Así es la vida de una estrella del Cosplay

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Así es la vida de una estrella del Cosplay

Se disfraza de sus personajes favoritos, le piden fotos y autógrafos y su reino no está en el cielo porque son los salones del cómic.

Del trabajo de Florencia Sofen, bueno, mejor dicho de Jillian, nos habló un gran amigo que anda muy metido en el mundo del cómic. Ya llevaba tiempo advirtiéndonos de que el cosplay era una fiebre entre los fans de los tebeos. Que ir disfrazado a eventos y convenciones se estaba convirtiendo en una verdadera religión. Con un montón de jóvenes devotos. Por eso teníamos que hablar con un cosplayer, y nos recomendó a Florencia. Una de las que más tirón tiene, y una verdadera artista de los 'costumes', como llama a sus trajes. Vamos a ver si nos enteramos de una vez de qué coño va todo esto.

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Vice: ¿Cuántos años tienes y cuándo empezaste en el mundo del cosplay?

Florencia Sofen: Pues… qué forma mas intensa de empezar (risas). Tengo 23 años y empecé hace unos siete años, pero no me lo tomé en serio hasta hace unos cuatro, que fue cuando vine a vivir a Madrid.

Siento la intensidad, iré aflojando, de verdad. ¿De dónde venías?

Nah, no pasa nada (risas). Me gusta empezar con energía. Soy de argentina, pero estuve viviendo en Valencia y ahora vivo en la capital, tanto por la carrera como por trabajo.

La carrera de cosplayer, te refieres…

No no, mi carrera profesional. El cosplay siempre ha sido un hobby y no pretendo que trascienda mucho más, no lo veo como una opción a largo plazo (que ojalá, pero hay que tener los pies en la tierra). En mi vida humana soy fotógrafa. Estudié audiovisuales, pero el asunto vídeo no me va.

Y cuéntame, a mí que no controlo mucho, ¿qué es el cosplay?

El cosplay le da un pequeño punto más interesante a disfrazarse. Consiste en llevar un disfraz ('costume') e intentar interpretar o actuar como el personaje ('play'), y mantener el personaje durante todo el evento o en el posado para fotografías y vídeo.

Es una forma de vida, ¿no?

Mentiría si te digo que no consume mucho tiempo. En este país no se puede vivir de ello y sería un error que fuera algo que marcara una forma de vivir. Se puede seguir una rutina de trabajo, se puede dedicar más o menos parte de tu horario semanal, pero hay muy pocas personas que puedan decir que el cosplay es una forma de vida para ellos.

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¿Cuántos 'costumes' tienes? ¿De qué te sueles disfrazar?

Uy, esa es una pregunta trampa (risas). Tengo una especie de 'registro' en una web que dice ya que tengo 42, pero sé a ciencia cierta que tranquilamente pueden ser unas decenas más. La cuestión es que soy muy de reciclar, uso trozos de uno en otros, los rompo, los vuelvo a hacer… ¡Hay que ser creativo en esto para que no duela el bolsillo! Eso sobre todo puede aplicarse, en mi caso, a las capas. Mi 'especialidad' es el cómic, americano y franco-belga, y, salvo algunos diseños particulares, hay muchas cosas que pueden pasar de Wonder Woman a Lyssa Drak, de Zatanna a Cassandra Kain.

¿Te gastas mucha pasta hacerte un disfraz?

Sí y no. Cuanto menos tienes para gastar, más creativo se vuelve uno y más manitas es. Evidentemente, te pueden facilitar mucho las cosas ciertos materiales, herramientas o técnicas, pero se pueden hacer estas cosas hasta con lo que tienes en tu propio armario y un par de botes de pintura. También depende de lo complejo que sea el traje, pero tranquilamente puede haber una diferencia abismal entre 10€ a 400€. El más caro de los míos fueron unos 80€ creo recordar.

Tienes que tener un armario grande para guardarlos todos, ¿no?

La clave son las maletas y las cajas. Pero mi habitación es un desastre. Si no tienes una buena organización, acabas bajo una avalancha abrumadora de textiles y materiales varios. Generalmente, donde menos cosas tengo es en el armario, todo esta en cajas y apilado, creo que es de lo más útil.

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Y cambiando de tema ¿os lleváis bien entre vosotros o hay piques?

En cualquier hobby hay piques. Pasa hasta en las mejores familias. Pero la competitividad, mientras te motive a seguir y mejorar, no es mala. Lo malo es cuando ya se convierte en algo más nocivo y realmente lleva a algunos a tener una actitud poco correcta. Eso si, son excepciones, por lo general suele reinar el buen rollo. A mí me gusta seguir en esto para seguir conociendo gente con la que compartir este gusto y momentos. Es bonito saber que, vayas donde vayas, habrá gente que, aunque no los conozcas, hay algo que te une a ellos.

Y una curiosidad, ¿se liga entre gente disfrazada?

(Risas) Pues algunos digo yo que sí… Pero yo no he tenido el gusto (más risas). Supongo que también algunos se sienten más seguros yendo con un aspecto que les gusta o enseñando el trabajo que tanto se han currado… Pero yo no suelo coscarme de esas cosas. Mi novio es guionista. Lo conocí yendo de cosplay, pero lo de hablar con él fue ya sin trajes, pelucas y prótesis.

Vamos, al natural, ¿no?

Es que con los disfraces se puede llegar a engañar mucho ¿Y si a los tres meses te levantas al lado de alguien que no reconoces sin llevar una peluca rosa? Quita, quita… que es más fácil que me vea con mis pintas normales.

Oye, Flor, y se gana dinero con esto, aunque sea poco.

Hombre, hay muchas formas de buscarlo… y sí, se puede rascar un poco. Algunos se crean Patreon, otros venden prints, hay quienes cobran por ir a eventos, otros tantos hacen y venden trajes por encargo. Quien tenga tiempo y quiera sacarse algo para seguir con esto o para sus gastos diarios, puede. Pero no te da para vivir ni de lejos. Yo soy fotógrafa y adoro la fotografía de cosplay, pero difiere mucho cuando hago las cosas para mí y mis amigos a cuando tengo que hacerlo de forma profesional para otros. Como que me tengo que poner seria de verdad.

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¿Cuáles son tus cómics y series favoritas?

Hablar de favoritos es como hacerme elegir entre mamá y papá… De cómics es muy difícil, me va por temporadas. Marvel, DC, Image, independiente… Pero si que tengo un pequeño hueco en mi corazón reservado para X-Factor, de Peter David, en Marvel, Green Arrow, en DC Comics, e Invencible, de Image. Aún así me dejo por el camino otras tantas que me han levantado muchas pasiones. Respecto a series, soy muy dada a las procedimentales, todas las que sean policiales, de investigación (sean realistas o no) o sobrenaturales. Así que quizá podría decir que American Horror Story me entretiene muchísimo, The Americans me encanta y ya para el relax, Castle. Películas es más fácil. Soy muy sentimentaloide en ese aspecto y creo que El Ilusionista y El imaginario del Dr. Parnassus tienen un valor muy personal. Las hay mejores, pero…

¿Y hasta que edad te ves haciendo esto? ¿Hay cosplayers, por así decirlo, veteranos?

Claro que los hay y esto no tiene edad. Los padres 'cosplayean' a sus hijos e incluso los propios padres van de cosplay. ¡Mi abuela se ha probado pelucas conmigo y me ha aconsejado para hacer trajes! Mientras tengas muy poca vergüenza y muchas ganas de pasarlo bien, no veo porqué no seguir haciéndolo. Yo espero que me dure la fiebre hasta lo que tenga que durar, con más o menos intensidad. Me lo paso demasiado bien.

Y, para terminar, ¿qué cosas raras te han pasado en salones del cómic o convenciones?

Uh. La verdad es que hay situaciones muy inquietantes y tiernas a la par. La más tierna que recuerdo fue cuando una mujer me pidió una foto con su hijo. Yo iba de Supergirl y pensé que el niño en cuestión tendría una edad suficiente para disfrutar y flipar en los salones. Pero no. El niño en cuestión tenia apenas dos meses e iba con un mono de Superman, en un carrito, completamente dormido y me lo dieron en brazos. La verdad es que ver que alguien así comparte la misma o más ilusión que tú con esto o a los niños cuando de verdad creen que eres su personaje favorito no tiene precio… Igualmente cuando conoces a los creadores de los personajes que llevas y admiran tu trabajo tanto como los admiras tú a ellos. En esos momentos nunca sé como reaccionar. También hay situaciones incómodas en las que te hacen preguntas que… en fin (risas) y otras tantas que te pillan por sorpresa. Estando de jurado en un concurso pude conocer a Ximo Bayo. Es parte de la gracia, no sabes nunca qué te vas a encontrar.