Tu pueblo es un paraíso: Berlín – Parte 2

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Tu pueblo es un paraíso: Berlín – Parte 2

Normalmente, es cosa nuestra decidir qué queremos hacer con nuestra vida en este planeta, lo cual no hace que me resulten menos sorprendentes algunas de las decisiones que toma la gente que vive en Berlín.

Normalmente, es cosa nuestra decidir qué queremos hacer con nuestra vida en este planeta, lo cual no hace que me resulten menos sorprendentes algunas de las decisiones que toma la gente que vive en Berlín. Esta ciudad está rebosante de verdaderos pioneros, gente que cada día explora los límites de lo que se considera aceptable. Y lo hacen siempre con estilo: a la hora de rebuscar en una canaleta, se colocan encima de su chaqueta, cuidadosamente puesta en el suelo; se usan paraguas para proteger a los militantes de derechas de los guantes llenos de meada que les tiran y, en un alarde de romanticismo, las parejas jóvenes y modernas retozan por el suelo, entre trozos de botellas de Jäger. Pero incluso en el paraíso hay leyes que cumplir, lo que implica que también haya personas protegidas hasta los dientes con uniformes verdes y azules para velar por su cumplimiento. Estos guardianes de incógnito están ahí para mostrarnos el camino correcto a base de palos, rociarnos la cara con espray y arrastrarnos por las calles. Si nos comportamos así en su presencia, no quiero imaginar qué coño llegaríamos a hacer si no estuvieran. Sigue a Grey Hutton en Twitter

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