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Detrás de la burka a prueba de drones

Nuevas telas para protegerse contra los ataques de EU a civiles.

Adam Harvey hizo una burka a prueba de drones. El artista, en colaboración con la diseñadora neoyorquina Johanna Bloomfield, creó una línea llamada Stealth Wear que ofrece prendas hechas de telas de níquel, diseñadas para impedir la detección por cámaras infrarrojas, entre ellas las utilizadas por los drones de reconocimiento.

Harvey tiene conocimiento en ingeniería mecánica, así como en arte digital, y sus trabajos anteriores también se enfocan en ese espacio donde la protección de la privacidad y el arte se juntan. Su proyecto CV Dazzle exploraba los patrones del peinado y el maquillaje que pueden engañar al software de reconocimiento facial que se utiliza para vigilancia. Camoflash, su bolsa anti-paparazzi contiene una luz LED capaz de oscurecer la cara de cualquiera cuando llama la atención no deseada de los fotógrafos.

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Las prendas de la colección actual, más allá de la burka mejorada, incluyen una bufanda modelada en los velos tradicionales utilizados para el hiyab, una sudadera con gorro, y una playera con material que atenúan los rayos X alrededor del corazón. Ninguna de las prendas protege al usuario de toda detección (la burka llega a la cintura con los brazos extendidos, y la sudadera sólo bloquea la cabeza y parte del pecho) porque crear una prenda que realmente bloqueé tu señal infrarroja involucraría cumplir con el reglamento sobre el tráfico internacional de armas (ITAR); un atuendo completamente a prueba de drones sigue siendo demasiado militarizado para civiles.

El autor con un gorro a prueba de drones.

Harvey dice que el objetivo de la línea es informar y explorar las posibilidades que existen. “Se trata de adaptarnos a nuestro entorno”, me dijo. “Se trata de conocer los nuevos avances. Por un lado, se trata de crear conciencia sobre las nuevas formas de vigilancia; por otro, es una exploración de los materiales”.

Tanto Harvey como Bloomfield comentan que Stealth Wear es un ejemplo de cómo la tecnología militar se filtra hasta la tecnología para el consumidor. Las fuerzas del ejército estadunidense definitivamente usan distintos materiales a prueba de drones, pero estos materiales ya están siendo comercializados, aunque todavía a precios un elevados.

En esta pequeña colección, dos artículos son prendas tradicionales musulmanas que las mujeres usan para cubrirse: el hiyab y una versión de una burka. Los controversiales ataques estadunidenses con drones y los actos de vigilancia en todo el mundo árabe, en particular Pakistán, han resultado en la muerte de muchos civiles, entre estos mujeres y niños. El Bureau of Investigative Journalism reporta que entre 475-861 civiles han muerto durante los 362 ataques con drones norteamericanos que han sido autorizados en Pakistán desde 2004. Muchas de estas víctimas son hombres, dado que los “signature strikes” (ataques realizados contra un grupo de personas que supuestamente muestra características terroristas, pero cuyas identidades se desconocen) de los marines consideran que un hombre adulto en las cercanías de militantes es un blanco válido. Pero cuando consideramos los “double-tap strikes”, una táctica terrorista que bombardea una segunda vez un mismo sitio para acabar con las primeras personas en llegar al lugar del ataque (con frecuencia familiares), no es excesivo pensar que las mujeres están cada vez más expuestas a los ojos y las miras de los sistemas aéreos no tripulados.

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Incluso mientras los drones recreativos y dirigidos al mercado libre comienzan a ganar tracción como herramientas para cineastas, los temidos drones todavía traen a la mente imágenes de ataques sangrientos, símbolo de las nuevas invasiones estadunidenses. Le pregunté a Harvey qué pretendía lograr al camuflar estas prendas tradicionales femeninas:

“Estas dos piezas fueron originalmente diseñadas para mujeres en Pakistán y Afganistán. Discutí este proyecto con varias personas y tuve muchas ideas conflictivas y retroalimentación. Por un lado, no quería “occidentalizar” una prenda [burka] que se utilizaría en Medio Oriente. Sin embargo, sentía que estaba mal agregarle funcionalidad a la burka, una prenda tan represiva. Mejorarla sería aprobar de su existencia. La burka ‘anti drones’ está llena de conflicto. Pero es lo que creo que la burka debería ser un medio para empoderar. La hiyab es todo lo contrario. Es muy neutral. Cualquiera puede usar esto como quiera.”

La prendas saldrán a la venta; los precios aún no han sido confirmados, pero una bufanda Stealth Wear seguro rondará los 250 dólares.

Como un mensaje político, simpatiza con aquellos que se oponen a los ataques con drones y a las múltiples muertes de civiles en Medio Oriente. Sin embargo, su uso fundamental resulta atractivo para locales y extranjeros que sospechan de los actos de vigilancia del gobierno.

Hace poco, Adam y Johanna me invitaron a una sesión de fotos para el libro de Stealth Wear. Después de reunirnos, me enseñaron un correo que habían recibido esa mañana. Un caballero en Arizona que ofrecía calificaciones y reseñas “objetivas” de productos en su página de internet, estaba interesado en reseñar la línea para su sitio. Algunos de los artículos en esa página son armas automáticas y semiautomáticas, así como municiones; también incluye una útil guía de las armas más útiles para el apocalipsis.

En Stealth Wear, la inclinación artística por explorar nuevos materiales y crear prendas que nos saquen de la mira, de forma simbólica y demás, se combina con la realidad política de que una burka a prueba de drones podría convertirse en una opción muy necesaria en ciertos lugares y en ciertos futuros. Ahora sólo nos queda esperar ver qué tan bien se venden.

Sigue a Kelly Bourdet en Twitter: @kellybourdet