Renací como drag en mi primer viaje de ácido
Ilustración por NISEIKO.

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Lisérgicos

Renací como drag en mi primer viaje de ácido

¿Y si después del papel fuéramos más nosotros?

Al igual que muchos, Esteban solo buscaba probar el LSD. Quería descubrir a dónde lo llevaría su boleto impregnado en ácido. No sabía que durante este viaje surgirían inquietudes, y menos que hallaría respuestas y el impulso de seguir explorando su universo interior. Esteban ignoraba, entre muchas otras cosas, que con él viajarían los personajes que finalmente darían forma a Jano Von Scorpio, un personaje drag al que hoy encarna con gran satisfacción y al que alimenta con periódicas sesiones de ácido y alucinaciones.

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Esteban Velázquez tiene 26 años y es diseñador visual, graduado en Bellas Artes en la ciudad de Medellín, Colombia. Durante su proceso en la universidad se especializó en el área de moda, por lo que aprendió a coser, a maquillar, el arte y la técnica de la fotografía. Trabajó como fotógrafo durante un tiempo, pero administra su propio restaurante vegetariano. Además continúa haciendo trabajos freelance en el área de las artes visuales, pero aclara que solo en aquellos proyectos que le interesan realmente, una determinación a la que llegó como parte de su proceso de transformación, conminado por el LSD.

Conversamos con Esteban para conocer la historia de su viaje psicodélico y poder transmitir a través de este artículo los hallazgos que le permitieron acercarse a lo que hoy considera su mejor yo.

VICE: ¿Cómo entraste al mundo del LSD?
Esteban: Siempre me habían llamado la atención los psicodélicos, pero no sabía cómo conseguirlos. La cosa fue muy experimental. Un amigo de la universidad me contó que había conseguido un gotero de Holanda, entonces acepté. Esa fue mi primera dosis. Desde entonces lo he venido usando más que con fines recreativos, para fines terapéuticos y como parte de mi proceso creativo.

¿Cuándo comenzaste a usar el LSD?
La primera vez que yo lo probé fue en junio del 2015. Durante el primer año fueron dosis muy esporádicas. Pero desde julio del 2016, más o menos, lo hago dos o tres veces al mes. Todavía no hago microdosis, solo una dosis normal. Un papel completo dos o tres veces al mes dependiendo de qué tanto trabajo tenga o cómo esté de ánimo.

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¿Siempre habías querido tener un personaje drag o fue algo que descubriste en LSD?
La cosa fue más o menos así: yo siempre he creído que el LSD hace lo que uno quiera y en cierta manera las alucinaciones se alimentan de lo que uno ya tiene como parte de su conciencia. Creo en la reencarnación, en vidas pasadas y todo eso; cuando tuve ese primer viaje me pasó que pude ver y pude sentir a través de mí diferentes vidas pasadas y vidas futuras, vidas en otros universos. Desde esa experiencia empezó ese cuento de crear un personaje para mí. Yo no sabía que iba a ser un personaje drag. A mí el personaje drag me gustaba como espectador, no para hacerlo, sino para observarlo y para disfrutarlo. Nunca dije “yo me quiero maquillar y quiero hacer esto”. Entonces empezó a estar detrás de mi cabeza esa idea de “tengo estos personajes y quiero empezar a plasmarlos de alguna manera en el cuerpo espiritual en el que yo estoy”.

Jano Von Scorpio nació como una manera de plasmar esas personalidades y de reconciliarme con ellas. Los primeros personajes eran el maestro, la rabia, una sacerdotisa espacial que destruía planetas y cosas así: cada uno era una manera de reconciliarme con algún aspecto. Quise reconciliarme con esa oscuridad que hay en uno y de ahí fueron saliendo esos personajes hasta que se fueron dando a conocer. Después llegó la parte del performance y la parte de hacer shows y apariciones en público, pero la idea originalmente era poder crear esos personajes.

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Cómo supiste que debías desarrollar el personaje.
Pasaron muchas cosas ese día. Nos tomamos las gotas que habíamos comprado y, pasados unos treinta minutos, nos empezó a dar mucho calor y comenzaron las sensaciones, la sinestesia, etcétera. Yo acariciaba mis muebles porque todo eso era muy nuevo para mí. La música que nos ambientaba se empezó a poner muy densa y en un momento el bajo estalló. No fui capaz de sostenerme y me tiré al suelo. Cuando lo hice, sentí que me tocaron el hombro y vi como una especie de mujer (luego haciendo ese personaje me di cuenta de que esa mujer había sido yo mismo) que me dijo: “Yo soy el LSD y te voy a mostrar, te voy a levantar el velo de los ojos”. Yo sentí que me abrazó.

Cuando eso pasó, me miraba las manos y el cuerpo y ya no veía solo mi cuerpo de siempre, sino que me veía como compuesto de galaxias y nebulosas. Ya no me sentía en mi casa. Intenté mirar al suelo y no lo vi, sino que observé el momento en que mi mamá me esperaba en el parto. De pronto sentí como si me hubiera convertido en agua y caí sobre ella. Inmediatamente después me vi en una cueva semejante a una geoda gigante. Dentro de la cueva, las caras de muchos personajes se reflejaban en sus paredes de cristal. Aunque yo siempre había creído en la reencarnación, en ese momento se volvió todo real, como hablar de que el cielo es azul o de que el agua moja. Fue en ese momento que yo dije “no soy solamente un ser humano, no soy solamente este pedazo de carne y esta mente, sino que hay un montón de cosas dentro de mí. Este cuerpo es un disfraz de Dios”.

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Supe que en mí había una parte divina disfrazada de ser humano, entonces en mí tienen que existir todos esos personajes que yo estoy sintiendo que van a salir. Por esa fuerte experiencia decidí darles vida a estos personajes. Sentí la necesidad de seguir extrayendo de esa experiencia esas las cosas que experimenté, que no era un solo ser humano, que mi energía, mi ser, mi alma no cabían en este cuerpo, sino que era una fraccioncita de lo que yo era. Ahí fue cuando empecé a desarrollar ese personaje.

¿Quién es tu personaje y qué representa para ti?
Mi personaje se llama Jano Von Scorpio. El nombre viene del dios romano con dos caras que representaba el principio y el fin de las cosas y también de los procesos. Jano es una manera de mirar hacia mis vidas pasadas y mis vidas futuras, de mirar también hacia lo femenino y lo masculino que hay en mí. Al ser un dios de doble naturaleza, mi personaje no tiene género, no es hombre ni mujer. Yo no trato de producir una ilusión femenina como la mayoría de los drags; lo mío es una celebración y un empoderamiento de los aspectos positivos que hay en ambos géneros. Von Scorpio porque von en alemán significa “de”, y Scorpio porque considero que tengo muchas características de ese signo. Aunque no creo fielmente en los signos zodiacales, me basé en las coincidencias.

Todo el proceso ha sido muy interesante porque por ese primer viaje en LSD fue que me decidí a renunciar al trabajo que tenía. Uno se mete en zonas de confort y le da miedo salir, entonces en ese primer viaje vi todo lo que yo era y me di cuenta de que la vida no podía ser simplemente pagar unos servicios, un a renta y comer; tiene que haber mucho más. Yo nunca me he sentido inconforme con mi cuerpo, con el género que escogí para nacer, pero sí sentía que no encajaba porque no era un hombre muy masculino, pero tampoco muy femenino. Soy gay, entonces no encontraba exactamente cuál era mi lugar y precisamente vistiéndome de drag, poniéndome tacones, peluca y maquillándome me pude encontrar con esa parte masculina tan fuerte mía, me pude redescubrir como un hombre, también aceptar esa parte femenina y sobre todo entender que soy un ser hermoso. Haberme hecho Jano me abrió un mundo de posibilidades y de cosas. Me hizo entender que, aunque este cuerpo es el cuerpo de un hombre, hay un montón de cosas adentro: hay una mujer, hay un hombre y muchas cosas más. Entonces Jano es una manera de cerrar ciclos y es un aprendizaje en el que me divierto mucho, en el que la gente me adora y me da mucha atención y mucho amor y es también la posibilidad de seguir descubriéndome y aceptándome.

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Fueron varios los personajes que lograste ver y en los que te viste reflejado. ¿Por qué te quedaste con Jano?
Cada personaje refleja una emoción o un estado de ser diferente y realmente fue más hacia eso con lo que me conecté. Me conecté con esa sensación de ser otra persona, de ser otro ser distinto no necesariamente humano, no necesariamente físico. Sentir eso vino acompañado de la necesidad de plasmar esas sensaciones. Jano es la reunión de esos personajes, porque Jano habla de esa totalidad. Jano no nace en el primer viaje, sino que es la suma de todos esos seres, es un compendio.

¿Ha crecido tu personaje en cada viaje en LSD?
Sí. La creación de Jano ha sido un ejercicio terapéutico, al igual que creativo. Para mí han sido dos cosas que han ido de la mano. Uno crece y mejora la técnica de vestuario y maquillaje, pero también va incorporando nuevas características. Últimamente he disfrutado mucho las visiones geométricas (en LSD) y he ido incorporando en la caracterización del personaje estos símbolos y esos brillos tan bacanos que uno ve durante el viaje. Jano siempre está en crecimiento.

¿Qué tienen en común tú y Jano?
Ambos habitamos el mismo cuerpo. Jano es como una versión mía, pero 2.0. Jano se considera hermoso, perfecto, poderoso, poético, artístico, sublime. Entonces cuando estoy en ese personaje no siento miedo, no siento inseguridad; soy yo mismo, pero sin los miedos y las inseguridades que a veces implica ser una persona normal. Somos el mismo ser, pero él es una versión en la que quitamos esos aspectos negativos de la humanidad misma y se vuelve esa totalidad que es Jano.

¿Puede el LSD ayudarnos a conocernos mejor?
Para mí eso depende del usuario. Uno se predispone y se prepara y se permite recibir la experiencia que uno decida tener. Yo siempre les digo a las personas que lo prueban por primera vez que uno adentro tiene un lobo bueno y uno malo y uno decide a cuál de los dos alimentar durante el viaje. Una gran parte de los usuarios lo usa con fines recreativos o en una fiesta, cosas que no tienen nada de malo. Pero el LSD tiene un potencial que es la posibilidad de encontrarse con uno mismo. Es posible ser más nosotros mismos siempre y cuando el usuario se disponga a utilizarlo de esa manera. Lo que ha hecho que yo tenga este proceso de crecimiento es la intención que he mantenido desde que lo estoy consumiendo.

Lisérgicos es autor del Manual para viajeros en LSD , el cual puedes encontrar aquí.

@lisergicos