
Es cierto que los caracoles, que pueden vivir más de diez años y crecer hasta medir veinte centímetros de largo, son particularmente voraces. El departamento estadounidense de agricultura los odia. Llevados a los Estados Unidos en 1966, se convirtieron en una peste masiva en Florida, donde una familia de tres caracoles devino en una plaga de 18.000. Son legales en el Reino Unido, pero por la misma razón es ilegal liberarlos en la naturaleza. El departamento de agricultura afirma que los caracoles pueden consumir más de 500 variedades de plantas y, además, también se comerían el estuco de las casas.¿Así que por qué no nos los estamos comiendo?Es lo que ha hecho mucha gente en África occidental durante años. En Nigeria son llamados comúnmente "carne del Congo" y tienen precio de un manjar. Algunos son recogidos en la selva aunque se ha reportado que su población ha declinado debido a la deforestación, uso de pesticidas y sobreexplotación. Otros son cultivados en criaderos, que tienen ventajas sobre otros tipos de cultivo. Los caracoles son silenciosos, se reproducen rápidamente y a bajo costo, requiriendo mucho menos en gasto inicial que vacas o cerdos. Los campesinos nigerianos, dedicados al caracol, usualmente los alimentan con vegetales, hojas de árboles y sobras, que son transformadas en proteína perfectamente comestible.Pero estos no son solo escargots. Son más fuertes y carnosos que sus primos europeos, y exigen una preparación más exótica. Primero son blanqueados y extraídos de sus caparazones con una vara o un martillo. Luego son lavados en alumbre o jugo de lima para remover la mucosa y añadirles un poco de sabor, (aparentemente, los caracoles alimentados con hoja de papaya también saben mejor). Luego son tajados, freídos hasta estar crujientes y servidos como snack en palillos, u horneados con pimienta y servidos con arroz.
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