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Música

Los afiches de Skinner, más allá del miedo

Hoy, nuestra súper heroína Rita Indiana se estrena en Noisey con una columna sobre misterios y leyendas. Arranca hablando de las alucinaciones artísticas de Skinner.

Todos los artes por Skinner. Vea más de su obra en http://www.theartofskinner.com. El escritor, psiconauta y etnobótanico Terence Mckenna insistía en que el bad trip en muchas ocasiones es producto, no de una dosis exagerada de hongos alucinógenos, si no de todo lo contrario. Si tomas menos de la cuenta queda un espacio para el miedo. Ese miedo consciente te hace resistirte al viaje, mientras que con la dosis correcta despegas hacia ese lugar inenarrable y sanador de la experiencia alucinógena plena. En este viaje ideal, el pánico, así como el bien y el mal, se disuelven en la intensidad e inmediatez de la experiencia, y aspectos básicos y milagrosos de la existencia como el amor y la muerte reclaman y obtienen un primer plano por el que suelen competir con las banalidades del día a día.

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Las pesadillas alucinógenas que Skinner retrata en sus afiches para bandas, murales, pinturas y juguetes, ocurren en ese lugar en el que la belleza atroz de la visión ha superado al miedo. Sus guerreros, semi-dioses y demonios habitan un mundo violento en el que fuerzas oscuras compiten permanentemente por la posición más importante en la composición. Los protagonistas de sus afiches para bandas de metal, género que también nombra como referente, son monstruos lovecraftianos en toda su gloria.

Nacido en 1978, la influencia de la cultura pop de los 80, sobretodo de películas como Conan y Beast Master, salta, literalmente, a la vista. Ya sean héroes musculosos ante misterios de magnitud cósmica o deidades iracundas, de este horror es imposible apartar los ojos, pues Skinner además de terribles los ha hecho sumamente hermosos.

Esta belleza es propulsada por un manejo del color sobrenatural y una intrincada distribución de las formas comparable solo con Jack Kirby, en la que lo orgánico y lo sintético, la puya, el aparato y la secreción amorfa, conviven espléndidamente. Los que lo conocen desde la escuela primaria dicen que siempre ha sido el mismo, un tipo que dibuja compulsivamente monstruos, espadas y He-mans, sólo que, al contrario de otros niños, Skinner no paró jamás hasta convertirse en el maestro autodidacta que ahora viaja por el mundo y cuyos murales acechan al peatón de Rusia a Puerto Rico. Una extraña ternura late al fondo de estos paisajes violentos y anómalos, la misma que irradia Skinner cuando dice que entre las cosas que toma en cuenta a la hora de crear, está “el amor espiritual y la comprensión en un mundo en el que no hemos podido evolucionar más allá del afán de acumular riquezas”. Skinner trae estas criaturas a nuestro mundo en su taller de Oakland, California, porque las quiere y al quererlas las redime, embelleciendo su fealdad asesina con la precisión de un talento que es un fucking viaje. *** Rita Indiana es uno de nuestros misterios favoritos. Por eso, hoy la compositora y escritora dominicana se estrena como nuestra primera columnista en este rincón justamente bautizado 'Mitologías' y dedicado a misterios y leyendas. Denle la bienvenida por acá.