¿Cómo ser feliz? Robert Waldinger, experto en el tema, nos respondió

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¿Cómo ser feliz? Robert Waldinger, experto en el tema, nos respondió

Waldinger es profesor clínico de psiquiatría de la escuela de medicina de la Universidad de Harvard,

"Las mejores cosas de la vida no son cosas", dijo Robert Waldinger en el marco de Conferencia Mundial de Turismo de Aruba Happiness 360°, un simposio internacional en asociación con la Organización Mundial del Turismo (OMT), que busca poner el foco de atención sobre las tendencias de la industria y las sinergias entre el turismo, la cultura y la felicidad.

En Aruba, dicen, es donde vive la felicidad. En ese pedazo de desierto que flota en el Caribe, en la parte donde no golpean los huracanes, los habitantes dicen que es el segundo país más feliz del mundo. Allá, donde la tierra árida no deja crecer nada más que aloe, florece la felicidad y todos, o por lo menos casi todos, viven del turismo. Tanto así que es la nación del mundo más dependiente del turismo en relación a su tamaño según Otmar Oduber, Ministro de Turismo de la isla. Por eso era la sede perfecta para hablar de turismo. Por eso también invitaron a Robert Waldinger, un hombre que lleva estudiando vidas de otros casi toda la suya.

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Waldinger es profesor clínico de psiquiatría de la escuela de medicina de la Universidad de Harvard, de donde también se graduó como médico psiquiatra. Además es psicoanalista y monje zen. Y como si fuera poco, es el director del Estudio de Desarrollo de Adultos, que puede ser el estudio más largo que se haya hecho del tema en la historia. En 75 años que lleva el estudio él es el cuarto director.

El estudio, desde 1938, ha pretendido hacer hacer seguimiento, año tras año, a la vida de 724 hombres preguntándoles sobre su trabajo, su vida hogareña, su salud. Los hombres están divididos en dos grupos, el primero estaba compuesto por estudiantes de segundo año de Harvad, y el otro, por jóvenes de los barrios más pobres y familias con problemas de la ciudad de Boston, Estados Unidos. Aunque muchos de los participantes ya han muerto, el estudio ha seguido con sus hijos.

Después de tantos años estudiando vidas, Waldinger y su equipo, podría decirse, son expertos en felicidad. Por lo menos se acercan a saber de qué se trata ese tesoro que tantos buscan. Y no: claramente los más felices no son ni los más ricos ni los más famosos. En palabras del propio Waldinger, la felicidad podría resumirse en la siguiente frase: las buenas relaciones nos hacen más felices y más saludables. Punto.

A su paso por Aruba habló de sus estudio, de la relación de la felicidad con el hecho de viajar. Contó, por ejemplo, que las experiencias traen más felicidad, o por lo menos una más duradera que las cosas, pues quedan recuerdos que se reviven con más alegría que cualquier propiedad. Las experiencias son únicas. Y hasta las experiencias malas sirven, porque pueden terminar convertidas en buenas historias.

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Hablé con él para que nos contara más sobre ese anhelo que todos tenemos de ser felices.

¿Por qué decidió contar los resultados de su estudio, todo lo que han aprendido en 75 años sobre el bienestar y la felicidad en una charla de TED?

Quería servir a la comunidad, por eso. Yo hago tantas investigaciones sobre el bienestar pero lo que aprendemos lo publicamos en revistas especializadas y nadie lee esas publicaciones. Por eso me pareció importante transmitirlo a una audiencia más grande, multiplicarlo. Sabemos mucho del bienestar, de la felicidad, de las condiciones que facilitan el bienestar y las que no. Tuve la intención de tener más impacto. Eso en parte es lo que me llevó a ser monje zen y venir a conferencias como esta.

A lo largo del estudio, ¿cuáles han sido los cambios más notorios entre los padres y sus hijos?

Las mujeres. La mayoría de las esposas de los sujetos en el primera generación eran amas de casa, ahora trabajan igual. Todavía hay amas de casa pero existen muchas más posibilidades para las mujeres que no existían antes. También todos los hombres de Harvard fueron a la Segunda Guerra Mundial y fue una experiencia muy importante para unir a toda la población en Estados Unidos, porque todos los hombres se fueron y eso unió al país.

Por ejemplo, los jóvenes que nacieron en fincas y otros que nacieron en Manhattan terminaron juntos en el ejército. Ahora no pasa. No tenemos una experiencia semejante.

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Los cambios han sido positivos o negativos…

Ambos. Por ejemplo, hay mucha más libertad en estilos de vida. En la primera generación no teníamos homosexuales. Por supuesto, había homosexuales, pero no abiertamente, era imposible. Ahora no hay problema.

¿Qué tan cierto es que las personas que no son tan felices se deterioran más a nivel físico y mental y que tipo de enfermedades son más comunes?

Las más comunes son las enfermedades de la vejez, las que vienen con la edad. La diabetes, enfermedades del corazón, artritis, Alzheimer… estas enfermedades aparecen más rápido. Y creemos que ––y es lo que estamos estudiando ahora en nuestras investigaciones–– porque vemos que hay ciertos mecanismos, como pasa como el estrés que tiene efectos muy negativos en el cuerpo. Creemos que causa inflamación crónica, es decir, genera procesos de inflamación en el cuerpo que puede derivar en estas enfermedades.


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¿Eso puede llevar a enfermedades como cáncer por ejemplo?

Puede ser, hay relaciones entre el estrés y el cáncer.

El estrés crónico depende de situaciones traumáticas o emociones muy fuertes…

Sí, pero puede ser, por ejemplo, el hecho de tener un padre alcohólico que te pega o vivir en un barrio peligroso. Situaciones así generan estrés crónico. Y son comunes.

Para reducir el estrés, ¿debemos empezar a cambiar hábitos?

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Es una cosa muy individual. Por ejemplo, a mi esposa no le gusta la meditación, ella toca el piano unas horas al día y esa es su meditación. Cada persona puede encontrar lo que la calma, lo que alimenta ese sentido de bienestar.

Está claro que es imposible ser feliz todo el tiempo, ¿no?

Es un mito que uno pueda ser feliz cada día. Es imposible. Yo le pregunto a cada uno de mis maestros de zen "tú tampoco eres feliz cada día", y ellos me dicen que no. Es importante saberlo, porque tenemos esta imagen en la vida, que tenemos que ser felices cada día, que todos los otros lo son y yo soy el único que no soy feliz cada día. Ese es un problema terrible.

¿Las redes sociales dificultan la felicidad?

Sí, esto de compararse es lo que lo hace más difícil. Parte de lo que yo quiero enseñar en mis investigaciones de zen es el hecho de que la vida es difícil y todos tienen problemas, porque a veces es posible sentirse tan avergonzado de ser infeliz y eso es un problema yo creo, porque la vida no es siempre feliz.

¿Es malo demostrar nuestra infelicidad?

No, creo que es mejor. Uno de los principios del zen es mirar a las cosas difíciles, enfrentarlas.

¿Qué es recomendable hacer para ser feliz, como sociedad, en medio de una situación adversa?

Más que felicidad hablemos de bienestar. Eso depende mucho de la comunidad, de tratar de resolver esos problemas juntos en vez de separarse.

Es posible alcanzar el bienestar en sociedades donde hay un sentido de unidad, donde todos están luchando juntos. Ahora todos quieren riqueza, y es un problema porque la distancia entre la riqueza y la pobreza es más grande que nunca. En otros países el nivel es más constante. Si vivo en un barrio donde todos tienen más o menos lo mismo puedo sentirme más contento, cuando vivo en una sociedad donde parece que todo el mundo tiene mucho más que yo, yo soy muy infeliz.

¿En qué contribuye el turismo, viajar a la felicidad?

Es casi imposible mantener el odio hacia una persona con quien has compartido una comida o si has visitado su hogar, por eso estas experiencias de viajar facilitan la empatía. Entiendo mejor las culturas. Por ejemplo, nosotros tenemos en nuestro imaginario de Colombia las drogas, pero es una cultura muy rica, feliz y muy complicada, pero el imaginario de drogas es ridículo. Si viajamos a Colombia y tenemos experiencias allí es casi imposible mantener estos estereotipos. Por eso el turismo contribuye no solamente a la felicidad, sino a entendernos mejor.

*La asistencia a la Conferencia Mundial de Turismo de Aruba Happiness 360° fue patrocinada por la Autoridad de Turismo de Aruba.