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Kim Jong-un quiere fabricar un nuevo Messi para dominar el planeta

El líder supremo de Corea del Norte ha decidido cambiar las pruebas de misiles por las academias de fútbol para convertir a su país en un referente mundial.
Lionel Messi, possibly considering the Orwellian fallacies of Juche ideology // PA Images

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En los últimos días, según se han hecho eco varios medios, el dictador de Corea del Norte Kim Jong-un ha decidido dejar a un lado sus rutinarias pruebas balísticas de misiles intercontinentales y los abusos sistemáticos a los derechos humanos para dedicarse a otro tipo de conquista planetaria: ahora, el mandatario norcoreano pretende convertir el fútbol en una prioridad estratégica de la nación.

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El autócrata de la República Popular Democrática de Corea quiere criar a la próxima estrella del fútbol mundial, y lo quiere hacer en tierras norcoreanas. La intención del dictador, por supuesto, es utilizar el fútbol como una nueva herramienta de propaganda internacional. Ri Yu-II, entrenador de la recién inaugurada International Football School de Pyongyang, explicó la intención del nuevo programa gubernamental: "Entrenamos a nuestros jóvenes para que sean como los jugadores más talentosos, incluido Lionel Messi".

La meta de la International Football School de Pyongyang es bastante ambiciosa, aunque por ahora parezca algo exagerado. "Buscaremos dominar Asia en el futuro cercano", comentó Ri Yu-II. "Algún día espero que podamos dominar todo el mundo".

Kim Jong-un, aplaudido por un equipo de fútbol en Corea del Norte en una foto de 2013. Imagen vía Reuters

Actualmente, Corea del Norte está clasificada en el puesto 126 del ránking de la FIFA, 82 posiciones por debajo de sus archienemigos del sur. La última vez que compitieron en un torneo de primer nivel fue en el Mundial 2010, donde perdieron sus tres partidos y se comieron siete goles ante Portugal.

Después de dicho torneo, los jugadores norcoreanos fueron humillados públicamente y, según varias informaciones, al entrenador del combinado le obligaron a trabajar en la construcción. Si tenemos en cuenta este contexto, es difícil imaginar un escenario en el que el próximo Messi pueda triunfar, ya que un mal partido le podría mandar de cabeza a trabajar en una fábrica de aluminio por un período de tiempo indefinido.