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Más que la ola de calor, nos debería preocupar lo cerca que Bogotá está del sol

El sol bogotano siempre ha sido fuerte, sólo que no sabemos cómo manejarlo. Acá les recopilamos unos consejos para cuidar su piel.

De acuerdo al Instituto de Hidrología, Meteorología y Estudios Ambientales de Colombia (IDEAM), en los últimos días Bogotá ha alcanzado las temperaturas más altas desde 1995: tanto el primero de enero de este año, como el quince, llegó a 23,5 grados. Tres factores ayudan a que Bogotá esté así: el fenómeno del Niño, el crecimiento del calentamiento global, y el aumento del uso de asfalto en la ciudad (que concentra el calor en la urbe) han permitido la permanencia de los días fuertemente soleados en este comienzo de año en la capital.

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Por un lado, según un video educativo creado por el IDEAM, el fenómeno del Niño es un fenómeno de variabilidad climática, mas no de cambio climático. Es decir, un fenómeno que como puede pasar en cualquier momento, puede también repetirse en el tiempo. El Niño se caracteriza por un calentamiento inusual de las aguas del Pacífico ecuatorial. En Colombia, su efecto está relacionado principalmente con la disminución de las precipitaciones y el aumento de la temperatura principalmente en la región Andina y Caribe.

El cambio climático, por su lado, representa "un cambio estable y durable en la distribución de los patrones de clima en periodos de tiempo que van desde décadas hasta millones de años". Esto lo extraigo de una página dedicada a explicarlo, llamada Cambio Climático Global, creada con diferentes trabajos de Doctorado en Ciencias Medioambientales de Latinoamérica desde 1997.

Según sus investigaciones, "el término, a veces se refiere específicamente al cambio climático causado por la actividad humana, a diferencia de aquellos causados por procesos naturales de la Tierra y el Sistema Solar. En este sentido, especialmente en el contexto de la política ambiental, el término 'cambio climático' ha llegado a ser sinónimo de 'calentamiento global antropogénico', o sea un aumento de las temperaturas por acción de los humanos".

De esta forma, se trata de un evento de variabilidad climática que, así unos cuantos republicanos gringos lo nieguen, se ha venido desarrollando por décadas y genera aumentos de por lo menos 2 grados en el promedio de temperatura en ciertas ciudades.

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En tercer lugar, Bogotá se ha caracterizado por sufrir del fenómeno de 'Isla urbana', derivado del concreto que forra sus calles. Dicho de otra forma: mientras la ciudad continúe creciendo con edificios, calles e industria, dice ActionBioscience.org, una página creada por el Instituto Americano de Ciencias Biológicas, se van creando 'islas de calor urbanas', que lo retienen. Entre sus consecuencias están las siguientes: el aumento de uso de energía, lo cual genera la liberación de más gases de invernadero, polución de aire y aumento de los niveles de ozono urbano.

Vamos más lejos. De acuerdo a un artículo publicado por el IDEAM, entre diciembre de 2015 y marzo del 2016, se esperan valores altos y peligrosos de radiación ultravioleta en el país. Estos peligros se están presentando en todo el territorio nacional pero tienen mayor potencia en las zonas montañosas como el sur de Antioquia, los santanderes, Tolima, Eje Cafetero, Boyacá, Cundinamarca, Huila, Cauca y Nariño.

Dichos peligros ya se han puesto sobre la mesa en las discusiones mundiales. De hecho, existe un acuerdo llamado "Acuerdo universal sobre el cambio climático" que se ha encargado de limitar el aumento de la temperatura global en menos de 2 grados centígrados. Es decir, 195 naciones realizaron un acuerdo histórico en diciembre de 2015 para combatir el cambio climático e impulsar medidas e inversiones para un futuro bajo en emisiones de carbono, resiliente y sostenible.

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Ahora, no se trata sólo de estos factores. Hay uno intuitivo que me corroboró un artículo de prensa de la Universidad Nacional publicado la semana pasada en su portal web: al parecer, al estar 2.600 metros por encima del nivel del mar, los bogotanos tenemos más contacto con los rayos ultravioleta producidos por el sol. Con ellos, la piel de los capitalinos podría verse afectada por envejecimiento prematuro, manchas y otros daños como afectación del sistema inmunológico, problemas oculares, o incluso el riesgo de sufrir cáncer de piel.

¿Cómo afecta el sol bogotano a nuestra piel?

Dicho artículo advierte que, en nuestra ciudad, tenemos índices muy altos de dosificación diaria. Por lo que los bogotanos debemos evitar exponernos al sol entre las 9 de la mañana y las 3 o 4 de la tarde, usar elementos de protección como gorras y sombreros y cremas protectoras.

Para la doctora Gaby Flórez, médica de la Universidad Javeriana y Jefe de dermatología de la Clínica Marly, no se puede decir que la reciente ola de calor represente más riesgo para la salud de los bogotanos. Para ella, el cambio climático sí nos expone más al sol, pero es algo que, por la altura de la ciudad, siempre ha debido ser motivo de preocupación. "Siempre hemos estado a 2.600 metros por encima del nivel del mar, lo que pasa es que nuestra relación con el sol y con la cultura del sol ha cambiado", afirma la doctora Flórez.

De hecho, en los últimos dos meses en los que se ha presentado una anomalía en la temperatura capitalina, el consultorio de la doctora Flórez no ha presentado ningún cambio: "no he recibido a más personas, ni casos específicos con el clima actual". Sin embargo, para ella debe haber por lo menos un conocimiento más amplio sobre nuestro contacto diario con el sol.

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Según me contó cuando la llamé por teléfono, los protectores solares tienen un número. Este se determina en un laboratorio en el que se prueba 2 gramos de protector de cierto número por cada 2 centímetros de piel. El protector se aplica en una parte y en otra no. De esta forma, se realiza un factor de conversión que determina que el lado sin protector se quemó 50 veces más que el otro. Es decir, que el mito del protector 100, esa crema densa que pensamos que nos proteje de todo, es mal entendida. "De hecho, los que más se queman son los que utilizan una vez al día este tipo de bloqueadores y piensan que no se deben echar más", me dijo.

Estos son los consejos que pudimos recolectar para estos días:

1. Bloqueador. Si usted hace deporte, tiene que estar viajando por la ciudad o tiene que hacer las vueltas de su mamá o, en fin, no puede estar encerrado durante el día, tenga un tarrito de bloqueador de 50 o más a mano. Écheselo varias veces al día, si es posible cada dos horas.

2. Mangas largas y sombrero. Pese a que haga calor y uno crea que su look es poco práctico o muy caliente, es lo más conveniente en lugar de estar en esqueleto y pantaloneta (aunque den ganas).

3. A la sombra. Métase debajo de un árbol, en la portería de un edificio, espere a su amigo adentro de una tienda y no afuera. Enséñele a sus hijos (si tiene) lo mismo. Los niños no tienen conciencia de estar quemándose.

Y recuerde, estos consejos son válidos para el resto del año.