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Cultură

Cómo ligar (una guía escrita por un chico para chicas)

Cogedme de la mano, chicas, os guiaré a través del exquisito proceso de conseguir una buena polla.

Foto vía Flickr

Hubo un tiempo en el que teníais las cosas bastante más fáciles. Era esa época de "tengo 18 años y estoy en la cúspide de mi potencial de belleza y cualquier tío con polla va a hacer lo que le diga, incluso dejar a su novia por creer que algún día podrá tener la suerte de vislumbrar mi pubis". Por suerte (tanto para nosotros como para vosotras) esta época endiablada es extremadamente caduca —creo que es algo que puede llegar a extenderse solamente hasta los veintipocos años— y por lo tanto a partir de ahí tendrán que entrar en juego otros métodos que no sean simplemente la adoración a la carne, y aquí me estoy refiriendo a cosas como utilizar el cerebro o hacer algo interesante en la vida.

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Casualmente, los hombres vivimos un proceso inverso: con el tiempo nuestra fealdad se vuelve más interesante, el tiempo nos destroza pero de tal forma que nos hace más deseables. ¿Al fin y al cabo quién en su sano juicio prefiere follarse a un joven skater greñudo en vez de a un treintañero calvo con hijos?

De todos modos hay una cosa que me sigue inquietando de todo esto de ligar y follar con tíos: considero que a estas alturas ya está más que demostrado que los tíos (las pollas) no sirven para nada y no logro entender por qué las tías siguen empeñadas cada noche (bueno, al menos las que no tienen la regla) en buscarse una buena polla a la que amarrarse. Las pollas son solamente un aparato que sirve para expulsar semen y dejar embarazadas a las mujeres. Dicen algunos locos que pueden generar algo de placer pero está claro y más que demostrado que pocas mujeres pueden llegar a correrse metiéndose este fiel aparato dentro de la cavidad vaginal. Os aseguro que es una bendición que pese a esta triste realidad las mujeres sigan teniendo ese capricho de ser penetradas y supongo que debemos agradecérselo a eso de la evolución, donde todo se basa en la reproducción y el asesinato.

En el fondo lo mejor sería que las mujeres, simplemente, os quedarais en casa haciendo vuestras cosas e ignorando todo lo relacionado con el sexo opuesto que, en el fondo, es todo lo que va a generar horror en vuestras vidas. Entiendo que puede llegar a ser difícil ya que desde que tenéis 13 años y el cuerpo mínimamente desarrollado, la gente en general os ha empezado a percibir como cuerpos follables y, en tanto que esto, lo único que habéis hecho ha sido pensar en tíos y hacer cosas con tíos, culpemos también a la evolución. Joder, el 80% de veces que estáis tristes es por culpa de los hombres y el 20% restante es esa extraña sensación que tenéis a veces de no tener amigos de verdad y estar completamente perdidas en la vida. Desprenderos de los hombres es lo mejor que podríais hacer. De todos modos, si seguís empeñadas en cazar pollas, ahí van unos consejos.

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Primeros contactos

La mayoría de flirteos empiezan en las redes. No me refiero a las redes que se utilizan en un buque pesquero en el Atlántico buscando las piezas perfectas de bonitos (aunque sería una buena comparación ahora que lo pienso). Me refiero a las redes de la información. El siglo XXI. Internet. ¿Bien? Siempre es más fácil hablar con alguien tecleando que utilizando las cuerdas vocales. Además, estas bases de datos de personas te vinculan con gente con la que estás mínimamente relacionado y eso es bueno. Un auténtico desconocido puede ser un cajón lleno de locuras, es peligrosamente probable tirarte a alguien y luego descubrir que se dedica a llevar un taller de "despertar del alma" donde él y un grupo de personas de distintas edades se dedican a tumbarse desnudos encima de unas moquetas de color lima y a colocarse unas pequeñas piedras pintadas en la frente mientras pronuncian un mantra incongruente. En fin, es fácil encontrarte con gente LOCA. Por eso es mejor flirtear con gente que se mueve alrededor de tus círculos de conocidos, siendo lo más recomendable pillarse a las exparejas de tus amigas. Esto te garantiza que el tipo vale mínimamente la pena AKA "no es un capullo y, si ha estado varios años con esa puta, es que debe saber follar mínimamente bien". Como a las tías la amistad os parece algo totalmente superficial y la tratáis como un mero instrumento para conseguir objetivos personales, follaros a los exnovios de vuestras " Best Friends Forever" no debería suponer ningún tipo de problema.

Un detalle: a los tíos nos gusta que las chicas toméis la iniciativa en el mundo digital (al fin y al cabo es uno de los pocos derechos que os quedan), nos hace sentir importantes e incluso puede generarnos una sensación de atracción hacia esa chica que antes no teníamos, una atracción —por supuesto—, falsa, pero que os servirá para conseguir cabalgar sus nabos un ratito.

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Atuendo

Un cazador no se viste igual cuando va a cazar patos que cuando va a cazar ciervos. De la misma forma es muy importante saber a qué clase de macho quieres arrimarte por la noche. Si bien es cierto que todos los hombres pueden caer rendidos ante una chica que apueste por mostrarse extremadamente sexual, cada situación merece su propio outfit. Presentarte vestida como Abella Anderson en sus mejores (peores) momentos a un concierto de punk no va a ser la mejor opción y es probable que la gente te mire con un poco de pena, percibiéndote como una chica un poco perdida, desesperada o, aún peor, como si estuvieras absolutamente loca. Es una cuestión de sentido común, la gente tiene derecho a vestirse como quiera pero, aun así, por alguna extraña razón, la gente no va al banco a pedir créditos en pijama. ¿No?

Foto vía Flickr

Otros aspectos físicos a tener en cuenta

Os gusta sentiros atraídas por la gente y es por eso que cuando salís de fiesta os vestís para endurecer campos de nabos a vuestro paso, el problema es que a veces vuestra idea de "estar buena" se parece más bien a nuestra idea de "parecer un travesti". No pasa nada con los travestis pero no siempre les gustan a todos los hombres. El exceso de maquillaje no ayuda a nadie, en serio. Pensad en vuestras madres cuando se maquillan para ir a una boda o a un funeral: esa mezcla entre Basquiat y E.T. vestido de mujer. No funciona, ¿verdad?

En el fondo queremos tías que no se preocupen por estas cosas (porque nosotros no nos preocupamos por estas cosas). Queremos chicas que vistan con camisetas sencillas de grupos, que toleren ir despeinadas y que se muevan en ese mar ambiguo entre no ser tan sexy como para que a los tíos les dé vergüenza entrar con vosotras a una charcutería a comprar embutido bajo las miradas críticas de los clientes ni tampoco parecer demasiado tiradas como para no poner cachondos a sus amigos. Este punto medio existe pero es absolutamente complicado conseguirlo. Lograr este equilibrio vendría a ser vuestro único trabajo importante hasta que os metan en una caja de pino.

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Primera toma de contacto en la vida real

Estar en un mismo espacio no garantiza nada. Tienes que acercarte a él o hacer que él se acerque a ti. Como a los tíos nos cuesta pillar las indirectas y leer el lenguaje corporal de los seres vivos (los niños mueren en nuestros brazos porque no entendemos que un llanto significa "HAMBRE"), es probable que tengáis que ser excesivamente evidentes. Pese a que lleváis un par de meses chateando seguramente no tendrá del todo claro que le gustes. Los tíos nos creemos tan interesantes que incluso creemos que las tías quieren llegar a ser solamente nuestras amigas, algo que, sin duda, es mucho más digno que ser simplemente una polla a la que querer follarse. Lo dicho, utiliza estas piernas que tienes y dirígete directamente hacia él y espétale algo como "¿vas a pasarte la noche mirándome el culo o vas a invitarme a una copa, grandullón?". Bueno, pensándolo bien, no pronunciéis NUNCA estas palabras.

Ya estás hablando con él, ¿ahora qué coño?

Los papeles están cambiando, ya lo sabéis. Podéis votar y los sueldos se están igualando. Incluso podéis ir a la guerra y ser madres solteras. Es por eso que, pese a lo que puedan llegar a decir los profesionales del flirteo, a los tíos nos encanta que nos invitéis a cervezas o cubatas. Nos gusta pensar que tenéis buenos curros y un buen sueldo y que os gusta gastar el dinero en nosotros. Además, todo esto ayudará a que el tipo se emborrache, y esto es fundamental a la hora de intentar follarte a alguien. No literalmente. Facilita el camino hacia el polvo pero el casquete en sí será algo lamentable.

El dinero que ganas con tu trabajo —como ya he dicho— nos interesa, pero tu trabajo —pese a que sigamos mirándote a los ojos y diciendo "ahá"— nos importa una gran bola de mierda. Lo mismo sobre tus amigas, las exposiciones que viste la semana pasada, tus estudios y esa afición que tienes de coleccionar tus propias uñas. A los tíos solamente nos interesa hablar de nosotros mismos y de lo cojonudo que es todo lo que hacemos por lo que es bastante fácil hacernos felices. Puede que incluso si esta noche te follamos te pongamos en lista para el próximo concierto que hagamos con nuestra banda "emergente".

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Mira nuestro vídeo: Casanova, el robot fiestero

¿El tipo quiere fiesta?

Como ya he dicho antes, a los tipos nos cuesta leer los mensajes cifrados, así que toda la historia va a depender de vosotras. El contacto físico siempre ayuda a dejar las cosas claras. Un toque en el brazo, unos coditos, un beso en el ojo. Joder, si lleváis hablando casi dos horas y el tipo no se ha ni girado para ver qué hacen sus amigos o ni se ha sacado el móvil para mirar cualquier cosa es que le interesa estar aquí. De verdad, no esperéis a que tengamos que reaccionar, yo hay veces que solo me entero que la tía quería algo conmigo cuando a la mañana siguiente estamos tumbados en la cama comiendo pizza fría del día anterior y viendo vídeos de mierda en YouTube. El problema es que yo en ese momento me estoy empezando a enamorar y ella solo quiere que me largue rápidamente de su casa. Soy un tío sensible, qué queréis que os diga. En fin, coged el estandarte y corred hacia el campo de batalla.

¿Nos vamos?

Este es el momento clave. Esto nos lo tenéis que dejar a nosotros. Sí, nos encanta creer que lo hemos hecho todo nosotros solamente por ser los que hemos pronunciado las mágicas palabras de "¿nos vamos?". La mentira del perdedor, no nos quitéis la ilusión. Sin duda esto es mejor hacerlo sin palabros. El momento de largarse tiene que ser producto de una comunión física, evidenciarlo verbalmente es algo triste. Cogerse de la mano, comprar unas latas y dirigirse hacia su casa charlando sobre temas irrelevantes es una muy buena opción. Lo que sea menos utilizar el verbo "follar".

Vale, ya lo tienes en tu morada

Podría parecer que no hace falta estar un rato en el comedor terminando las cervezas y hablando en voz baja para no despertar a tus compañeros de piso, está claro que tanto el tipo que te has traído a casa como tú solamente estáis aquí para follar. Pero a algunos hombres nos gusta un poco saber qué tipo de mujer vamos a penetrar. Queremos encontrarnos posters de Rites of Spring para validar que realmente te gusta más "el otro guitarra de Fugazi" u ojear un poco tu biblioteca para catar tus gustos personales DE VERDAD (por lo que siempre es recomendable, antes de salir a pillar pollas, poner bien visibles los libros que se dejó en casa tu exnovio). Estas cosas son alicientes sexuales y puede que incluso os terminemos comiendo el coño. Pasemos al cuarto una vez ya hayamos hecho el escáner pertinente.

Normalmente tienes la habitación hecha una mierda: bolas de ropa tiradas por el suelo, sábanas rasposas como lijas y platos de comida encima de la mesa donde se supone que estás trabajando para sacarte ese máster del que nos has estado hablado y que tan poco nos importa. Además, en la mesilla de noche tienes esa clásica cajita abierta con las pastillas de no quedarse preñada, esa que tiene como los días del mes entero o algo. Considero que no es demasiado difícil guardarse esa mierda en el cajón de la mesita de noche, al lado de los preservativos y esas cremas raras que a veces utilizas. Piensa que estas pastillas solamente quieren decir tres cosas: 1) Esta tía cree que con esto ya puede follar sin condón, por lo tanto, que no puede pillar enfermedades si se la toma. 2) Se las toma porque tiene desórdenes hormonales, o sea, que es muy probable que a veces se vuelva completamente loca o 3) Esta tipa aún no ha superado que ya no tiene una relación estable con su exnovio.

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En fin, no es que nos importe demasiado que tengáis la habitación hecha una mierda pero siempre denota cierto tipo de problemas. No es descabellado vincular un desorden físico a un desorden vital.

En cuanto a ir a nuestra casa, bueno, no nos cuesta nada hablar sobre nuestro grupo de música de mierda o de nuestro fanzine de mierda pero sí que nos cuesta decirte que aún estamos viviendo con nuestros padres.

Imagen vía Flickr

El día después

Todo este esfuerzo, toda esta lucha, solo para terminar espalda contra espalda una vez ambos seres vivos se hayan corrido. Así funciona la naturaleza humana y así seguirá funcionando. Antes no había ni preservativos ni pastillas ni nada y la gente generaba familias. Ahora un casquete no significa absolutamente nada en el negro devenir de la existencia.

Después del casquete mañanero te quedas tumbada en la cama con la mirada perdida (y en dirección a los condones que hay por el suelo), escuchando como el tipo se va vistiendo poco a poco (quizás tan poco a poco que incluso parece que quiera desayunar contigo unas buenas tostadas). Cruzáis cuatro palabras y lo acompañas a la puerta, os dais un beso hipócrita (¿hace falta?) y cierras la puerta y empiezas a mirar en tu móvil qué coño vas a pedir hoy en Just Eat. En el fondo será mucho mejor lo que te metas en la boca que lo que te metas en el coño, eso siempre lo decía mi abuela.