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Champions League

Recordando las noches mágicas de Champions League en Wembley

Cuando arranque el encuentro entre Tottenham y Mónaco la tarde de este miércoles sobre el césped de Wembley, será la primera vez que este estadio albergue un partido de Champions League en tres años.
Batistuta scores against Arsenal at Wembley, 1999 // PA Images

Cuando dé inicio el partido entre Tottenham y Mónaco la tarde de este miércoles sobre el césped de Wembley, será la primera vez que este estadio albergue un partido de Champions League en tres años. El último encuentro se jugó una templada y húmeda tarde de mayo de 2013, cuando Borussia Dortmund se enfrentó al Bayern de Múnich en un partido desgarrador y de ida y vuelta. Mientras que la mayoría parecía apoyar al equipo menospreciado de Jürgen Klopp, el conjunto de Jupp Heynckes se robó el espectáculo. Ganaron con una combinación de futbol y compromiso total, y un gol tardío de Arjen Robben. Le arrebataron el trofeo de la Champions League a sus rivales y lo presumieron sobre el verde césped de Wembley.

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Fue una noche de aquellas y un recordatorio de que, cuando se trata de un partido de Champions League, el estadio de Wembley cobra vida.

Como sabrás, el "nuevo" Wembley no es el mejor recinto. Es un lugar horrible por muchas razones. Es costoso, un infierno de fórmica, una sala de espera corporativa donde el noble sueño del futbol encuentra su muerte. Pero tiene algo especial cuando se menciona a la Champions League, muy parecido al obsceno y lucrativo mundo del futbol moderno. Es inmenso, valeroso e increíblemente ostentoso.

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Tal vez por esto, más que cualquier otro evento, las finales de Champions League llevadas a cabo en el "nuevo" Wembley han sido memorables. El choque entre Dortmund y Bayern fue tan dramático, tan espectacular, que Wembley se vio atrapado en el hilo narrativo del juego. Bayern era el imperio maligno, Dortmund la alianza rebelde y, como el primero había anunciado el inminente fichaje de Mario Götze a pocas semanas de la cita decisiva, no fue difícil imaginarse que el partido sería una colisión entre lo bueno y malo. Al final del día, los "malos" ganaron. Pero una vez que lo piensas, el comportamiento del futbol moderno es precisamente el mismo.

El choque fatídico de Dortmund con el Bayern fue una centelleante noche europea en Wembley que se vio precedida por un evento de similar magnitud. Dos años antes, en mayo de 2011, el "nuevo" estadio había recibido su primera final de Champions League (y la primera para el viejo Wembley desde 1992, cuando la competición aún era conocida como Copa Europea). Manchester United se midió ante al conjunto todopoderoso del Barcelona, justo en la cima de su afamado tiki-taka. Se había dicho que sería el último juego de Sir Alex Ferguson antes del retiro pero, al final, el resultado fue tan claro que tuvo que replantear sus planes.

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Una vez más, Wembley se vio atrapado en la pujante narrativa. El United no tuvo respuesta ante los tres golazos de Pedro, Messi y David Villa, mientras Ferguson observaba desde las bandas. Algo nos decía que Ferguson había perdido su última oportunidad para sumar un trofeo europeo más a su carrera y, a pesar de que se retiró dos temporadas después, nuestro presentimiento se cumpliría. Un imperio se erigía, mientras otro caía, y Wembley se convertía en el nuevo recinto donde la batalla decisiva se había realizado.

A pesar de que es difícil comparar los partidos de fase de grupos del Tottenham con las ilustres finales de la última década, existe un precedente de dramatismo en Wembley en las primeras rondas de la Champions League. El último equipo que disputó sus partidos en casa en este estadio fue nada más y nada menos que el Arsenal quien, con la intención de incrementar el número de asistentes, cerró un trato para jugar en el maltrecho pero amado Wembley "viejo" en la temporada 1998/99, al igual que la campaña siguiente. A esto le siguió una serie de explosivas noches sobre el escenario continental, aunque por lo general fueron desastrosas para el equipo de "casa".

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Los hombres de Arsene Wenger no sólo terminaron eliminados en fase de grupos durante el tiempo que disputaron la Champions League en Wembley, también lo hicieron de gran forma. En noviembre de 1998, el Arsenal de David Seaman, Marc Overmars, y Nicolás Anelka —cómo olvidar a los cuatro de atrás—, terminó eliminado de la competición luego de perder 1-0 en casa ante RC Lens. Este era el espíritu del "viejo" Wembley en toda su gloria; un evidente contraste con su sucesor renovado. Arsenal fue superado, sobre la misma tierra que había albergado docenas de victorias inesperadas, por un equipo que terminaría en la sexta posición de la Ligue 1. Los fanáticos de "casa" la pasaron mal, pero el resto se deleitó con la gran postal.

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La temporada siguiente —resultado que nos sigue pareciendo vergonzosamente familiar en la actualidad— el Arsenal fue apaleado en casa por el Barcelona. Rivaldo, Luis Enrique, Luis Figo, y Phillip Cocu fueron los autores de las anotaciones; de esta forma llegó el final de Bergkamp, Overmars, Vieira y compañía. A la paliza de 4-2 a manos del Barça le sucedió una derrota por la mínima ante la Fiorentina, en la que Gabriel Batistuta fue el autor del único tanto, y de esta forma relegó al equipo de casa al tercer lugar del grupo.

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No es sorpresa que el experimento del Arsenal en Wembley terminara después de este partido y, en octubre de 2000, el "viejo" estadio cerró sus puertas para bien. El futbol europeo había aportado a Wembley lo que Wembley había aportado al Arsenal en la Champions. Resultó que la cuna del futbol había sido un reciento "local" para el conjunto del norte de Londres tanto como el Santiago Bernabéu. El Tottenham deberá estar consciente de la pésima fortuna del Arsenal cuando salgan a la cancha para enfrentar al Mónaco, en caso de que "Les Rouges et Blancs" pretendan seguir los pasos del RC Lens.

Los Spurs cuentan con suficientes compromisos en Wembley de donde adquirir inspiración. Ha habido grandiosos goles, memorables actuaciones y momentos inolvidables en un abrir y cerrar de ojos. En la era moderna, Wembley ha sido el hogar de los partidos de exhibición, y en su pasado dorado fue la escena de varios resultados decepcionantes para el Arsenal. Si esto no es un presagio para Tottenham en esta temporada, entonces no sabemos qué pueda serlo.

@W_F_Magee