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Música

Por qué Pedro Ojeda es uno de nuestros personajes del año

El baterista más propio de Teusaquillo le puso el ritmo a uno de los años más efervescentes de la escena.

Pedro Ojeda es parte de ese grupo de personas que se han partido el lomo apostando por una misión: Una arqueología sonora nacional que reivindique y desempolve la música colombiana, la cual por años ha estado encriptada y sepultada en el olvido. Es un arqueólogo musical y un guerrillero cultural: «Yo celebraría que este año mucha de la música colombiana que había estado encriptada y muchos de los discos que por años estuvieron en los museos y perdidos en algunas librerías y guacas, han estado saliendo a la luz. Muchos artistas que hicieron mucha música y grabaron muchos discos, y que hicieron gran parte de la historia musical colombiana, volvieron a salir a la luz pública y las nuevas generaciones les están reconociendo su valor histórico y dándoles el lugar que se merecen». Así debe comenzar el recuento de uno de estos personajes que este año vieron cómo su misión comienza a concretarse.

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No sólo floreció la escena, sino Pedro, personalmente. Durante el año estuvo involucrado en el proyecto educativo de sus hijos, en el Intihuasi, un colegio alternativo que sigue los principios de la pedagogía Waldorf con énfasis en las artes, la música y el trabajo con la tierra. Una apuesta de educación alternativa para sus hijos que les ha exigido mucho como padres para estar involucrados fuertemente en el proyecto.

Además de sembrar estímulos en sus hijos, Pedro Ojeda es un baterista seminal que ha comenzando a cosechar los retoños de su investigación en los alumnos a los que les da clases de batería. Es pieza clave en varios proyectos que hoy por hoy representan un momento histórico particular en la música de fusión, deconstruida y rearmada como respuesta descolonizadora. En 2015 salió el segundo disco de Los Pirañas, la banda más rara de Colombia, conformada por él y sus dos amigos del colegio, Eblis Álvarez y Mario Galeano. Dejaron lista una edición en cassette que saldrá el próximo año en Estados Unidos. Con Romperayo, su proyecto de alta tensión lisérgica, lanzó un vinilo de 7’’ bajo el sello Names You Can Trust, además sacó el afamado 12’’ homónimo con Discrepant Records. Participó en las grabaciones de las bandas de sus amigos, como en las sesiones de grabación del Vol.2 de Ondatrópica, el segundo volumen de Canción psicotrópica y jaleo del El Ombligo y con Carmelo y Los Toscos sacará dos álbumes más.

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A la par, ha tenido tiempo suficiente como para concretar su proyecto audiovisual. Está terminando de editar su primer documental, “Los Propios bateros”, en el que se muestra la vida y obra de los grandes bateristas colombianos como Guillermo Navas, Germán Chavarriaga, Plinio Córdoba y Wilson Riveros. En últimas fechas, junto a los Pirañas, participó en una colaboración con la alucinante banda de afrobeat brasileño Bixiga 70. Durante la gira de Los Pirañas en Brasil, se juntaron para grabar una sesión de improvisación en los estudios de Red Bull en Brasil, que probablemente se concrete en el lanzamiento de un EP.

Su año estuvo repartido entre las giras internacionales que hizo con Los Pirañas, con quienes se fue a Europa a visitar países como Francia, Bélgica, Suiza y Holanda. También viajaron por Brasil en una gira que incluyó ciudades como Porto Alegre, Sao Paolo, Araracuara y Sao Carlos. Por otro lado, lo vimos casi una vez al mes, a veces más, tocando con alguno de sus proyectos, principalmente en Matik-Matik: “Ya se ve que hay una escena, no masiva pero que tiene potencial. Estamos participando en fiestas a las que cae un buen público, 100 o 200 personas, a veces más y así se posiciona la música, los toques en vivo y la oportunidad de poner rarezas que no se escuchan en otro lado y que son los sonidos que queremos dar a conocer», concluye sobre su actividad en la escena nocturna bogotana. A lo largo del año colaboró con "El bosque encantado", un proyecto de música para niños, con letras enfocadas hacia la educación ambiental, que retoma un poco de la tradición muisca y la sabiduría indígena. Aunque Pedro no aporta creativamente a este proyecto, toca en vivo las percusiones.

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A mitades de año conoció a Joe Bataan y se presentó junto a él en el Solar. Para dicho toque, Pedro hizo la dirección musical y armó a la banda que acompañaría al Rey del Harlem. La experiencia volverá a repetirse, el próximo año se presentará Joe Bataan en el festival Centro y repetirán una fecha en el Solar.

Por todas estas cosas podemos decir que el 2015 fue un año prolífico para Pedro Ojeda, tanto a nivel personal como profesional. Pero no todo lo que sucedió este año lo tiene contento: «Hay muchas cosas que no me parecieron tan chéveres de este año. Lo que menos me gustó fue la actitud del gobierno de dar carta abierta a los proyectos mineros en todo el territorio, incluyendo los páramos y humedales y cambiando el curso de ríos. Esto está trayendo problemas ambientales y es necesario que la ciudadanía y los líderes afronten esta situación y se le ponga un estate quieto a las transnacionales mineras», me anota con especial interés.

Tampoco está conforme con una problématica fundamental para los músicos actuales, el no tener resuelto el problema de derechos de autor, situación en la que se encuentran tanto él como una serie de músicos que tocan en festivales y locaciones fuera del país y que no sienten que Sayco, la entidad de recaudo de derechos de autor en Colombia, defienda sus intereses como músicos y compositores: “Lo que menos me enorgullece es que no he podido resolver bien la cuestión de asociarme con una entidad de recaudo de derechos de autor, porque Sayco, que es la entidad que tiene el derecho para recaudar aquí en Colombia, ha estado involucrada en muchos escándalos de corrupción y no sé hasta qué punto sea bueno asociarse con ellos. Estoy buscando la posibilidad de asosciarme con otra recaudadora, en otro país, pues ya que tocamos bastante en el exterior, la idea es lograr recaudar lo que nos corresponde por los derechos de composición de nuestras obras sin que en el trámite sean los intermediarios los que se queden el billete que pagan los festivales o las emisoras. Entonces estamos en esa búsqueda para encontrarle la comba al palo” enfatiza.

Por último, Pedro dejó arado un campo muy fértil para el próximo año, el 2016 está cargado de planes en los que viajará con Los Pirañas al extranjero y girará con Romperayo por Europa. Además estará en Portugal presentando un proyecto sumamente atractivo: «En mayo voy a estar en Portugal haciendo unos conciertos con Victor Gama, un amigo angoleño que es compositor y constructor de instrumentos. Con él hicimos un viaje a Angola y por el Pacífico sur de Colombia, para trabajar un mapeo musical que se presentará en Portugal el próximo año. Se va a lanzar una obra que llama “Tres mil ríos”, basada en la música de varios ríos tanto del Pacífico sur como de Angola. Para presentarla, iremos a tocar a Lisboa en compañía de Urián Sarmiento». A la par presentará su documental en el Festival de Cine Independiente, tocará con Joe Bataan en el Festival Centro y sacará un nuevo disco de Romperayo, Los Curas Rebeldes, el cual no ha salido en formato físico, también Chúpame el Dedo, la banda punk tropical satánica que tiene con Eblis Álvarez, sacará disco el próximo año.

Grande, Pedro. ¡Que viva la vida, que muera la muerte!