El director ejecutivo, Alexander Rose, me habló un poco sobre el concepto.
Alexander Rose: El reloj es un proyecto emblemático para inspirar a la gente y dar pie a una conversación sobre el pensamiento a largo plazo. Una vez estaba dando un tour a algunos ingenieros de IBM y uno de ellos me dijo: “Esto nunca va a funcionar. En tres mil años van a sacrificar vírgenes en esta cosa y su sangre caerá por todos lados y ya no va a funcionar”. Le respondí: “Quizá sea el caso, pero antes de entrar aquí no estabas pensando en lo que ocurriría dentro de tres mil años, así que ya está funcionando”. Muy listo.
Lo que queremos es hacer algo tan mítico y descabellado que la gente quiera contar historias sobre ello y se convierta en un meme al que se pueda hacer referencia. Cuando la gente te diga que no puedes hacer cosas a largo plazo, siempre estará el reloj de diez mil años. Supongo… Al menos hasta el año 1.001. ¿Cuál fue la inspiración para el reloj, Alexander?
"El Reloj Milenario", un reloj que se movía cada año, sonaba una vez cada siglo, y cuyo "cuco" salía una vez cada milenio. Si lo haces “eterno” o a una escala de tiempo astronómico de millones y millones de años, entonces ya no puede relacionarse con la experiencia humana y no sientes que haya algo que puedas hacer que sea importante a esa escala de tiempo. Así que nos preguntamos, "¿cuál es el momento civilizador de la humanidad?" Si regresamos a la última edad de hielo, cuando empezó la agricultura, ese fue el momento cuando empezó lo que hoy llamamos civilización. Así que elegimos eso. Si podemos ver diez mil años hacia nuestro pasado, por qué no ver diez mil años hacia delante. Creo que entiendo a lo que te refieres. ¿Por qué Texas?
La ubicación surgió como parte del financiamiento de Jeff Bezos. Cuando Jeff ofreció la propiedad, en la parte occidental de Texas, era algo privado que nos permitiría avanzar mucho más rápido. Tenía la ventaja de ser un lugar alto en el desierto, un entorno de gran preservación alejado de las ciudades; algo bueno para hacer algo que dure, lejos de las ciudades y las guerras. También queríamos que la distancia fuera un factor, para que la gente tenga que viajar hasta él, y mientras viajan tengan algo de qué hablar. Después, en el camino de regreso, sabrán que han cambiado un poco. Están construyendo una alarma gigante, ¿verdad? El futuro va a estar muy enfadado con vosotros.
Hay elementos del reloj que dejaremos incompletos para futuras generaciones y eventos importantes. La idea es tener esta increíble cosa mecánica que ocurrirá en dado año, década, siglo o milenio, y después diez milenios. Sólo construiremos las cosas para un año y una década, lo demás lo podrá construir la gente en el futuro.
Durante diez mil años, la dependencia de la plataforma ha tenido sus bases en los fundamentos del lenguaje, así que empezamos a buscar maneras de hacer una piedra Rosetta moderna haciendo micro grabados en silicona y haciendo copias metálicas de níquel. Hemos creado un disco Rosetta, con miles de idiomas con información paralela para que cualquiera que encuentre el disco logre entender el mayor número posible de idiomas. Los últimos pasos quizá involucren alguna documentación junto con el reloj y otros proyectos con varios de los idiomas principales en el mundo. Genial.
Con el Proyecto Rosetta, creamos el archivo y la base de datos de idiomas más extensa del mundo. Literalmente tuvimos que recolectar cosas de cajas de zapatos en Papúa Nueva Guinea. Y ahora tenemos documentación de entre 2.500 y 3.000 idiomas. Grabamos esto en silicona usando un haz de iones y usamos el molde para producir una copia de níquel para que dure mucho tiempo. Suena increíble. ¿En cuánto tiempo creéis que estará listo el reloj gigante?
No estoy seguro. ¿Alguna estimación?
No. ¿En serio?
No. ¿Sabeis cuánto costará todo?
No. Creo que esta entrevista ha llegado a su fin. Gracias, Alexander. Todas las imágenes por Rolfe Horn. Sigue a Camille en Twitter: @camstanden