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Todo lo que tienes que saber sobre la crisis de energía en Colombia

Le contamos por capítulos el novelón de la crisis energética que nos va a dejar sin electricidad.

Foto de portada vía.

Prendan las velas, alisten las linternas de pilas, prepárense para que los coja la noche sin haber cargado portátil y celular. Las voces más autorizadas del tema sospechan, a viva voz, que el racionamiento de luz (o sea, que el Gobierno apague el suiche por unas horas al día) es algo inminente. Esa foto de Juan Manuel Santos, a oscuras, despachando desde la Casa de Nariño, da susto.

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Esta foto la puso el presidente Santos en su cuenta de Twitter el 7 de marzo.

Y no solo por el hecho de verlo a él a contraluz. En cuestión de días, el Gobierno pasó de una relativa calma a una punzante angustia: el (ex)ministro de minas y energía, Tomas González, renunció a su cargo, asumiendo, de paso, que no había tomado las medidas necesarias para evitar la crisis energética; XM, una filial de ISA, que opera el Sistema Interconectado Nacional y administra el mercado de energía en Colombia, hizo recomendaciones muy puntuales al gobierno de Juan Manuel Santos el pasado 9 de marzo, a través del Ministerio de Minas, y el Consejo Nacional de Operaciones, XM recomendó: ejecutar cortes energía de una a dos horas de duración en las horas de mayor demanada, entre las 6 de la tarde y las 9 de la noche, durante por lo menos seis semanas.

Pero Juan Manuel Santos, quien pasa por un momento en que las mayorías no lo respaldan ––el 69% de los encuestados desaprueban su segundo mandato según publicó Gallup en su última encuesta–– pone toda su energía y su fe en que los colombianos podremos ahorrar entre un 5 y un 10% de energía desde el hogar para evitar el apagón, una meta que estuvo muy cerca de cumplirse el pasado domingo 13 de marzo pues el ahorro logrado fue de 4.90%.

Santos, en su afán de dar ejemplo, también dio la orden de apagar las luces de todos los edificios públicos a las 6:00 de la tarde. Asimismo, empezará a premiar a los hogares ahorradores y castigar a los derrochones: por cada peso que un hogar ahorre del consumo promedio recibirá otro; por cada peso de más que gaste le cobrará el doble.

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Como la cosa va en serio, acá va un breve resumen, en capítulos, de lo que ha pasado.

Capítulo 1. No tenemos fuentes alternativas.

La historia va mucho más allá del inicio de segunda semana de marzo. Para el profesor de la Universidad Nacional de Medellín, Jorge Martín Molina, Mágister en geosistemas y PHD en recursos naturales, "Colombia se ha centrado en producir energía a partir del agua, el 85% de la energía que consumimos se genera del agua, y hay que entender que ese recurso tiene sus ciclos". Sabiendo que la industria y los hogares dependen de la energía al mismo nivel que el cuerpo humano depende de la comida, Molina considera bastante riesgoso estar pendiente de una única fuente de energía. Más fácil: no hay seguridad suficiente. "Ninguna fuente de energía única es una buena base de confianza para ningún país", me dijo.

Además, la canasta energética tiene multiples formas. Se puede obtener energía a partir de agua, de carbón, solar, aguas geotérmicas, energía por la frisión de materales radioactivos, del viento. "La diversificación debería ser una política de Estado. En países como España, Holanda, Polonia, una parte de la energía es eólica. Acá en Colombia la capacidad de generación de energía eólica no alcanza ni al 0.1%. En energía geotérmica [aguas profundas, de temperaturas altas juntadas con alta presión] no tenemos absolutamente nada".

El gobierno ya hizo un primer intento de convertir el tema de la generación de energía en una política de Estado, pues en mayo de 2014 el Congreso de la República aprobó la Ley 1715 con la que busca promover el desarrollo y la utilización de fuentes no convencionales de energía, principalmente las renovables.

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"Estamos avanzando pero podríamos avanzar con mayor celeridad", dice Jorge Molina. Tener más base energética, no solo evita apagones futuros sino que genera estabilidad económica, pues no se perjudica a las industrias.

Capítulo 2. Cargo por confiabilidad.

A Santos se le fueron las luces. Los colombianos, hace más de 20 años, vienen pagando un sobreprecio en las tarifas de energía –– lo que en los noticieros llaman "el cargo por confiabilidad"–– para generar, supuestamente, un fondo de donde agarrarse cuando hay problemas de electricidad. Pero ni esos $18.000 millones de pesos del fondo han servido en estos momentos, porque, al parecer, las empresas, en vez de destinar la platica para reforzar la seguridad del sistema, prefirieron ampliar su cubrimiento ante el crecimiento de la demanda. Es decir, las medidas que se tomaron para que no se repitiera el apagón de 1992 no sirvieron y ahora estamos importando un pedazo de la energía de Ecuador.

Lo de Ecuador es cuento viejo, pues Colombia y el vecino país tiene un programa de Transporte de Energía Eléctrica desde 2003, pero después del incendio de la hidroeléctrica de Guatape, en el oriente antioqueño, que produce alrededor del 4% de la demanda nacional, la transacción de energía con Ecuador a tomado mayores dimensiones, aunque Colombia muchas veces ha salido beneficiada de ese negocio.

Capítulo 3. Fenómeno del Niño.

Las advertencias por el fenómeno del Niño empezaron desde el año pasado. En diciembre, el Instituto de Hidrología, Meteorología y Estudios Ambientales de Colombia ––Ideam–– no solo advirtió sino que hizo recomendaciones puntuales: El Niño se mantendrá en el rango de "intensidad fuerte entre diciembre de 2015 y marzo de 2016 (…) Los impactos regionales y locales asociados a este fenómeno, serán diversos y de diferente magnitud. Además, la temporada de menos lluvias en el país coincidirá con el fenómeno en su fase de máxima intensidad, lo que indica una temporada seca más acentuada de lo normal".

Y mantenía sus recomendaciones: no bajar la guardia y mantener activas las acciones preventivas para reducir los impactos asociados a la influencia del fenómeno El Niño. "Invitamos a los ciudadanos, a tomar conciencia sobre el uso eficiente del agua y de la energía y a unirse a la campaña 'Todos contra el Derroche', para crear conciencia del ahorro de estos recursos, prevenir posibles incendios y enfrentar los efectos de la sequía que se sentirán en gran parte del país".

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Un mes después, en enero de este año, primer boletín de predicción climática y alertas, publicado por el Ideam, mantenía una advertencia y la dirigía especialmente al sector energético: tener en cuenta que, a medida que transcurría ese mes, podrían presentarse disminuciones significativas en los aportes a los embalses.

Y sí, el calor generado por el Fenómeno del Niño ha sido protagonista de esta crisis. Para Alejandro Lucio, consultor del mercado energético y director de Óptima Consultores "esto sí es un tema del Fenómeno del Niño que ha sido mucho más intenso y largo de lo que estaba previsto. Pero no empezó ayer, empezó a finales de año pasado".

Capítulo 4. Guatapé y Termoflores.

Uno podría pensar que es mala suerte. El caso es que dos generadoras salieron del juego. Por un lado, Termoflores, en Barranquilla, que tuvo una avería en la central justo cuando salía a mantenimiento programado, quedó en Knock out: sale de servicio y deja de entregar 10 gigavatios de potencia al sistema eléctrico nacional.

Por otro lado, el incendio que se presentó en el cuarto de máquinas de la hidroeléctrica Guatapé, en el oriente antioqueño, no muy lejos de Medellín, que a su vez afecta las centrales de San Carlos y las Playas, también fue un mal trago. Reparar el daño y volver a poner en funcionamiento la central de Guatapé costará más o menos 25 millones de dólares y se prevé que las primeras unidades estarán listas en mayo. El trabajo entero, por otra parte, podría terminar en septiembre. Mientras tanto, esperan poder subsitir con motobombas. La primera será instalada el 21 de marzo siguiente. En dos semanitas.

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Capítulo 5. La renuncia del tranquilo Tomás González.

"Lo que pasó con Guatapé es similar a perder a James Rodríguez en la semifinal del campeonato. Hoy no está disponible un jugador clave y perdimos su aporte en momentos en que más lo necesitábamos", dijo el ahora exministro para reportar los daños por el incendio en Guatapé. Incluso, se atrevió a decir que "Afortunadamente, a cada inconveniente le hemos encontrado una solución adecuada y hoy podemos decirle al país que seguiremos garantizando el abastecimiento de energía a través de medidas oportunas". Unas semanas después renunció (lo renunciaron), por no haber tomado a tiempo las medidas necesarias para evitar la crisis.

El problema recayó en nuestro presidente quien a estas horas despacha a luz de vela. Y de ahí su foto.

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Sara ahorrará energía en su casa pero dejará un espacio de su rutina para usar Twitter cinco minutos al día. Cógela conectada por aquí.

Nota: este artículo fue modificado el día 14 de marzo de 2016. La razón: un lector nos informó acerca de la ley de fuentes no convencionales de energía. Aprovechamos para hacerle unas actualizaciones al calor de los últimos hechos.