Ramiro Chaves

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Viajes

Ramiro Chaves

La historia detrás de Domingos.

Ramiro Chaves es un fotógrafo, que aunque nació en Córdoba, Argentina, es más chilango que mucha gente que conozco aquí en la ciudad. A Ramiro lo conocí hace poco mas de cuatro años en la Casa Xochiquétzal, un asilo para prostitutas ancianas en el corazón de Tepito. Fui a grabar un documental con Guillermo Rivero, quien después escribió un artículo y Ramiro tomó las fotos. Eso fue para el primer número de Vice en México. La entrevista que le hicimos a Canela y el retrato que la acompañaba aún me rompe el corazón. El mes pasado, volvimos a publicar a Ramiro en nuestro número de foto, con su proyecto Miramar. La semana pasada, me encontré en el MUAC un pequeño libro de fotos llamado Domingos (2006), que fue el primer libro de Ramiro y nos pareció buena idea preguntarle sobre esas fotos para esta serie.

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¿Las fotos las tomaste con la idea de hacer un libro, son parte de una serie o es una combinación?
Es una combinación de varias situaciones. Son las primeras fotos que tome con cierta seriedad en mi vida. Saliendo de la universidad de cine y en la carrera de foto, me volví loco cuando conocí el trabajo de Nan Goldin, Wolgang Tillmans, Martin Parr y William Eggleston y me decidí a que quería ser artista, ser fotógrafo. Quería que las fotos fueran a color. No había mucha mas intención que eso en el comienzo, solo tomar y tomar fotos. Quise salir de Argentina a tomar talleres de foto y viajar, y me decidí por México. Acá tome un taller de un año en el Centro de la Imagen y obviamente mi cerebro exploto por esta ciudad y este país y eso quedo en mis fotos. Durante el taller me di cuenta que mis fotos eran un proyecto y empecé a afinar la metodología. Un par de años después conocí al Cristina Faesler, quien me invito a presentar mi proyecto a una convocatoria para hacer libros, me seleccionaron, trabaje duro en la edición y en mas fotos y así surgió ese libro.

¿Por qué Domingos?
Una vez oí esa frase de Diane Arbus sobre ser fotógrafo de domingo y me gusto mucho. Luego me di cuenta que estaba tomando fotos los días domingos porque era cuando mas me gustaba salir a caminar para no deprimirme y no extrañar a mi familia en Córdoba… dicen que los domingos a la tardecita es cuando uno forja su carácter. Eso se sumó a que me empezaron a interesar los espacios abandonados y situaciones un poco vacías de aparente contenido obvio, y eso es algo que los domingos pasa mucho. El título surgió ya empezando a editar y se volvió una especie de chiste sobre el mayor tema de la historia de la fotografía, la realidad entre verdad y mentira. Nadie te puede asegurar que yo tomé todas las fotos en domingo.

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En muchas de las fotos, lo que no está ahí es más interesante que lo que si está. Pareciera que siempre hay algo ausente, algo incompleto.
Estoy de acuerdo y eso es interesante en todas las fotos de la historia, incluso en las que están llenas de cosas. Cuando vemos fotos nos imaginamos en la posición de la persona que hizo esa imagen, y eso siempre esta fuera del cuadro.

Esas ausencias son las que cuentan una especie de narración, nada más que en vez de seleccionar el momento de acción o de clímax donde cosas "pasan" (algo muy relativo visto científicamente) selecciono momentos donde algo ya paso o va a pasar.

¿Dónde tomaste estas fotos?
Fueron tomadas en Argentina, en Córdoba específicamente, muchas en el interior de la provincia de Córdoba, una que otra en algún lugar de Brasil y muchas en México, tanto en la Ciudad como en otros lugares en la república como Ciudad Juárez, Chihuahua, Teotihuacán, Tabasco, Oaxaca, Veracruz, etcétera.

Hablando de esas ausencias, hay una foto ahí del edificio Insurgentes 300 que tenía el famoso anuncio de Canadá. En la foto solo quedan las primeras dos letras C y A. Las otras las tienes tatuadas en el brazo N - A - D - A. ¿Cuál es la historia? 
Esa foto es fundacional para mí. Encontré ese anuncio cuando estaban desmontándolo y vi que faltaba la palabra NADA. Es decir… faltaba la NADA. Suena sencillo, pero fue algo tan fuerte que me avente a hacer un proyecto que no era de foto y que era una instalación de escultura monumental con esas letras. Me tardé varios años en completar el proyecto. En ese entonces vivía en un cuarto de azotea donde pagaba 1,500 pesos y tenía estas letras gigantescas con los cuales no lograbas concretar nada y que a la vez representaban un desafío y una oportunidad enorme para un artista de 26 años. Cuando el proyecto tomó marcha y se iba a concretar en el Museo Carrillo Gil (mi primer expo individual en el 2006) prometí que si todo funcionaba bien, me iba a tatuar esas letras.

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Esta foto la tomé durante una feria en Tabasco. Viajé por Tabasco un tiempo haciendo fotos y videítos para el PRI, así de mercenario. Y mientras viajaba tomaba fotos todo el tiempo. De hecho las chambas me quedaban media feas pero yo estaba feliz tomando mis fotos. Al lado del lugar de esa foto pude conocer un maravilloso museo en honor a Chico Che.

Ésa es la foto mas rápida que he tomado. Estaba en un taller con Martin Parr y se le ocurrió llevarnos a Teotihuacán a hacer fotos (en realidad porque el cabrón quería hacer fotos) y ahí anduve tomando cosas aburridas con una luz bien pinche de mediodía hasta que vi esa situación, que parecía de una peli. Tome la foto casi sin ver por el visor, porque era muy malo haciendo fotos de acción con gente. Y por suerte quedó. La luz es media fea pero es de mis fotos preferidas del libro.

Esta es una foto de lo que era el tabledance Manhattan, en la Colonia Juárez a dos cuadras de mi cuartito de azotea. Pasaba todo el tiempo al frente de ahí y vi que comenzaban a desmontarlo. Pregunté si me daban algunas partes del monumento pero me batearon así que me decidí a fotografiarlo todo el tiempo. Hay cosas que desaparecen de una foto a otra como las torres gemelas, otros edificios clásicos neoyorkinos y el brazo de la mujer. Y en el exacto lugar donde esta la luna en la otra foto hay un pajarito. Amo esos detalles.

Sigue a Bernardo en Twitter: @bernardo_loyola

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Conoce más de Ramiro: @PabellonRamires