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pizza hawaiana

R.I.P.: Se nos fue el griego que revolucionó la gastronomía universal

Sam Panopoulos, un inmigrante griego que llegó a Canadá a sus 20 años, falleció el jueves pasado a sus 83 años.

La pizza hawaiana: esa combinación que resulta extraña para muchos, deliciosa para otros y tan polémica como hablar de religión o de política en la mesa, quedó huérfana la semana pasada pues, su creador falleció el pasado jueves.

De luto estará todo aquel que se atreve a pronunciar su nombre para un domicilio, salir linchado en la típica conversación de "pizza favorita", y disfrutar a viva voz o en secreto ese bocado de dulce con sal.

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Sam Panopoulos fue un inmigrante griego que llegó a Ontario cuando tenía 20 años, con el objetivo de crear varios restaurantes con sus dos hermanos. En uno de esos locales llamado Satellite fue que en 1962 añadió piña a una pizza con jamón. Fue un éxito total.

En una entrevista concedida a BBC, realizada en febrero de este año, Panopoulos afirmó que su creación se dio por pura diversión, para ver qué pasaba. Afirmó que, junto con sus hermanos, decidieron dar a probar pedazos que tuvieran piña. Poco a poco empezaron a pedir más y más hasta que metieron la pizza hawaiana en el menú.

Todo empezó cuando quería dirigirse a Norteamérica y su barco paró en Nápoles, Italia. Según una entrevista que Panopoulos concedió hace dos años en Atlas Obscura, una revista online dedicada a los lugares poco comunes en el mundo, la pizza en los años 50 en Canadá, cuando llegó, no era conocida. Pero al poco tiempo, según afirma, llegó a Windsor —otra ciudad canadiense— la pizza pero sólo con tres ingredientes: champiñones, tocineta o peperoni.

Afirma que después de conocer cómo se hacía en Winsor, decidió experimentar con varios ingredientes a ver qué pasaba. Según él, ya varios chefs habían empezado con ingredientes salados, como las anchoas y aceitunas, pero nunca con algo dulce. Como en Satellite, su restaurante, ya preparaban comida china, en la que era más usual combinar lo dulce con lo salado, decidió echarle un tarro de piña que tenía a la pizza que allí preparaban. El resto fue historia.

Sin embargo, no todos aman este plato. Muchos la consideran una abominación. De hecho, tan polémico es este nuevo ingrediente, que hace unos meses el presidente de Islandia, Guoni Johannesson creó una campaña en Internet que se oponía a la piña en la pizza, sugiriendo así que prohibieran su venta.

Panopoulos nunca entendió por qué tanta gente odiaba su creación. Es cuestión de amores y de odios: o no puedes concebir la pizza distinta, o mezclar lo dulce y lo salado es un pecado abominable.

Foto vía: https://www.flickr.com/photos/…