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Música

Sammy Diablo Jr.

Barack Obama se robó la frase de Sammy Davis Jr.

Sammy Davis Jr. en el piloto de Poor Devil de 1973. La imagen fue tomada de una copia pirata dos varos de aquella década.

Si nadie más está dispuesto a decirlo, entonces lo haré yo. Brack Obama se robó la frase de  Sammy Davis Jr. Estoy dispuesto a dejar pasar los parecidos más generales (su atractivo racial, sus esposas amazónicas, su forma de fumar), pero que el antiguo senador se haya apropiado del mantra de Sammy, es lo que me enfurece. Lo peor de todo es que a pesar de su supuesta retórica impecable, no sabe citar.

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Para ser honestos, la frase de Obama "Sí, podemos" nos recuerda a los eslogans vacíos de los viejos políticos que tanto detesta, y su falta de significado sólo ayudó a que hubiera más videos sin sentido en YouTube. Pero el sublime "Sí, puedo" de Sammy tiene un significado profundo. El "puedo" representa la negativa de Sammy a no reconocer cualquier barrera, ya sean las políticas de Jim Crow, las normas sociales, o las leyes contra la sodomía. Y el "Sí" es básicamente la respuesta de Sammy cuando alguien le ofrece algo.

Don Entretenimiento sólo necesitaba una invitación pera involucrarse en cualquier tipo de vicio. Desde caer hacerse un adicto hasta rebelarse contra los Republicanos, llevaba todo al extremo. Claro, todos se la jalan viendo porno, pero después de la efímera tendencia del "porno-chic" de los setenta (cuando las celebridades hacían fila para ver los talentos de Linda Lovelace en la gran pantalla en Deep Throat, y estaba en onda llevar a tu chica a ver una película porno), Sammy pasó sus años haciendo lo que quería, haciendo películas porno caseras de 35 mm durante las fiestas, visitando sets de películas para adultos donde trataba a las actrices como realeza hollywoodense, y, según su biografía, tomando clases de sexo oral con la mismísima Srta. Lovelace. Sammy explica en sus memorias de 1989, Why Me?: “Quería vivir todas las experiencias humanas.”

No hay mejor ejemplo de esto que cuando se involucró en el Satanismo. Cristiano de nacimiento, judío por elección, Sammy entabló una relación personal con Satán en 1968, durante una visita a el Factory, un antro del que era socio. Unos actores jóvenes con las uñas pintadas de rojo, las cuales representaban su devoción por la Iglesia de Satán, lo invitaron a una fiesta. Esta religión, con sede en San Francisco, y fundada por Anton LaVey, un fan del horror con un gusto por los carnavales, la cacería de fantasmas, y los antros, combinaba los intereses de LaVey en el paganismo antiguo, su talento con la publicidad, y su filosofía de apoyo a los excesos.

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Cuando Sammy llegó a la fiesta (cuyo tema resumió como "calabozos y dragones, y lujuria"), todo los presentes traían gorros y máscaras. En el centro de la "asamblea" había una mujer desnuda encadenada sobre un altar de terciopelo rojo. Pero Davis sabía que el menú para esa noche no incluiría un sacrificio humano. "Esa chica estaba feliz", escribió. "Y nadie le metería nada más filoso que un dildo".

Pero no todos los fanáticos en esta orgía correrían con esa suerte. Mientras Sammy fumaba mota y lo consentían, uno de los líderes se quitó el gorro. Resultó ser Jay Sebring, el peluquero del cantante. Sebring ha sido el estilista heterosexual hollywoodense más grande de todos los tiempos, y fue responsable del estilo descuidado que manejaba Jim Morrison, ayudó a Bruce Lee a llegar a la televisión, y estuvo comprometido con Sharon Tate. Durante la masacre de la familia Manson en 1969, Sebring fue atado a Tate, le dispararon, y después lo apuñalaron siete veces. La biografía en su página Sebring International (su compañía de cuidados para el caballo, la cual todavía existe), no menciona su participación en el satanismo, aunque hasta hace poco el logo de la compañía era un anj, un símbolo del ocultismo.    Sammy siguió yendo a las orgías satánicas y eventualmente se unió a la Iglesia de Satán, aunque la crónica de su asociación, presentada en Why Me?, difiere de la historia de la iglesia contada por el socio de LaVey, Michael Aquino, en 1983. La historia de Aquino es respaldada por varios memorandums satánicos de la iglesia. Sin embargo, cabe mencionar que el sacerdote satánico de cuarto grado era conocido por inventar documentos que según él había transcrito de conversaciones con demonios de alto nivel (su Diabolicon de 1970 cita a Satán, Asmodeus, y Leviatán).

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En 1972, después de años de fiesta con los hedonistas encapuchados, Sammy decidió poner todos sus huevos en la canasta de Beelzebub, y reinventarse como la primera estrella de una comedia satánica. Aunque ha habido peores ideas que llegan a la pantalla chica, puedo decir que el piloto para la NBC de Poor Devil (transmitido el día de San Valentín de 1973) es realmente enfermo. Invierte la historia del ángel Clarence de It’s A Wonderful Life, y Davis, un demonio minero, recibe la oportunidad de subir en el escalafón infernal (y al fin poder coger con la secretaria de Satán, una morena de fuego) si logra reclamar el alma de un contador en San Francisco, Jack Klugman. Después de 73 minutos intentando cumplir las fantasías vengativas de Klugman, el demonio de un ojo, con corazón de oro, siente lástima por su cliente y lo deja libre, y regresa a los hornos de azufre para un final medianamente cómico.

Incluso sin las exageraciones satánicas, es una película profundamente perturbadora en la que Sammy utiliza esa voz "inocente" y macabra con la que canta al principio de "Candy Man", y los chistes malos de esta comedia desalmada resaltan por la falta de un pista de risas. Pero lo que hace que este programa sobresalga, es su representación tan "realista" del infierno. La cultura pop nos ha dado mucho diablillos cómicos (Hot Stuff, la diablita de Al diablo con el diablo), pero nunca con tanto detalle. Lucifer es ni más ni menos que el verdaderamente escalofriante Christopher Lee (quien decidió mantener el mismo nivel de horror que las películas de Hammer Films), y su enorme oficina cuenta con un pentagrama gigante invertido detrás de su escritorio, y paredes en llamas. Cada diablo tiene un collar con un pentagrama, y Lee llama a sus sirvientes tocano un cuerno diabólico. Y sólo por si la referencia al Satanismo todavía no está clara, hay un punto en el que Klugman, buscando a Sammy, toma el directorio y dice: "Llamaré a la Iglesia de Satán, ellos sabrán dónde encontrarlo".

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Después de ver Poor Devil, Aquino, emocionado, le escribió una carta a LaVey, diciendo que el programa era un "excelente comercial para la iglesia". Se decidió que Davis sería nombrado miembro honorario de segundo grado de la Iglesia de Satán. La esposa hechicera de LaVey, Dianne, se preguntó: "¿Qué opinará el Sr. Davis de ser judío, negro y hechicero satánico?"

Al parecer la idea le iba muy bien. Davis les envió una invitación a un concierto en la bahía, donde aceptó con gusto un certificado de membresía, una tarjeta y una medalla de Bafomet, la cual usó durante todo el concierto. Después del concierto, Davis invitó a Aquino y a la hija de LaVey, Karla, a cenar, donde discutieron su interés por lo oculto, y les aseguró que Poor Devil no había sido una coincidencia. Al poco tiempo, el mismo LaVey se hizo amigo de Davis, quien empezó a aparecer en público con una uña pintada. Cuando Sammy se presentaba en la bahía, le guardaba asientos en primera fila a LaVey y sus amigos, y les mostraba su símbolo diabólico durante la presentación. Durante sus conversaciones privadas, Davis mostraba un interés profundo y apasionado por las filosofías satánicas, y se dice que LaVey consideró hacerlo un representante oficial de la iglesia.

Pero no estaba destinado a pasar. El primer golpe al ascenso del satánico Sammy fue cuando Poor Devil no se convirtió en serie poque, además de apestar, el piloto generó múltiples reclamos de grupos religiosos. Uno no puede más que imaginarse cómo habría sido la serie. ¿Klugman caminaría por la cuerda floja entre el cielo y el infierno, para terminar aceptando a Sammy como su esclavo satánico todas las semanas? ¿O sería una serie sobre celebridades que venden su alma, el Barco del Amor en el río Estigia?

El mundo nunca lo sabrá, y la Iglesia de Satán nunca sabrá lo que le habría deparado un líder como Sammy. Al principio, LaVey decidió mantener al grupo de Davis alejado, acusando al jefe de relaciones públicas de Samala, David Steinberg, de ser un "judío profesional" empecinado en alejar a Sammy del Señor de las Tinieblas. Para 1974, probablemente sin la influencia de Steinberg, Davis decidió seguir adelante. En Why Me? declara que “una mañana después de una ‘asamblea’ que no fue pura diversión y juegos… conseguí algo de acetona y me despinté esa uña roja".

En un extracto de sus memorias de 1980, Hollywood in a Suitcase, para el New York Post (el cual nunca llegó a la edición final) Sammy resumió sus experiencias diabólicas en el marco de su filosofía "Sí, puedo". "Fue un interés efímero, pero todavía tengo mucho amigos en la Iglesia de Satán… digo esto sólo para mostrar que sin importar los bizarro que algo sea, no lo juzgo hasta no saber todo lo que pueda sobre ello. La gente que me presenta una propuesta interesante sabe que soy alguien fácil de convencer".

Y vaya que lo fue. Hasta que un político aprenda a usar los pronombres, seguiré votando por Sammy.