En estos rincones legendarios comen los universitarios de México

En México es común usar el término estudihambre para referirse a esa especie (lejana del peligro de extinción) de estudiantes que tiene pocos pesos para comer durante sus largas jornadas en la universidad y a mitad de la clase se la pasa pensando a dónde irá a comer algo bueno, abundante y barato.

Hoy recordamos algunos de los puestos que, durante años, han dado de comer a millones de estudihambres de estómago exigente.

Solo podemos decir: larga vida a todos estos puestos, changarros o restaurantes, y eterno agradecimiento por sus nobles servicios puestos al servicio de los glotones y hambreados estudiantes del país.

Un clásico, entre los clásicos. Este variado complejo gastronómico, que frecuentan los alumnos de distintas facultades de la UNAM, está alojado en la franja que divide el campus central de Ciudad Universitaria, de los territorios de Copilco.

Imposible pasar por alto los Alambres Chabe, los famosos cafés helados "de la esquina", los hot dogs baratísimos de la calle de Filosofía y Letras, los diablitos (granizados con chamoy) en Chamukos y los Panepis (empanadas) orgánicos porque antes de que llegara la ola hipster a la UNAM, ya eran favoritos de muchos.

Es una caseta dentro de la Facultad de Veterinaria de la Universidad Autónoma Benito Juárez de Oaxaca (UABJO) —que cuando no está en servicio podría pasar desapercibida— un pelotón hambriento hace fila para arrasar con sus famosos tacos, gracias a los que recientemente ganó el título de la mejor cafetería de esta universidad.

El lugar se ha hecho tan famoso, que sus clientes frecuentes suelen ser maestros de las facultades de Derecho, Ciencias Químicas y Contaduría. Si alguna vez tienes oportunidad de ir, vas a darte cuenta de por qué sus tacos de carnitas, de tasajo, milanesa y cochinita pibil, son tan célebres. Y quizás una orden de tacos te salve de reprobar una materia.

No hay persona que estudie, trabaje o viva cerca del IPN, que no haya sucumbido ante los encantos de Los Compaches. ¿Tacos de nuevo? ¡Sí! Y estos son increíbles, baratos (cuestan 10 pesos) y abren desde las 10 AM hasta agotar existencias, por ahí de las 6 PM.

En este puesto callejero puedes armar un taco a la medida de tu hambre, pues hay infinidad de acompañamientos como: frijoles, papitas, cebollas picantes, nopales y salsas súper ricas (la roja es la mejor). Según Orlando Tejeida, estudiante de Economía y fiel cliente de Los Compaches, los de bistec y los de alambre son los mejores.

Es un clásico entre los estudiantes del TEC Campus Guadalajara. En El Ranchero empezaron con un puesto de tacos en la banqueta, en un barrio cercano a la universidad, y hoy ya tienen ¡doce sucursales! Esta en especial, que está frente al campus en la capital jalisciense, alberga los mejores tacos de barbacoa dorados y planchados de la redonda, y muchos estudiantes zombies del TEC.

Seguro los maestros ubican perfecto a los alumnos crudos que acaban de comerse unos "volteados" (nombre común con el que llaman a estos tacos de barbacoa), porque el olor es INCONFUNDIBLE y se puede percibir a kilómetros de distancia.

Ni hablar. Hay que alimentarse para aprender mejor.

José Manuel Estrella es uno de los héroes de la comunidad de alumnos de Antropológicas, en la capital del estado de Yucatán. Desde un viejo carro, que estaciona bajo una sombrilla gigante, surte de tortas de milanesa, de pierna, kibis (comida libanesa), polcanes (botanas similares a las gorditas, rellenas de frijol blanco y con lechuga arriba), a cientos de sus jóvenes clientes, a quienes de paso les lanza albures (una forma mexicana de jugar con el doble sentido) cada que puede.

Don Chucho es un personaje, por donde se le vea. Dice que llegó hasta el estacionamiento de dicha facultad para lavar carros y poco a poco los alumnos fueron pidiéndole que les vendiera comida.

Hizo la prueba, fue todo un éxito y ahora también incursionó en el mercado de los jugos naturales de fruta, que ofrece en botellas recicladas y que aísla del calor endemoniado de Mérida metiéndolos en una vieja (y por todos conocida) hielera blanca.

Todos tuvimos nuestro puesto consentido de comida universitaria. Esa es una verdad indiscutible ¿cuál era el tuyo?