Una versión de este artículo fue publicada en_ la edición de abril de VICE_.Desde 2013, en la República Centroafricana se ha intensificado la guerra civil entre los rebeldes musulmanes de Séléka y las fuerzas cristianas antibalak, que están discretamente alineadas con el Gobierno. Faustine-Archange Touadéra, de la Unión para la Renovación Centroafricana (URCA), fue elegido Primer Ministro en febrero de 2016. Sin embargo, muchos dudan de su habilidad para unir una nación fracturada. Esta mina de oro en la ciudad de Ndassima es un claro ejemplo de las dificultades que tiene por delante: en los últimos tres años y medio los soldados de Séléka han forzado a los civiles a extraer los minerales preciosos y han usado las ganancias para financiar su insurgencia contra el Gobierno.
Publicidad