Fotografías de los primeros rockers españoles de los años 60

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Música

Fotografías de los primeros rockers españoles de los años 60

El libro Batería, guitarra y twist recoge el surgimiento de una nueva música en la España de los 60. Una música que no gustaba a Franco.

Joaquín Torres con su Superkuston a los 13 años de edad. Todas las imágenes cortesía de La Fonoteca

Los Estudiantes, Los Pekenikes, Los Relámpagos, Los Sónor, Micky y los Tonys, Los Brincos… Lo mismo no te suenan de una mierda. Pero eran los grupos que escuchaban tus abuelos, los primeros rockeros. Unos valientes que amplificaron sus guitarras en un país que en la década de los sesenta era gris. Condenadamente gris. En plena dictadura (en una etapa de hostias por la calle y de represión) surgió el rock. Lo cuenta en el libro Batería, guitarra y twist, editado por La Fonoteca, Julián Molero.

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"Esta es la historia de unos muchachos que inventaron el rock en un país lleno de prohibiciones y carencias. Este libro es un homenaje a la generación de músicos madrileños que lograron cambiar la copla por el rock, las maracas por la batería y la bandurria de la tuna por la guitarra eléctrica", así lo presenta su autor. Pero queremos que nos explique más sobre las pintas de esta gente, de dónde surgió su pasión por ser rockeros, cómo se llevaban con la Policía, cómo veían el sexo y las drogas, dónde se reunían para escuchar música y cómo acabaron sucumbiendo a la llegada del pop.

"Los Diablos Negros" de Manolo Pelayo en El Parral

Vice: Los comienzos de los sesenta no son una época muy popular musicalmente hablando, ¿por qué te interesa?

Julián Molero: Siempre he sido coleccionista de discos, y aunque no viví la época, sí me pilló de cerca. Tengo sesenta años. Las personas y los grupos de los que yo hablo todavía los vi funcionar. Lo he vivido residualmente, pero sobre todo de coleccionismo y de haber sido músico. Además, siempre me ha gustado saber cómo empezaron las cosas. Y de eso trata el libro.

Estamos hablando del comienzo de la década de los sesenta.

Lo que yo me marqué fue el periodo 60-64.

Igual que en la Movida la gente iba a Londres y traía la moda punk, ¿aquí cómo llegó el rock?

No fue nadie concreto. La juventud de la época funcionaba por imitación de EEUU, sobre todo de Elvis, o de Cliff Richard, en Inglaterra… Y, por otro lado, las ganas de asimilarse a lo que ellos veían en las películas, No-Do, revistas que venían de fuera. Esos fueron los inicios. Pero era lo mismo que pasaba en Francia, Alemania o Italia, tampoco hubo aquí tanto retraso. En Inglaterra los primeros rockers son del 57.

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Mochi, Gloria Cámara y Micky haciendo su entrada en el Festival de Cine de San Sebastián con motivo de la presentación de su película "Megatón ye ye"

¿Era una tribu urbana de rockers?

Bueno, una tribu urbana… Lo que sí que buscaban era ir más allá de la música, con una estética que los distinguiera un poquito de sus padres, por ejemplo. En eso influyen las películas de Elvis y West Side Story, la llegada de discos, los militares jóvenes de las bases de Torrejón, Rota o Zaragoza. Todo eran pequeñas espitas por las que entraba nueva música y un nuevo modo de relacionarse y divertirse.

Musicalmente, la influencia es el rock de Elvis…

Sí, y Gene Vincent también se conocía aquí o Everly Brothers. En menor medida Chuck Berry, Buddy Holly o Jerry Lee Lewis, que llegarían después. Estos casi se conocen más por las versiones de Beatles y Rolling.

Los Teen Boys recogen de manos de Bobby Deglané el premio del concurso Vale Todo en Radio España (1961)

Y el componente estético, ¿qué pintas tenían?

Las pintas eran absolutamente clásicas. En las primeras fotos de los grupos iban vestidos de la misma forma, normalmente con traje. Luego empezó a aparecer el cuero, sobre todo cazadoras y chalecos, no pantalones, porque los consideraban muy macarras. Y en verano las chaquetas italianas de rallitas. Si te fijas en las portadas de los discos, salen con jerseys y chalecos de punto… Era un poquito de ruptura. También se peinaban con tupé y con el pelo un poco más largo. Eran cuidadosos a la hora de vestir y todos los grupos tenían presupuesto para ropa de escena.

¿Se ponían guapos para tocar?

Por supuesto, es impensable eso que ocurre ahora, que con la misma ropa que descargas los instrumentos luego tocas. Hasta los que menos dinero tenían, disponían presupuesto para amplificadores igual que lo tenían para ropa.

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Artículo publicado en el Diario Pueblo (1964)

¿Y problemas con la Policía o con otras tribus urbanas?

Tribus urbanas no existían, pero sí que tuvieron problemas con la Policía y los poderes públicos. Porque España era un país muy cerrado a lo exterior, lo que venía de fuera era mirado con reparo. Y si además era algo ruidoso en un idioma que nadie entendía, pues había más recelo. En aquel momento había una prohibición de juntarse muchas personas en la calle, todo se quería tener muy amarrado. El mero hecho de que alguien diera dos voces en la calle o que se pusiera a bailar era visto como algo delictivo.

He visto en el libro recortes de prensa que hablan de bailes callejeros, ¿había concursos en la calle o qué?

No, esto no es así. Los concursos de twist se hacían en las salas de fiesta o de la juventud, pero a la salida se reunían y se ponían a bailar o a cantar. Pero no había nada organizado, y duraba un rato. No había maratones.

Hablas de las matinales del Price (ahora un circo municipal), ¿era el epicentro de todo esto?

Sí. Se juntaban varias cosas, cabían hasta 2.200 personas, ningún baile era tan grande. Y, además, toda la gente que iba era de la misma generación y casi de la misma edad. También era un punto de encuentro: los grupos que había en Madrid estaban siempre allí, aunque no actuaran ese día, para ver qué hacían los otros. Los festivales eran muy variados, había cada día cinco o seis artistas. Fue un lugar muy importante, mirado con lupa por el régimen de Franco. Había mucha concentración de gente y eso no gustaba.

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¿Se seguía eso de "drogas, sexo y rock and roll", aunque fuera una frase un poco posterior, ya con los Rolling?

Las drogas casi no existían, estaban circunscritas a algún legionario que venía de por ahí, de África. Algún americano… Las drogas como las conocemos no existían. Y en cuanto al sexo, pues teóricamente el sexo era pecado, pero, por contra, en las salas de fiesta (no en las de juventud) había un buen surtido de prostitutas. El sexo se vivía de forma hipócrita, aunque la gente joven comenzaba a relacionarse. En cuanto al rock, pues era una forma de rebeldía de decir "no soy igual que la gente mayor". Era un país, como todas las dictaduras, aburrido.

¿Qué diferencia había entre las salas de fiesta y las salas de juventud?

Las salas de fiesta abrían por la tarde-noche, actuaban orquestas de baile, algún grupo y había prostitutas. Estaban reservadas a gente mayor y con cierto poder adquisivo. En las salas de juventud solo actuaban grupos modernos, casi exclusivamente, funcionaban en horario de tarde y la gente que iba era joven. Y no existía el tema de la prostitución.

Anuncio e Invitación del Club Imperator (1963). Revista Fonorama

Todas las olas tienen una nueva ola después, ¿cómo acaba este movimiento rock en Madrid?

Si hablamos de lo estrictamente musical, se pasó del rock al pop, aquí traducido por 'ye-yé'. Y, en cuanto al cambio generacional, viene marcado por el surgimiento del fenómeno fan, de las giras por provincias de los grupos, la música comienza a ser negocio (se venden muchos discos) y surgen solistas. Ahí empieza la ruptura. Traducido a la española es el paso de Elvis a The Beatles.

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Gracias, Julián.

Carátula de Los Pekenikes. Colección del autor

Foto de estudio de Gino Capella, uno de los escasos solistas del rock madrileño (1962) Cedida por Vicente Iniesta

Cartel anunciador y crónica del Encuentro de Conjuntos Musicales Madrid-Barcelona (1964)

Carátula de Mike Ríos y Los Sónor. Colección del autor

Carné profesional de Antonio Giménez de Dúo Cramer