Por qué los Juegos Olímpicos pueden cargarse la esencia del skate
Un skater llevando la antorcha olímpica en São Paulo días antes de la confirmación de la disciplina para los Juegos Olímpicos de Tokio 2020. Foto de Paulo Whitaker, Reuters

FYI.

This story is over 5 years old.

una relación de amor-odio

Por qué los Juegos Olímpicos pueden cargarse la esencia del skate

El profesionalismo en el mundo del skate siempre ha sido una cuestión muy polémica, y ahora ha llegado el movimiento olímpico para echar más leña a una guerra de polos opuestos.

Sigue a VICE Sports en Facebook para descubrir qué hay más allá del juego:

Hace una semana, poco antes de la inauguración de los Juegos Olímpicos de Río de Janeiro, el Comité Olímpico Internacional confirmó la inclusión de cinco nuevos deportes para Tokio 2020. Entre ellos estaba el skateboarding, un hecho que ha dividido al colectivo skater en todo el mundo.

Para empezar, muchos practicantes de la disciplina dudan de que lo suyo sea un deporte. Si estás en la calle, en los spots de cualquier ciudad, normalmente te hablarán de un estilo de vida o una cultura, de cómo el skate se alimenta de ser una modalidad que va a su rollo.

Publicidad

Es un argumento válido, pero también es indudable que hace ya muchos años que entre los X Games, la Street League y otras competiciones oficiales, una parte del colectivo skater ha tomado la autopista hacia el profesionalismo. Los críticos ven una pérdida de la esencia, mientras que los partícipes de la 'evolución' ven la oportunidad de vivir de lo que realmente les gusta… ¿a quién no le interesaría eso?

Más skate: El taller que da segunda vida a las tablas

Con el anuncio del COI, el debate ha vuelto a tomar fuerza: unos ven una sentencia de muerte para el skate, mientras que otros ven un futuro paradisíaco.

"Creo que sería increíble. De la misma forma que la Street League ha tenido un impacto positivo, los Juegos Olímpicos nos darían más tiempo de televisión en directo, nuevas oportunidades de mostrar lo que hacemos a gente de todo el mundo", explica a VICE Sports Evan Smith, uno de los últimos skaters en conseguir entrar en el selecto grupo de profesionales de la SLS.

Evan Smith, firmando un autógrafo mientras le pasan una birra en el SLS Pro Open Barcelona 2016. Foto de Guille Álvarez

Ya tenemos un punto a favor. "Imagina poder ser medallista olímpico, sería la hostia. Conseguir el oro haciendo lo que más te gusta, ¡claro que sí!", añade Smith, que confiesa medio en broma que aun así le haría más ilusión aparecer en una caja de cereales.

Entre los que han apoyado la irrupción del skate en los JJOO encontramos a leyendas como Tony Hawk —que defendió el proyecto en la asamblea del COI— y Shaun White, que tiene dos oros olímpicos en snowboard, otro deporte que vivió una introducción olímpica polémica.

Publicidad

"Será muy positivo, sobre todo de cara a la opinión pública. Por fin se verá al skate como un deporte y a los riders como atletas. Es cierto que, como defiende nuestro proyecto, no se trata de un deporte exclusivamente de competición, hay mucho más detrás", cuenta Roger Planas, director del Skate Agora BDN y presidente del Comité Nacional de Skateboarding (CNS).

Dani Lebrón (de azul) y Joan Galcerán son dos de las pocas personas en España que pueden ganarse la vida patinando. Foto de Guille Álvarez

"El mundo del skate está dividido, hay quienes les atrae la competición y quienes jamás verán un evento oficial porque el skate, para ellos, es la calle y la cultura. En este sentido, los skaters son mucho de quererlo o odiarlo, sin términos medios", argumenta Planas.

La opinión del skater catalán Joan Galcerán ilustra a la perfección la relación amor-odio con el olimpismo: "Es complicado, ya que viendo la de gente que está en contra es difícil tomar partido. Si es algo que puede ayudar al skate, pues adelante". El alicantino Dani Lebrón, uno de los veteranos de la escena skater en España, tiene un punto de vista similar: "La gente está dividida, pero a mí me parece genial. Todo lo que ayude a dar más notoriedad al skate es bueno".

Otro elemento positivo sería la apertura de nuevas puertas para skaters de distintas partes del mundo. En las principales competiciones, la mayoría de pros son de Estados Unidos y cuatro países más. "Será bueno para ver a gente de otros países competir al máximo nivel", apunta Lebrón. Según los planes oficiales de la organización, en Tokio 2020 habrá 40 hombres y 40 mujeres sobre el skatepark. De ser así, sería un gran paso adelante para las chicas.

Publicidad

Las tres ganadores en categoría del Extreme Barcelona 2016 con sus medallas… que ahora podrán ser olímpicas. Foto de Guille Álvarez

"Habrá mucha más gente que nos vea, vamos a conseguir muchos apoyos y se van a construir más skateparks y escuelas de skate", reflexionó Leticia Bufoni en una entrevista con ESPN. Por supuesto, todavía nos queda abordar las numerosas opiniones contrarias, respaldadas por otros pesos pesados como Tony Alva o Jerry Hsu.

"Uno de los grandes problemas serán los test antidopaje, sería complicado ya que la mayoría de skaters consumen alguna cosa de vez en cuando", comenta Galcerán sobre uno de los puntos más controvertidos. En cualquier evento de skate, la cerveza, los porros y otras sustancias son un elemento habitual… incluso en las grandes competiciones.

Evidentemente, los valores de los JJOO nunca permitirían eso, o sí. Estrellas del calibre de Michael Phelps y Usain Bolt han admitido que han fumado marihuana y aquí siguen, sumando medallas.

Boo Johnson ya reconoció que no dejaría sus 'aficiones' para poder participar en los Juegos Olímpicos. Foto de Guille Álvarez

En la calle es donde las opiniones son más fuertes. Lejos del profesionalismo, la esencia del skate saca pecho. "¿En qué momento el skate ha sido aceptado por la sociedad como un deporte?", se pregunta Jordi, de 26 años, en uno de sus spots favoritos en Barcelona. "Cuando tenía 14 años y patinaba la gente me miraba mal cuando iba por la calle, no sé si por el ruido o por el cliché de que el skate era de drogatas".

"Tengo la opinión dividida, porque el skate es más cultura que deporte, es salir de fiesta y a la mañana siguiente grabar cuatro trucos y sacarte unas pelas si eso", apunta Joan, que entra en el debate. "Por otra parte, hay una clara tendencia al profesionalismo y es la que ha provocado todo esto, que será bueno para dar notoriedad a la faceta deportiva".

Publicidad

En la red ya circula una carta —con más de 7 000 firmantes— que pide al COI y a su presidente Thomas Bach que no incluyan el skate en los Juegos Olímpicos. "El skate no es un 'deporte' y no queremos que sea explotado y transformado para encajar en el programa olímpico", reza la misiva.

Un skater hace un truco al lado de una turista en el MACBA, una estampa habitual en las calles de Barcelona. Foto de Daniel del Río

Probablemente, la irrupción en los JJOO es un nuevo síntoma de lo que más temen los puristas: que se pierda la libertad y los valores originales de la disciplina. "Ya hace tiempo que las grandes marcas han entrado en el juego, y solo con eso ya se cargaron buena parte de la cultura y esencia del skate en sus inicios", reflexiona Joan.

"Ahora está de moda, pero como todas llegará a su fin y volverá el mismo resentimiento social contra el skate", añade Jordi. "Cabe recordar que en la mayoría de ciudades aún está prohibido patinar por la calle y se multa por ello". ¿Ayudaría ver a los riders en el mayor evento deportivo del mundo? Quizás sí o quizás no, ya que podrían decirte que lo hacen en skateparks y no en la calle.

Todavía hay más incógnitas que podrían erosionar la esencia del skate: ¿llevarían uniformes los atletas? ¿sería obligatorio el uso de casco? La propuesta aprobada por el COI, de momento, no las resuelve.

La conclusión es que estamos ante un conflicto irresoluble: o te encanta la idea o la aborreces. Una cosa es segura, el skate será olímpico en 2020.

Sigue al autor de este artículo en Twitter: @GuilleAlvarez41