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Cultură

¿Qué fue de la mayor asociación pro-pedofilia del mundo?

NAMBLA llegó a enviar a una delegación a la ONU para intentar expandir su mensaje. A pesar de ello, muchos otros pedófilos están en contra de su mensaje y de sus objetivos.
Una conferencia de prensa de NAMBLA en 1982. Fotografía de AP por G. Paul Burnett

"Probablemente pasarán DÉCADAS hasta que en esta sociedad se pueda hablar con franqueza y sin histrionismos de niños y sexo", me dijo hace unos días en un tuit un defensor de la pedofilia que responde al nombre de Eric Tazelaar y que afirma ser miembro del comité directivo de la North American Man-Boy Association (NAMBLA), por cuyo futuro teme.

Y sus miedos no son infundados. Esta organización en defensa de la pedofilia ha visto días mejores y tuvo gran presencia en su esfera de actuación. No resulta fácil contabilizar sus miembros ni determinar sus actividades, pero según las indagaciones por la red y las conversaciones con antiguos miembros del grupo y con sus detractores, la asociación pedófila parece estar enfrentándose a su desaparición.

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"Queda muy poca gente que participe activamente en el grupo", señaló Icarus, exmiembro de la organización, en una conversación en el foro anónimo para pedófilos Boychat.org.

Pretenden darle la vuelta a la tortilla haciendo que parezca que luchan por los derechos de los niños, pero yo no he visto a ningún niño en la calle con pancartas reivindicando su derecho de practicar sexo con pedófilos

Ciertos pedófilos han empezado a definirse como "personas atraídas por los menores" (MAP, por su acrónimo en inglés). Los MAP tienen su propio lenguaje en el ámbito de la pedofilia, que se divide en dos comunidades: boylove, a veces abreviada BL, y girl love. Según algunos MAP anticontacto —los que aseguran que nunca intentarían practicar sexo con menores y que se pasan la vida tratando de contener sus impulsos naturales—, NAMBLA se consideraría un grupo procontacto.

Todd Nickerson, pedófilo procontacto reformado y miembro del grupo de internet Virtuous Pedophiles (VirPed), ha tomado la iniciativa de darse a conocer públicamente, utilizando su nombre real para rubricar sus artículos sobre su lucha constante por no delinquir. Nickerson afirma que los procontacto más destacados son líderes de sectas. "Son los que más miedo dan porque se dedican en cuerpo y alma a transmitir su mensaje. Son inteligentes y carismáticos y dicen muchas verdades, pero se pasan de la raya", me explicó Nickerson en un email.

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"Desprecio lo que representan y lo que hacen", declaró otro miembro de Virtuous Pedophiles, que responde al pseudónimo de Brett Matthews. Añadió que los miembros de NAMBLA "pretenden darle la vuelta a la tortilla haciendo que parezca que luchan por los derechos de los niños, pero yo no he visto a ningún niño en la calle con pancartas reivindicando su derecho de practicar sexo con pedófilos".

Aquellos pedófilos que llevan a cabo sus deseos siguen siendo tan despreciados como siempre. El mes pasado, la fiscal general de Pennsylvania Kathleen G. Kane, calificó un reciente caso de encubrimiento de abusos sexuales en la diócesis católica de "atroz", declaraciones pronunciadas un día después de que la película Spotlight —en la que se narra la historia de cómo unos periodistas del Boston Globe destaparon un escándalo similar— ganara un Óscar a la mejor película. En EUA, como en la mayoría de países, existe un rechazo absoluto hacia los adultos que practican sexo con niños.

Durante un breve periodo de tiempo, sobre todo en la década de 1970, hubo gente de buena fe que quiso extender la revolución sexual a los niños. Obviamente, la iniciativa no prosperó

Ser miembro de NAMBLA implicaba poder socializarse con otros miembros en los eventos que organizaba el grupo y gozar de una suscripción a su boletín de noticias. Inicialmente, NAMBLA luchaba por la abolición de la edad de consentimiento legal y la liberación de todos los presos por abusar sexualmente de menores. Asimismo, pretendía convertir el sexo entre hombres y niños de cualquier edad en un asunto de derecho civil, instaba a los pederastas a darse a conocer y quería hacer ver a la sociedad estadounidense que los boy-lovers también son personas. Según ellos, los niños deberían poder decidir cuándo y con quién tener relaciones sexuales.

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"Durante un breve periodo de tiempo, sobre todo en la década de 1970, hubo gente de buena fe que quiso extender la revolución sexual a los niños. Obviamente, la iniciativa no prosperó", explica un miembro de Virtuous Pedophiles bajo el pseudónimo de Ethan Edwards.

En su apogeo, NAMBLA supuso una tentación incluso para los pedófilos que se oponían rotundamente al sexo con niños. A principios de los noventa, cuando Brett Matthews era un adolescente y dio con NAMBLA, pensó que se trataba de un grupo de apoyo para pedófilos. "Nunca había hablado con un pedófilo, y cuando estás solo en algo, tu naturaleza te lleva a buscar a gente afín a ti para evitar sentirte solo". Matthew indagó para saber si tenían alguna línea de contacto y fue entonces cuando descubrió la pretensión de la organización de legalizar el sexo con menores. "Cuanto más lejos de esta gente, mejor", recuerda haber pensado.

Posiblemente, el principio del fin de NAMBLA llegó con el controvertido documental Chicken Hawk: Men Who Love Boys (1993), en el que varios miembros de NAMBLA daban la cara y exponían sus sentimientos ante el mundo entero, una jugada atrevida, sin duda, pero fuera de lugar.

La cinta ofrece una mirada a las vidas de algunos de los

boy-lovers

más destacados de la organización, como Leyland Stevenson, quien comparte con el espectador su predilección por la carne joven y narra con todo lujo de detalles una de sus conquistas sexuales. Si bien algunas críticas de la cinta mostraban cierta compasión por estas personas, en general el enfoque del documental basado en el testimonio de sus protagonistas fue condenado en todo el mundo, en especial cuando una representación del grupo habló en la ONU en nombre del colectivo LGBT, que rápidamente marcó las distancias y rompió toda relación con NAMBLA.

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A raíz de aquello, "el activismo fue apagándose", me contó Icarus.

El exilio de NAMBLA por parte de la comunidad LGBT fue un duro golpe, según Nickerson. En aquella época entraba en la mayoría de edad y explica que se sentía atraído por muchachas y que mantenía contactos con algunos miembros de NAMBLA por internet. "Antes la comunidad LGBT aceptaba a los pedófilos como a una especie de hijastro pelirrojo", dijo. Pero desde 1994, los miembros de NAMBLA aseguraban que el colectivo gay "los había tirado a las vías del tren justo en el momento en que empezaban a obtener cierto respeto".

Desaparecido el activismo, NAMBLA se había convertido en un mero boletín de noticias, "un buen espacio para la información y la camaradería", según Icarus. Sin embargo, muchos miembros empezaron a abandonar la plataforma en favor de foros en los que podían conservar mejor su anonimato, ya que en NAMBLA debían pagar cuotas anuales y facilitar su dirección real si querían recibir el boletín".

"Los grupos a favor de la pedofilia se organizaron en internet adoptando diversos nombres", explica Xavier Von Erck, director de operaciones de la organización contra la pedofilia Perverted-Justice. Algunos de esos colectivos son DanPedo, BoyChat o Annabelleigh, según me explicó el propio Von Erck por email.

La notoriedad del boletín, por otro lado, se convirtió en un inconveniente. En 1995, el célebre cómico político Barry Crimmins, quien fue víctima de una violación durante su infancia, se sirvió del boletín de NAMBLA para llamar la atención sobre el hecho de que se usaran las salas de chat de EUA para contactar con menores de edad. "En 1995, toda la información estaba impresa", explica Crimmins. Aquella literatura, recuerda, le ayudó a entender por qué los pedófilos se habían pasado a los chats. "En estos foros intercambiaban justificaciones", añade, "se apoyaban mutuamente, y NAMBLA era la versión oficial de todo ello".

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"Si no fuera porque son peligrosos y detestables, resultarían hasta cómicos", afirma Crimmins.

Lo cierto es que desde hace un par de décadas, este colectivo se ha convertido en una caricatura de sí mismo. La primera vez que los millennials oyen hablar de NAMBLA suele ser por un episodio de South Park, "Cartman ensambla NAMBLA", que hace referencia a otra asociación con el mismo acrónimo pero cuyo nombre desarrollado es North American Marlon Brando Look-Alikes (Asociación estadounidense de hombres parecidos a Marlon Brando).

Cuando se emitió el episodio, la asociación pedófila era casi anecdótica, como señala un artículo de 2001 del Boston Magazine, que declaró que NAMBLA "estaba a punto de extinguirse".

Pese a todo, según Tazelaar, la organización sigue en pie. "Todavía existe, aunque con muchos menos miembros", asegura. "Esto se debe, sobre todo, a que durante unos años las autoridades inducían a los pedófilos a cometer delito sin que fueran conscientes de ello".

"Una de estas operaciones la llevó a cabo el FBI en México", explicó, y se saldó con siete miembros de NAMBLA entre rejas, entre ellos un líder nacional y un organizador de eventos.

Según William Percy, historiador y defensor de la pederastia que aseguró que nunca había sido miembro de NAMBLA, los arrestos supusieron el "golpe final" para la organización. (El FBI no quiso hacer declaraciones sobre NAMBLA).

Hoy día, el grupo está prácticamente inactivo. "Ya no respondemos preguntas sobre nuestros números de miembro, tampoco publicamos boletines impresos", me contó Tazelaar.

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Su sitio web no ofrece mucho más. En la página de contacto hay una dirección postal y dos números de teléfono, uno de los cuales parece estar desconectado, mientras que en el otro salta un buzón de voz de una empresa que no parece tener nada que ver con la organización. También se ofrece la dirección de email de un tal Arnold Schoen, que hizo declaraciones a los medios por última vez en 2010. Sin embargo, Schoen no respondió a mis correos.

Pero Tazelaar asegura que esto no significa que NAMBLA haya desaparecido. "Todavía hay miembros que pagan religiosamente sus cuotas, principalmente para ayudarnos a mantener un repositorio en la red de las posturas actuales e históricas a las que nos adherimos".

Según Von Erck, su grupo de activistas por internet ha perdido el interés por NAMBLA. "Después de exponer a varios activistas pedófilos y conseguir que los arrestaran y condenaran, cesamos nuestra actividad en ese aspecto", explicó.

Ni siquiera Percy, que desearía que la pederastia fuera legal, al menos en parte, parecía sorprendido por el declive de NAMBLA. "Estaban todos locos", señaló. "Siempre he pensado que deberían haber luchado por establecer la edad de consentimiento sexual a los 14 años", añadió. Asimismo, afirma que NAMBLA "lo hizo mal, ya que al no exigir una edad de consentimiento concreta, propiciaron que esta se aumentara".

Pero con NAMBLA o sin ella, el boylove no ha muerto. "La ideología que perseguían sigue muy activa y presente en todas partes", aseguró Matthews, quien también asegura que en el grupo no atienden a razones. "Llevo veinte años discutiendo con esta gente y he llegado a la conclusión de que es como darse de cabezazos contra la pared".

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Traducción por Mario Abad.