A medida que la sociedad se preocupa cada vez más por comer saludablemente y reducir la ingesta de calorías, nos hemos obsesionado con la forma de quemarlas. Y, desde que salieron las pulseras que miden tu actividad, y los "lunes sin carne", lo de "comer menos, correr más" ya no marca la diferencia.

Queremos datos cuantificables, preferiblemente los que podamos compartir en las redes sociales, entre publicaciones de nuestros maratones de cinco kilómetros y las galerías de fotos de nuestros bíceps húmedos, después del entrenamiento.

Esto ha dado pie al surgimiento de sitios en internet que proporcionan información nutricional digerida y sin confirmar, que te indican cómo quemar las calorías de tu comida basura favorita, a través de métodos absolutamente inverosímiles.

Un hombre tiene que levantar pesas durante cinco horas y 53 minutos para deshacerse de un menú Big Mac completo; una mujer tiene que patinar durante cuatro horas seguidas para quemar unas porciones de pizza; ese tipo de cosas.

Por supuesto, esto representa una forma poco saludable para estar sano: un enfoque de atracones y purgas que favorece los extremos en lugar de la moderación. Dicho esto, me encantan los Big Macs y el castigo físico, así que ¿quién soy yo para nadar contra corriente? Si teóricamente funciona en el caso de la comida que es mala para ti, ¿podría esta táctica "compensatoria" aplicarse a otros vicios, como el de tomar con regularidad más drogas de las que deberías?

¿Hay maneras de anular los efectos de los narcóticos con el tiempo? ¿Se pueden mitigar los efectos nocivos del alcoholismo ocasional si bebemos más batidos de apio? ¿Se puede reparar un corazón dañado por la cocaína con 900 flexiones cada mañana durante el resto de tu vida? Para averiguarlo, hablé con un grupo de expertos en drogas y ejercicio.

A medida que he pasado de ser un adolescente a un joven adulto, mis temores sobre el alcohol han cambiado. Si antes me preocupaba acabar ahogado y vomitar sobre un perro en la fiesta casera de alguna chica, ahora me pregunto si tomar una cuarta lata un martes me acerca más a mi muerte prematura por una cardiopatía.

Para ver si el ejercicio podía revertir los efectos de cuatro cervezas, llamé a Joseph Van Der Merwe, entrenador personal e instructor de fuerza y acondicionamiento de Londres. "Hay alrededor de 600 calorías en cuatro latas, dependiendo de la marca, por lo que probablemente tendrás que correr unos 30 o 40 minutos [para quemar las calorías]", mencionó.

Según el doctor Adam Winstock, fundador de la Encuesta Mundial de Drogas (GDS, por sus siglas en inglés) y psiquiatra asesor, hay un grupo demográfico que pone en practica este tipo de enfoque con regularidad. "El grupo de personas a quien más he visto hacer esto serían los gais que practican sexo bajo la influencia de las drogas", dijo. "Se van de fiesta viernes, sábado y domingo, pero lunes, martes, miércoles y jueves van al gimnasio". ¿Eso compensa el fin de semana? "La respuesta es no, pero si te vas de jeurga el fin de semana, ¿no es mejor que el resto del tiempo tengas una vida feliz y saludable, sin fumar, haciendo ejercicio y yendo al gimnasio? Absolutamente".

Joseph está de acuerdo en que es mejor ir al gimnasio que no hacerlo, pero añade: "La idea de que vas a protegerte de las drogas y el alcohol a través de la nutrición y el ejercicio es como tratar de luchar contra un incendio con una esponja húmeda".

Guy Jones, un químico que trabaja en la empresa de reducción de daños y de test de drogas The Loop, explica que el THC que contiene la maría afecta al sistema endocannabinoide del cerebro, que es responsable de muchas cosas, como el control del hambre y la regulación del sueño. Hace algunos años, durante un asalto particularmente fuerte a mi sistema endocannabinoide, un amigo empezó a ahogarse mientras comía nata. La posibilidad de que mi amigo muriera por ingerir nata realmente me consternó, y recuerdo que el colocón se me bajó inmediatamente debido al pánico.

No puedo recordar exactamente cuánto había fumado, pero le pregunté a Guy si el miedo era un camino viable para contrarrestar los efectos de una bolsita ocasional, o alrededor de un gramo. "La adrenalina no eliminará el cannabis de tu sistema", aclaró, "pero sin duda afectará las señales que llegan a los receptores cannabinoides… así que sí, es totalmente posible generar un momento de claridad [mientras estás colocado]".

Por supuesto, el principal problema con el cannabis es el hecho de que absorbes materia vegetal incinerada en los pulmones, y si eres europeo, es más probable que haya un poco de tabaco en la mezcla. Como dice Guy, "el tabaco es una droga extraordinariamente tóxica y cancerígena. El consejo número uno para reducir los daños del cannabis es no fumarlo con tabaco".

Por desgracia, según Joseph, no es posible hacer una depuración profunda de pulmones a base de ejercicio. "La idea de que puedes correr 15 kilómetros para limpiar tus pulmones de carcinógenos… no es viable".

Algo que sucede con la cocaína —en todas partes a excepción de Sudamérica, por lo menos— es que está cortada con todo tipo de sustancias desagradables, porque los camellos son unos malditos tacaños. Además, dichas sustancias tienes diversos efectos en el cuerpo (aunque es poco probable que consumirla haga que tu piel se pudra, como se informó el año pasado). Pero no importa lo adulterada que esté tu cocaína, va a "causarte problemas en el corazón, ya que bloquea las señales nerviosas e interrumpe el ritmo eléctrico que hace que lata con normalidad", explicó Guy.

Todo el mundo con quien hablé dijo que no hay una manera segura de mitigar ese efecto secundario. "La gente piensa que combinar alcohol con coca es una manera bastante útil de contrarrestar ese efecto de exaltación que produce", dijo Adam. "Pero esa combinación es en realidad mucho más peligrosa, porque terminas tomando más alcohol y esnifando más coca, que es malo para el corazón y el hígado". Guy está de acuerdo: "Un consejo para reducir el daño que produce la cocaína, en lugar de centrarse en su efecto concreto en el corazón, es mantener al mínimo la ingesta de alcohol".

¿Qué pasa si tu corazón es una máquina bien calibrada, como el de Lance Armstrong? le pregunté a Joseph. "No te recuperarías más rápido, pero probablemente serías menos propenso a morir".

El consumo habitual y a largo plazo de la cocaína también puede dar paso a la inflamación y cicatrización de los tejidos del corazón, y mientras que la inflamación es reversible a través de ejercicio, la cicatrización —que causa un daño permanente en el corazón y una posible muerte prematura— no lo es.

A diferencia de la cocaína, la MDMA no interfiere directamente en los impulsos eléctricos del corazón. Sin embargo, como explicó Guy, "ocasiona una tensión adicional en el corazón al estrechar los vasos sanguíneos, eleva la presión arterial y hace que el corazón trabaje más".

De nuevo, es difícil revertir el daño causado, pero de todas las drogas sobre las que pregunté, la MDMA fue la única en la que la nutrición parecía jugar un papel importante a la hora de reducir los efectos del bajón psicológico.

Algunos suplementos de venta libre, como el aminoácido 5HTP, pueden ayudar a reponer la serotonina —la "alegría química" que disminuye en tu cerebro cuando consumes MDMA, que hace que te sientas deprimido al día siguiente—, así como los alimentos ricos en aminoácidos como el pavo, el salmón y la quinoa.

La cosa es, dijo Adam, que siempre es mejor comer de forma saludable, aunque no consumas drogas. Ruth Kander, una dietista consultora, coincide al respecto: "Siempre es mejor comer espinacas y un plátano que comida frita". Además rechazó la idea de que una buena dieta pueda superar la naturaleza destructiva de estas drogas: "Si bebes en grandes cantidades y tomas drogas, estás causando estragos en tu cuerpo, y nada va a arreglar eso".

Dado el carácter nocivo de estas drogas, sumado a variables como la pureza y la tolerancia personal, lo cierto es que no existen muchas maneras de reducir el daño que causan. Extrañamente, sin embargo, la droga con mayor probabilidad de joderte por completo es de hecho relativamente segura. Guy nos cuenta cómo funciona la ketamina:

"La ketamina bloquea las señales nerviosas del cerebro al cuerpo y viceversa. En una cantidad muy pequeña produce lo que muchos describirían como una disociación agradable: casi una sensación general de estar colocado. Las dosis más altas provocarán que el sujeto entre en un estado catatónico y sea incapaz de moverse, además de que 'existirá' solo en su mente".

E incluso si eres uno de esos capullos que se mete unas rayas monstruosas para llegar a ese estado, estás consumiendo una droga que se sitúa en un lugar bastante bajo en la escala de daño al organismo, muy por debajo de alcohol, el tabaco y el cannabis. "La ketamina es un anestésico sorprendentemente seguro, e incluso figura en la lista de medicamentos esenciales de la Organización Mundial de la Salud", aclaró Guy. "Y las dosis que se administran como un anestésico serían mucho más altas que las típicas dosis recreativas".

Por supuesto, esto no debería ser ningún tipo de justificación para meterte un gramo de ketamina cada fin de semana. El daño a largo plazo por el consumo intensivo incluye la cicatrización de la vejiga, lo cual puede llegar a ser tan grave que podrías necesitar un trasplante. Todas las personas con las que hablé dijeron que la única manera de limitar los efectos a largo plazo de la ketamina es dejar de consumirla.

Según Adam, "Tomar drogas no es como el débito y el crédito; no equivale a quemar grasa. Lo que hay que hacer es consumirlas con cabeza y mantenerse feliz y saludable. No fuméis, haced ejercicio y evitad el sobrepeso, que son asuntos mucho más importantes. Las cosas que predicen si vas a morir joven no tienen que ver con que te metas un poco de coca el fin de semana o fumes un porro ocasionalmente, sino con si estás gordo o fumas, con tus antecedentes familiares y tu situación socioeconómica".

Este último punto es importante. Después de hablar con Adam, parece que una de las pocas maneras de prevenir "los estragos del consumo de drogas" es no ser pobre. Adam sabe esto mejor que nadie. "Muchas de las personas que he tratado han tenido vidas muy desfavorecidas y muy pocos recursos. Esto los hace más vulnerables y con menos probabilidades de acudir al médico, y no pueden darse el lujo de comprar verdura y fruta fresca", explicó.

"Hay personas de clase media a las que les gusta la idea de hacer yoga y son vegetarianos, y por lo tanto creen que pueden meterse drogas y estarán más protegidos. Pero no es que estén protegidos; es solo que tienen más capital físico y social, por lo que es más difícil que las drogas los dañen".

Siento ser un aguafiestas, pero los efectos a largo plazo de estas drogas son demasiado destructivos como para quedar neutralizados por la comida orgánica y un poco de ejercicio. Si buscas la mejor manera de minimizar los daños, simplemente consume drogas con sensatez y moderación, o no las consumas en absoluto.

"Todo lo que hagas y cada decisión que tomes tienen un impacto en tu vida. Así que potencialmente puedes aumentar tu esperanza de vida si comes, haces ejercicio y duermes de una forma saludable", aclaró Guy. "Pero si realmente te dedicaras a tu propia salud personal, entonces nunca consumirías drogas. Eso sí, tampoco saldrías de casa, ya que cruzar la calle también es peligroso".

@JackBlocker