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Bigotes para Maduro: Venezuela elige al sucesor de Chávez

El margen tan pequeño de diferencia en las elecciones, implica que la oposición podría colocarse como una gran fuerza política.

La noche del domingo 14 de abril, frente al palacio presidencial de Miraflores, en Venezuela, Román Schuello de 59 años, se paró frente a defensores del gobierno vestidos de rojo para venderles bigotes falsos parecidos al de Nicolás Maduro. Horas antes, se había anunciado que Maduro había ganado la elección a la presidencia venezolana.

“Es la nueva moda”, dijo Román con una sonrisa, señalando los bigotes que vendía por 50 centavos. “Estoy vendiendo muchísimos. Venderá más en los próximos días”.

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A pesar de que Hugo Chávez falleció hace un mes, parece que su revolución bolivariana continuará, aunque sin el respaldo popular con el que contaron el Comandante y su Partido Socialista Unido de Venezuela durante 14 años.

La diferencia de votos entre Maduro y su opositor diez años menor, Henrique Capriles Radonski, fue de sólo 235 mil votos, o 1.6 puntos porcentuales.

Chávez derrotó a Capriles en octubre pasado por un margen de 10.8 puntos. La victoria de Maduro, el domingo pasado, pone al gobierno en una posición mucho más débil.

“La gente no te quiere”, dijo Capriles a Maduro durante un mensaje televisado justo después de que se anunciaran los resultados este domingo. “No reconoceremos ningún resultado hasta que cada voto haya sido contado… Si antes eras ilegítimo”, dijo, refiriéndose a Maduro, “ahora lo eres más”.

La oposición asegura tener una lista con más de 3,200 irregularidades, desde disparos hasta la reapertura ilegal de centros de votación. En las redes sociales han surgido imágenes que muestran casillas descartadas en las calles.

Algunos de los votantes expresaron dudas sobre un conteo justo de sus boletas.

“Voté por Capriles, pero no me voy a engañar”, dijo Luisa Fontiveros, una trabajadora social de 28 años inmediatamente después de votar en una zona adinerada de Caracas. “Capriles ganará, pero el consejo electoral no lo reconocerá”.

Luis Vicente León, encuestador de Caracas, dijo antes de la elección que de ganar, Maduro enfrentaría problemas en “seis meses”.

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“No es Chávez”, dijo León. “Y tiene muchos enemigos”.

Ahora que Maduro ganó con una mayoría tan pequeña, León dice que espera una “negociación o conflicto”.

Uno de estos enemigos podría ser Diosdado Cabello, un hombre fuerte en el ejército que actualmente sirve como director de la Asamblea Nacional del país. Hasta el momento no ha dicho mucho, ansioso por ver al chavismo ganar el debate sobre la ideología del país y el control del estado de muchas industrias. Pero, muchos analistas lo ven como una amenaza para la mano débil de Maduro sobre el trono de Chávez.

Este margen de diferencia tan pequeño implica que la oposición podría colocarse como una gran fuerza política y tomar la oportunidad para atacar al gobierno, algo que los líderes de oposición nunca pudieron hacer desde que Chávez tomó el poder.

“El águila no persigue moscas”, decía Chávez cuando un líder de oposición lo cuestionaba en público. No eran merecedores de su atención o debate. Esto ha cambiado.

“Si Capriles gana”, dijo Mariusca Montes, una estudiante de 21 años, cuya principal preocupación en Venezuela son los terribles niveles de criminalidad, “le espera una difícil tarea. Pero lo ayudaremos”.

Capriles necesitará esa ayuda ahora más que nunca, pues finalmente ha logrado dejar una marca en el chavismo y en el futuro del país.

La breve campaña estuvo llena de farsa. Esta llegó a su punto más surreal cuando Maduro dijo que Chávez se le apareció en la forma de un pequeño pajarito. “Empezó a silbar, y yo silbé también… me dio una vuelta, y se fue”, dijo en televisión estatal. “Yo sentí el espíritu de él [del Comandante Chávez]”. En otra ocasión lanzó una maldición del siglo XVI contra aquellos que no votaran por él.

Oswaldo Ramírez, de 26 años, trabajaba para la compañía de telecomunicaciones del estado y le compró un bigote a Schuello mientras celebraba frente a Miraflores, bebiendo con sus amigos. “¡El bigote es un símbolo de Maduro!” dijo, antes de gritar una serie de eslóganes chavistas. “Larga vida a Chávez, larga vida a Maduro, por siempre”, gritó. “Larga vida a Venezuela”.

(Fotos por Girish Gupta)

@Jammastergirish