mil millones de dólares al año, pero ese valor se cobra un alto precio para el gran número de trabajadores empleados en las curtidurías de piel del país. El proceso de curtido de pieles es altamente tóxico y los empleados se ven obligados a trabajar en condiciones terribles y expuestos a productos químicos peligrosos que también contaminan las aguas circundantes.
La corresponsal de VICE News Tania Rashid viajó a Daca, la capital de Bangladesh, para visitar el distrito de las curtidurías en el barrio de Hazaribagh -uno de los lugares más contaminados de la Tierra, según algunas organizaciones internacionales de investigación- y averiguar en qué condiciones trabajan los empleados produciendo pieles que posteriormente son comercializadas en todo el mundo.