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EXO

Vale, los alienígenas han contactado contigo. ¿Y ahora qué?

Pautas protocolarias de actuación tras la detección de vida extraterrestre.

Gracias a los recientes avances en la tecnología de búsqueda de vida extraterrestre, la posibilidad de contacto parece hoy más cercana que nunca. De hecho, Seth Shostak, director del Instituto SETI (iniciales en inglés de Búsqueda de Inteligencia Extraterrestre), cree que hay muchas probabilidades de que tengamos noticias de extraterrestres en el plazo de dos décadas. Es una perspectiva muy emocionante, especialmente teniendo en cuenta que el SETI lleva medio siglo rastreando el cosmos sin suerte, pero también suscita una intrigante ―si no preocupante― pregunta: ¿qué hacemos después de contactar?

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Afortunadamente, en 1989 varios de los investigadores más destacados del SETI que trabajaban en la Academia Internacional de Astronáutica (AIA) se reunieron para solucionar este problema.

"La historia del SETI se remonta en realidad a 1960, con la obra pionera de Frank Drake, pero en la década de 1980 empezó a tomarse un poco más en serio", indicó Paul Davies, físico teórico en la Universidad Estatal de Arizona y portavoz del grupo de trabajo posdetección del SETI en la AIA. "Así que algunas personas pensaron, está muy bien que hagamos esto, pero si detectamos algo, ¿qué pasará a continuación?".

La respuesta a esta pregunta fue el protocolo posdetección del SETI, diseñado por miembros de la AIA. Este protocolo contenía nueve principios que ponían especial énfasis en la confirmación rigurosa de una posible señal extraterrestre, así como en las mejores maneras de contener las repercusiones potenciales del primer contacto. Por desgracia, la AIA no es una organización gubernamental, de modo que sus protocolos no son legalmente vinculantes y ningún gobierno ha abordado hasta ahora el tema de crear una política nacional poscontacto (aunque hace algunos años se propagó el rumor de que la ONU había designado un punto oficial de contacto extraterrestre en la Oficina de Asuntos del Espacio Ultraterrestre). De modo que, exceptuando cualquier enlace extraterrestre que haya en las Naciones Unidas por ahora, el plan posdetección de la AIA es el único que tenemos.

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En el tiempo inmediatamente posterior al primer contacto, los principios de la AIA sugieren que cualquiera que crea que haya detectado una señal extraterrestre debería intentar hacer cuanto esté en su mano para verificar que la señal no es resultado de alguna causa natural o humana. Si el descubridor original decide que la señal que ha encontrado es de origen extraterrestre, antes de alertar al público la AIA aconseja que informe a todas las instituciones de investigación pertinentes para que estas puedan tratar de verificar la señal de forma independiente. Si esas otras instituciones confirman en efecto que se trata de una señal alienígena, la noticia deberá compartirse con el mundo a través de la Unión Astronómica Internacional y deberá notificarse a la Secretaría General de Naciones Unidas, pero el descubridor de la señal tendrá el privilegio de hacer el anuncio.

El resto de los principios ahondan en los detalles técnicos de lo que habría que hacer después del primer contacto, como asegurarse de que los datos derivados de la señal se almacenan de tal modo que nunca se pierdan, además de reservar la banda de radio en la que se haya descubierto la señal para futuras labores del SETI, por si los alienígenas decidieran volver a llamar.

Resulta importante destacar que los principios posdetección determinan que no deberá enviarse respuesta alguna hasta que se hayan llevado a cabo "consultas internacionales". El hecho de si es buena idea o no enviar un mensaje a los alienígenas es un tema ferozmente debatido en el mundo del SETI, pero muchos investigadores creen que es una mala idea. Pero incluso si se decidiera que hay que enviar una respuesta, sigue estando la importante cuestión de quién hablaría por la Tierra y qué diría en su nombre.

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Pero remontémonos un poquito. Si los alienígenas contactan con nosotros, los investigadores del SETI creen que con toda probabilidad será en forma de señal de radio, en lugar de que un objeto físico o un ser extraterrestre hagan una visita a la Tierra. La pregunta es, ¿cuál es la importancia de esa señal?

Eso depende de diversos factores, como si la señal de radio contiene un mensaje o es simplemente una señal sin significado alguno para que sepamos que no estamos solos. Las consecuencias de estos dos tipos diferentes de señales _la que contiene un mensaje y la que no_ podrían ser muy importantes en términos de su repercusión en las vidas de los terrícolas. ¿Qué pasaría si la que contiene un mensaje incluyera instrucciones para desarrollar asombrosas tecnologías extraterrestres? O, por el contrario, ¿qué pasaría si contuviera una declaración de guerra?

Además, ¿desde dónde se está emitiendo esa señal? ¿Procede de un planeta similar a la Tierra que gira en torno a Proxima Centauri, o de una galaxia muy, muy lejana? Ambos ejemplos seguirían siendo bastante asombrosos, pero en el primer caso cabría la posibilidad de una visita física, o al menos de mantener una conversación con los extraterrestres. Pero si la señal surgiera de un sistema solar situado a cientos de años luz, el tiempo entre el mensaje y la respuesta podría extenderse a lo largo de varias generaciones sobre la Tierra.

Para ayudar a cuantificar la importancia de un primer contacto, un grupo de investigadores del SETI crearon algo llamado la escala de Río en 2000. Esta escala abarca distintos tipos de contacto, desde el más significativo (10) hasta el menos significativo (0). En el extremo más bajo de la escala habría algún tipo de evidencia de "astroingeniería" o una señal de baliza que tuviera como fin llamar la atención, que se descubriera en algún lugar situado fuera de la Vía Láctea y que solo se produjera una vez. En el extremo más elevado de la escala habría una señal que contuviera un mensaje emitido constantemente hacia la Tierra y que se produjera dentro de nuestra galaxia, o incluso dentro de nuestro propio sistema solar.

De modo que, si se descubre una señal que ocupa un lugar elevado en la escala Rio, ¿qué sucederá a continuación? Bueno, esperemos que el descubridor siga los protocolos posdetección de la AIA y mantenga el descubrimiento en secreto hasta que pueda verificarse más allá de toda duda razonable. Pero incluso esto se ha convertido en un cometido dudoso gracias al auge de las redes sociales, algo que los autores originales de los protocolos de la AIA no podrían haber previsto en 1989. Durante una exposición del SETI en el Congreso Internacional de Astronáutica del año pasado, un abogado espacial llamado Les Tennen compartió su preocupación sobre el hecho de que los protocolos de la AIA deben actualizarse para tener en cuenta las redes sociales, lo que haría que contener el descubrimiento hasta su verificación fuera mucho más difícil que hace un cuarto de siglo.

"En estos tiempos de redes sociales, es casi imposible mantener algo en secreto durante más de unas pocas horas", afirmó Davies. "Se tardará mucho más en comprobar [la veracidad de una señal], no creo que vayamos a conseguir una señal perfectamente reconocible, sino más bien algo justo al límite de la detección. Será un proceso prolongado que posiblemente se tarde décadas en resolver".

Pero incluso aunque los científicos del SETI mantengan el descubrimiento en secreto hasta que se haya verificado ―tanto si el proceso lleva unos meses como si se tarda años―, no hay garantía sobre el modo en que reaccionará la gente ante la noticia. Como se señalaba en un informe elaborado en un taller de la NASA en 1993, "las reacciones ante una detección pueden abarcar desde la indiferencia hasta el entusiasmo o la ansiedad catastrofista, pasando por una paranoia a escala mundial. Algunas reacciones probablemente serían irracionalmente extremas o incluso violentas".

Por desgracia para la AIA, los protocolos posdetección que han creado no están respaldados por ningún gobierno ni entidad legal (y hasta el día de hoy ningún gobierno ha abordado seriamente la cuestión de los protocolos poscontacto) así que la cuestión de si serán capaces de atemperar la posible histeria que se produzca tras la revelación de un contacto sigue quedando abierta. Por ahora, sin embargo, es lo mejor que tenemos, así que hasta que recibamos el primer "hola" del cosmos, probablemente lo mejor será que tomemos ejemplo de los británicos y mantengamos la calma: KEEP CALM, MY FRIENDS.