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Lo jodido que es votar desde el extranjero

Oficialmente hay 1,8 millones de españoles en edad de votar fuera del país. Desde 2010, con la aprobación del 'voto rogado', cada vez que hay Elecciones llevar la papeleta hasta la urna es una odisea.

Peor que pedir es tener que rogar. Así se sienten miles de españoles residentes en el extranjero que quieren participar en la "fiesta de la democracia". Tienen que rogar el voto. Suplicar para poder meter una papeleta que probablemente no lleve ni una gaviota ni una rosa como sello. PP y PSOE se lo pusieron difícil con la reforma de la Ley Orgánica del Régimen Electoral General (LOREG) de finales de 2010. Idearon el 'voto rogado', una maraña administrativa que obliga a los emigrados a pedir permiso para ejercer este derecho constitucional y que ha conseguido que sólo el 2% de los censados participara en las pasadas elecciones europeas. De esta manera lo explica la Marea Granate, un colectivo de jóvenes indignados que se ha convertido en una improvisada oficina de información al votante ante el silencio administrativo. Pero, ¿qué camino deben seguir los electores hasta llegar a la meta?

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Lo primero es registrarse en el Consulado en una de las dos modalidades: residente ausente (CERA) o no residente (ERTA). El primer censo es permanente y, si se apuntan, solo pueden votar en las elecciones autonómicas (nada de municipales). A cambio, pueden votar de manera presencial en el Consulado. El segundo es temporal y los allí inscritos no pueden votar de manera presencial. "Hay que tener cuidado porque si te apuntas en el CERA causas baja en el padrón de España y pierdes la Seguridad Social", explica Altea Gómez, española e integrante del Nodo México de la Marea Granate.

Tras esto tienen que 'rogar' el voto a la Oficina del Censo Electoral rellenando un formulario y adjuntando su documentación. El plazo para estas elecciones acabó el 26 de abril y la administración tuvo hasta el 4 de mayo para responder en la mayoría de Comunidades y en Madrid tiene hasta el 12. "Queda a potestad de la Junta Electoral darte o no el derecho al voto. A algunos se lo han negado y no argumentan bien por qué. Además, si la Junta te lo deniega no te da tiempo a reclamar ya que las elecciones son el 24 de mayo. También puede pasar que la Junta te lo conceda pero que no te llegue a tiempo. En las andaluzas a un amigo le mandaron las papeletas el último día", relata Gómez quien presume de ser de las pocas que ya las han recibido. "En mi entorno solo dos las hemos recibido. Yo soy de Catalunya, los de Madrid aún no han tenido ni respuesta".

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Seguidamente, y cruzando dedos, tienen que esperar a que les lleguen las papeletas para el voto. Altea nos cuenta su estrategia para intentar finalizar la carrera electoral a tiempo. "Puse la dirección de un compañero que vive en una zona más céntrica en un edificio que tiene portero. Yo vivo en el extrarradio. Aquí mi voto no llega".

Luego viene el sprint final hacia la urna. Gómez está inscrita como no residente así que está obligada a votar por correo. "En México una carta tarda en llegar a España un mes y 3 días, lo tengo calculado. Será muy raro que mi voto llegue a tiempo", se resigna la integrante de la Marea Granate. Conclusión: según los datos que maneja este colectivo, en las elecciones del 2011 sólo se efectuaron a tiempo un 10,77% de los "ruegos" y la mitad de estos votos autorizados no llegaron a su destino.

Urnas vacías, votantes que desaparecen

19 de marzo de 2015. Ciudad de México (antiguo DF). Consulado General de España. Segundo día para votar en las elecciones andaluzas. Una urna. Cinco papeletas. Más de 4.000 andaluces censados en el país. Un candado que protege la voluntad expresada por el pódium de votantes que han conseguido finalizar el triatlón electoral. Asombro. Soledad. Bolas de paja rodando por los pasillos que preceden la mesa. "Al final votaron 9 andaluces. La urna vacía era un espectáculo", expresa la integrante del Nodo México.

Laura Pablos, española en Holanda, está inscrita en el censo de ausentes por lo que podrá asistir a la fiesta de las papeletas solitarias. Sin embargo, a día de hoy no lo tiene muy claro. "A mí me han enviado una carta de la Oficina del Censo Electoral informándome que tengo que pedir el voto. Envié la solicitud el 4 de abril. Me dijeron que ya me darían respuesta y aún no la tengo", expresa cuando falta apenas una semana para que acabe el plazo. "Yo quiero votar porque me importa. Y si no recibes nada, ¿qué pasa?", se queja esta madrileña. "Nos están dificultando el voto pero ¿a dónde llamo? He estado buscando un correo para poner una reclamación pero no lo he encontrado".

Es frecuente que los españoles en el extranjero rememoren tiempos pasados. Antes recibían la información para votar por defecto, enseñaban su carnet en el Consulado y votaban. Poco más. Tras la reforma electoral, en octubre de 2013 el PSOE se dio cuenta del galimatías generado y propuso en el Congreso derogar el 'voto rogado'. Sin embargo el PP se negó. El partido en el Gobierno argumenta que es un método para evitar falsificaciones y duplicidad de identidades. "Dicen que es por seguridad. Yo no lo creo. Cocinaron el cambio de ley con nocturnidad y alevosía. Se dieron cuenta que la bolsa de emigrantes iba a aumentar y estos no les interesan por que son gente descontenta", relata Gómez.

Hijos del bipartidismo que huyeron de España con lo puesto en busca de una salida laboral. Según los datos del INE de enero de 2015 hay más de 2 millones de inmigrantes registrados en el Padrón de Españoles Residentes en el Extranjero (PERE), de los cuales 1,8 está en edad de votar. Y estas cifras no reflejan bien la realidad. "Hay muchos más españoles sin inscribir, calculo que seremos el doble. Entre los que están inscritos y los que no se van a liquidar entre 2 y 4 millones de votos. Esto es un pucherazo en toda regla", sentencia. Por ello, peor que te pidan el voto es que te lo roben.