FYI.

This story is over 5 years old.

VICE News

La difícil travesía de un joven soldado vegano en el ejército español

"Es como si fueras un extraterrestre".
Un miembro de las fuerzas armadas mira con prismáticos en un puente al lado del AVE en Guadalajara. Héctor Montufo/EPA

Este artículo se publicó originalmente en VICE News en español.

"Ser vegano en el ejército es duro, es como si fueras un extraterrestre; los compañeros flipan, no lo entienden y tus superiores hasta conjeturan con la posibilidad de que ello te debilite o no seas capaz de cumplir debidamente con tus obligaciones profesionales", explica a VICE News Vicente*, un soldado vegano que utiliza este pseudónimo para evitar que sus declaraciones le acarreen reprimendas en el seno de las Fuerzas Armadas españolas (FFAA).

Publicidad

MIRA:


Vicente lleva 8 años sirviendo en el ejército español y su trabajo le apasiona: "nunca he puesto una pega a nada y siempre he destacado como buen soldado por mi actitud, en pruebas físicas…". Un historial que ahora choca con sus convicciones éticas. Para este soldado del ejército de tierra sus "opciones morales y su forma de vida parecen cada vez menos compatibles" con su trabajo.

Los problemas para este joven militar empezaron hace tres meses, cuando decidió abstenerse definitivamente de comer productos de origen animal. "Hasta entonces, era vegetariano pero decidí dar este paso porque estoy en contra del maltrato que se da a los animales para producir alimentos", explica.

"Tus superiores hasta conjeturan con la posibilidad de que ello te debilite o no seas capaz de cumplir con tus obligaciones profesionales"

El problema real, precisa este joven vegano, no se da en el día a día "porque yo nunca como en el cuartel, me voy a casa", sino cuando tiene que marcharse de maniobras. La primera salida para realizar ejercicios tácticos tras haber decidido renunciar al consumo de productos de origen animales fue "muy dura".

"Antes de marcharnos, fui a hablar con mi superior y le dije que tenía un problema, que era vegano, y que quería saber si se me podía ofrecer alguna alternativa al menú ordinario durante los días de maniobra. Me dijo que lo consultaría y la petición se elevó hasta llegar a un teniente coronel", relata. Con todo, la respuesta llegó sin solución.

Publicidad

LEE:


El teniente coronel sugirió que si el soldado quería otro tipo de comida, trajera una receta médica o pidiera un menú para musulmanes. "¿Por qué si se respetan creencias religiosas como las del colectivo musulmán, adaptando el menú a sus creencias, no se da al mismo trato cuando hablamos de una opción moral?", lamenta el soldado.

En los mismos términos se expresa Jorge Sadaba, presidente de la Unión de Militares de Tropa (UMT), y consultado por VICE News en relación al caso de Vicente: "Es una opción que debe respetarse, porque es un derecho constitucional [en relación a la no discriminación, tal y como establece el artículo 14] y porque así se recoge en las normativas militares". Sadaba se refiere al artículo 185 de las Reales Ordenanzas de 1978 y al artículo 73 del Decreto Real 96/2009, que establecen que ninguno de los miembros de las FFAA podrán ser objeto de discriminación por razón de sexo, ideología o religión.

El teniente coronel sugirió que si el soldado quería otro tipo de comida, trajera una receta médica o pidiera un menú para musulmanes

De hecho, el artículo 4 de la Ley de derechos y deberes de las Fuerzas Armadas también establece que en las Fuerzas Armadas "no cabrá discriminación alguna por razón de nacimiento, origen racial o étnico, género, sexo, orientación sexual, religión o convicciones".

Con todo, no existe ningún reglamento específico sobre la forma de garantizar la no discriminación y tampoco, por consiguiente, de asegurar que se da cobertura a las necesidades especiales de alimentación de los diferentes colectivos, como los musulmanes militares. Esta comunidad recibe un trato especial gracias a un MESINCET, una especie de orden catalogada como mensaje sin clasificar que, en su momento, se distribuyó por las unidades de las FFAA informando que debía ofrecerse un menú adaptado para aquellos que profesando este credo que así lo requirieran.

Publicidad

MIRA:

El presidente de UMT asegura que aunque el ejército suele atender este tipo de solicitudes, en el caso de Vicente una de las mejores vías para conseguir hacerse oír tras haber recibido negativas por parte de sus mandos es elevar la demanda a alguna de las asociaciones militares profesionales. Estas organizaciones, como la propia UMT, se encargan de llevar al Consejo de Personal de las Fuerzas Armadas, los problemas o solicitudes que afectan a la vida profesional del personal militar.

"No se pueden reconocer derechos relativos a la orientación religiosa y, al mismo tiempo, desatenderse de aquellos que tienen que ver con convicciones laicas", añade Sadaba, quien considera que dar respuesta al caso de Vicente es una cuestión de previsión y no económica porque "no tendría porque suponer un coste adicional".


LEE:


Pero no todas las asociaciones profesionales opinan lo mismo. Antonio Martínez, presidente de la Asociación de Militares de Tropa y Marinería (AMTM), afirma que nunca había tenido noticia de ningún caso similar al de Vicente. En este sentido, arguye que es muy difícil dar salida a todas las peticiones de los soldados en este ámbito y recuerda que no hay ninguna ley o norma militar que regule de manera expresa los derechos de los militares en relación a su "orientación moral" y las peticiones o necesidades asociadas a estas convicciones.

Martínez considera, además, que una petición de estas características debería ir dirigida directamente al personal de cocina. En las maniobras, la función de cocinero es asumida enteramente por personal militar. Vicente también extendió su petición al servicio de cocina durante los días de maniobra.

Publicidad

MIRA:


"Les dije que no me tiraran salsa a la pasta, que me apartaran el arroz, pero lo consultaron y me dijeron que no había nada que les obligara a hacerlo, a preparar una ración para un vegano como yo", recuerda Vicente.

"Llegué a sentir rabia", reconoce el soldado. Vicente, que se llevó consigo algunas previsiones como galletas o pisto de verduras, tenía que ponerse en la línea para que le sirvieran la comida, a veces se la daba a alguno de sus compañeros que querían repetir o intentaba intercambiar verduras y pan por otras viandas como carne, huevo,…Otras, continua, "alguien se apiadaba de mí y me daba parte de sus reservas".

El problema, dice, es que si esto sigue así su camino en el ejército devenga impracticable.

Sigue a Maria Altimira en Twitter: @MariaAltimira

Luis Gonzalo Segura ha contribuido a la elaboración de este artículo.