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Música

Cómo tener sueños sexuales lúcidos que satisfagan tus ocultos deseos

Si siempre has soñado con acostarte con Marcel Dettmann, los expertos aseguran que puedes tener sexo con él en tus sueños.
Ilustración por Aparna Sarkar.

Este artículo se publicó originalmente en Broadly.

Cuando mi amiga Christina me dijo que se estaba entrenando para tener sueños lúcidos que le permitieran tener sexo con Kurt Cobain, pensé que estaba loca. Christina siempre ha estado un poco chiflada a su encantadora manera, pero esto ya era pasarse. Soy tan escéptica con respecto a la meditación trascendental como con respecto a la hipnoterapia, así que la capacidad de controlar los sueños mientras dormimos —por no hablar de controlar con qué icónicas estrellas del rock vamos a tener sexo— me parecía imposible.

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Pero Christina se lo estaba tomando muy en serio. Estaba atravesando un período de pseudo-insomnio y entrenarse para tener sueños lúcidos se introdujo en sus planes casi de forma natural. Leyó varios libros, visualizó varios vídeos, indagó en el mundillo de quienes tienen sueños lúcidos y creen en el espacio preliminar entre la consciencia y los sueños… Y funcionó.

"Tuve que trabajar duro en el sueño con Kurt [Cobain]", me dijo Christina, "lo que significa que era recurrente y que cada vez incluía más y más detalles. Cada vez estaba más cerca. Cada vez era más consciente de que estaba soñando y era más capaz de controlar las cosas".

"El sueño comienza y yo estoy en un concierto, en un pequeño club bastante apestoso", continuó. "Unos amigos que no reconozco en mi vida real me han arrastrado hasta allí. Soy joven, tengo unos 20 años. Conozco a Kurt mientras hacemos cola en la barra para comprar una cerveza. En ese momento Nirvana no es famoso, así que no conozco a las bandas que tocan ni quién es él. Me dice que van a tocar esa noche y que me quede a verlo. Lo hago, y tocan canciones de Bleach. Después me pregunta si quiero beber whisky en la van de la banda mientras recogen los instrumentos. Se ofrece a llevarme a mi casa, pero acabamos emborrachándonos y yendo a la suya. Nos quedamos despiertos toda la noche, bebiendo y charlando, y entonces ya es de día y me voy derecho al trabajo".

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Robbert Waggoner, escritor, orador y protagonista de sueños lúcidos, es presidente electo de la International Association for the Study of Dreams (Asociación Internacional Para el Estudio de los Sueños o IASD) y lleva ejercitando los sueños lúcidos desde que estaba en bachillerato. En 1975 leyó las memorias de Carlos Castañeda, Journey to Ixtlan ("Viaje a Ixtlan"), y se obsesionó con una parte en particular: el profesor del narrador le sugiere que busque sus manos mientras sueña para ser consciente de estar soñando. Waggoner se quedó asombrado. Quería saber qué se sentía siendo consciente dentro de sus sueños, así que intentó emular su versión de la técnica que aparecía en el libro. Antes de ir a dormir cada noche, miraba fijamente sus manos y pensaba 'Hoy veré mis manos en mi sueño y sabré que estoy soñando'.

Después de varias noches, la cosa funcionó. Y él se quedó enganchado.

Aunque el término fue acuñado por un psiquiatra holandés en 1913, los sueños lúcidos no fueron objeto de debate entre la comunidad psicológica hasta los años sesenta y setenta, cuando la psicóloga y escritora británica Celia Green los vinculó a la etapa REM del sueño. Aunque muchos investigadores dudaban de que los sueños lúcidos fueran algo más que "breves momentos de vigilia", diversos estudios realizados a finales de los años setenta y en los años ochenta empezaron a examinar las características específicas de los sueños lúcidos mediante encefalogramas que medían la actividad cerebral empleando electrodos no invasivos colocados en el cuero cabelludo. Se descubrió que la actividad sexual era bastante común. En un estudio realizado en 1983, en el momento en que un sujeto era lúcidamente consciente, lo indicaba mediante movimientos específicos de los ojos cuando se daba cuenta de que estaba soñando, cuando comenzaba una actividad erótica dentro del sueño y cuando tenía un orgasmo.

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"Venus dormida" (1510) por Giorgione. Foto vía Wikimedia Commons

"Lo más maravilloso que consiguieron estos estudios, aparte de mostrar el aspecto que tiene el cerebro durante el estado de sueño lúcido, fue confirmar aquello de lo que quienes lo experimentan llevaban hablando tanto tiempo: que eran conscientes durante el estado de sueño, que podían decidir sus acciones y que tenían una sensación de llevar adelante sus objetivos o tentativas de explorar dicho estado de sueño lúcido", afirma Waggoner.

Según datos obtenidos en 1988, la mayoría de las personas tienen sueños lúcidos al menos una vez, pero solo aproximadamente un 20% consigue alcanzar un "estado híbrido de consciencia" una vez al mes o más. Un estudio realizado en 2014 y publicado en el diario Dreaming sugería que quienes experimentan sueños lúcidos son más capaces de realizar conexiones y poseen una capacidad mayor de comprensión que quienes no los experimentan.

"Yo diría que tres de cada cuatro personas pueden [tener sueños lúcidos]", indica Waggoner cuando reflexiona sobre sus experiencias (que podrían estar distorsionadas, ya que trabaja con personas abiertas a la práctica). "Pero para mantenerlos de forma efectiva y frecuente se necesita mucha dedicación".

Como sucede con muchas de las cosas que emprendemos, esta dedicación a menudo surge de nuestro nivel de excitación. En el sitio web World of Lucid Dreaming ("El mundo de los sueños lúcidos"), hay toda una sección dedicada a aprender cómo hacer para tener una erección durante los sueños lúcidos. "Controlar los sueños lúcidos significa ser capaz de satisfacer tus más íntimas fantasías, a menudo de forma tan tangible y vívida como durante la vigilia", escribe Rebecca Turner, creadora de este sitio web y escritora. "Entre el sexo y volar hemos cubierto las dos capacidades más deseables del control de los sueños".

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En otras palabras, no hace falta un gran esfuerzo mental para saber que a la gente le gustaría que Emma Stone se la chupe o follarse a Kurt Cobain en sus sueños, pero el modo de conseguirlo es otra historia. Muchas teorías sobre el sexo en los sueños lúcidos se reducen al mismo concepto: que los sueños lúcidos no tienen que ver con tirar, sino con establecer una conexión emocional con el personaje del sueño. La teoría de "la zanahoria en la cuerda" explica por qué la bella mujer de tu sueño se convierte de repente en tu tío el pervertido cuando te acercas demasiado: te estás autolimitando. La fantasía está en la relación, en la conexión, da igual lo corta que esta sea.

"Si tienes ese interés [sexual], puedes seguir ese camino y vivir una experiencia profunda", afirma Waggoner, "porque en un estado de sueño lúcido, muchos de los sentidos físicos son similares a los de la vida real y la realidad física. El sentido del tacto es similar, si no mayor, y el sentido de la vista se agudiza, de modo que cuando se potencian esos dos sentidos la experiencia sexual puede ser asombrosa. Sin embargo, cuando la gente llega al clímax, como están tan implicados emocionalmente, salen del sueño de repente. Es como si pulsaran un interruptor".

"No recuerdo gran parte de nuestra conversación", me dijo Christina sobre los sueños con Cobain que tan duramente trabajó para conseguir. "Todavía puedo recordar cuando me hablaba haciendo cola en la barra porque estaba muy cerca de mi cara. Podía sentir su respiración. Me tocaba el cuello y me producía escalofríos. Aquella fue la sensación más real, aunque sabía que estaba soñando. Cuando lo pienso ahora, resulta inquietante".

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