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Música

"Ojalá la cultura dance se autodestruya": Una charla con The Prodigy

Hablamos con la legendaria banda británica sobre su nuevo álbum, ‘The Day is My Enemy’, el cual tardaron seis años en crear, y el lamentable estado de la electrónica hoy en día.

Fotos por Carlos Álvarez Montero

Hoy en día la música electrónica, la cultura dance, EDM o como carajos se llame, se ha convertido en una híper democratización de “artistas”. Una democratización que ha dado como resultado una saturación propagada por las redes sociales y el internet, y que se puede caracterizar por la falta de contenido y talento, y por un enfoque que solo le interesa los números, los seguidores y las ventas.

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Los DJ’s al estilo de David Guetta, Calvin Harris, Tiësto, etc, le han abierto paso a una escena donde, para una gran parte de la audiencia, la música queda en segundo plano, y lo que importa es volverse mierda, tomarse las selfies y demostrar qué tan exclusivo es el concierto. El esfuerzo y el trabajo que existe detrás de un disco, o una canción, es ignorado. A diferencia de muchos otros artistas, The Prodigy cree en el valor de tomarse su tiempo para la creación de un nuevo material, y por ello su último disco, The Day is My Enemy, tomó 6 años en completarse. Durante ese tiempo, los tres integrantes actuales del grupo, Liam Howlett, Keith Flint y Maxim, trabajaron de forma intermitente hasta que, en palabras de Maxim “la energía, el sudor, la sangre y las lágrimas quedaron plasmadas en el álbum”.

Agresivos, controversiales, padrinos del rave y pioneros del género big beat, son sólo algunos de los términos que pueden usarse para referirse a The Prodigy. Sin embargo, una de las palabras que más describe la esencia del grupo es la fidelidad: a sus métodos, a su sonido, a sus objetivos y a sus procesos creativos. Una banda que fue parte de la última generación que medía su popularidad no con el número de seguidores y likes que tenían en las redes sociales, sino por el grito colectivo del gran número de personas en sus conciertos.

¿Qué opina sobre el estado actual de la música electrónica una de las bandas responsables de su masificación durante los 90?

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Esto es lo que hablamos con ellos.

NOISEY: ¿Cómo fue el proceso de hacer su último disco?
Liam: No somos David Guetta y hacer un álbum de Prodigy siempre es un proceso difícil. Es muy complicado sobre todo empezar el proceso. Una vez que llegamos a ese estado ideal, entonces se vuelve algo emocionante, pero llegar a ese punto tomó mucho tiempo y sucedió hasta muy tarde en el proceso. Lo que me gustó en lo particular de este álbum fue al final. Me dediqué a trabajar en la noche, llegaba al estudio a las 8 de la noche y me quedaba hasta las 5 de la mañana. Cuando hice eso, una parte completamente diferente de mi cerebro se abrió y me ayudó a terminarlo.

Keith: La creatividad es difícil, no es como apretar un botón y que ésto se prenda. Tienes que mantener la integridad y la precisión de lo que quieres que sea tu creación, y casi siempre empiezas a trabajar contra reloj. Sin embargo, no puedes conformarte y decir “ah, así está bien” y creer que está terminado. Esa es la contradicción de todo el proceso. Sabemos lo que implica, pero siempre acabamos cayendo en lo mismo: es un proceso repetitivo por el que tienes que pasar, es la parte difícil que debes vivir para tener la parte buena en el escenario y, como dicen, nada es gratis en esta vida, es el Ying y el Yang. Por eso los álbumes de The Prodigy siempre suenan como parte de un paquete. Son realmente toda una pieza y no es como si tomaras una parte de un set de un DJ y lo pones en un vinil o lo subes en línea. Es tomar una parte del Prodigy del presente y plasmarlo en cera.

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Maxim: No hubiera sido correcto escribir el álbum echados en la playa, y decir “sí, saquemos un álbum en un par de meses”. No estaría bien. No habría fuego en el disco.

¿Cuál fue la diferencia al hacer este disco en comparación con los demás?

Liam: Siempre es diferente. Con éste intentamos crear un escenario en vivo. Mucho de este álbum salió de sesiones improvisadas. “Roadnlox” salió de una improvisación, “Get Your Fight On” también. Hicimos mucho de eso, algo que nunca habíamos hecho antes y eso estuvo bastante cool. Es de alguna forma extraer todos los elementos y convertirlos en una canción a partir de esa sesión improvisada. También trabajar de noche fue algo distinto para mí, porque necesitaba sacar más energía de mí mismo, ya que ir al estudio en el día me drenaba. Por eso probé trabajar de noche y funcionó bastante bien: no sonaba el teléfono, sin correos electrónicos, sin personas que me estuvieran molestando… estuvo genial.

Su disco The Fat of the Land está por cumplir 20 años, ¿qué ha cambiado desde entonces en su forma de hacer música?

Liam: No somos el tipo de grupo que piensa, “Oh Dios, podemos celebrar el vigésimo aniversario de nuestro disco tal”, ni siquiera sabemos cuándo es momento de celebrar, son otras personas las que nos dicen. No somos un grupo retro, nos gusta que haya fans jóvenes que van a nuestros conciertos, así que es muy importante para nosotros seguir avanzando, seguir hacia delante.

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Maxim: Claro que es bueno que la gente te respete, pero para mí se trata de seguir haciendo buena música y subirte al escenario. No somos un grupo que esté buscando reconocimientos.

¿Qué piensan del mainstream cultural electrónico de hoy en día, los festivales, toda la escena: cómo se compara a lo que era hace casi 25 años?

Liam: Es muy comercial, es básicamente música pop. Los productores, o quien sea que esté haciendo música pop, quieren incluir este sonido electrónico y eso está bien, pero nuestro último disco es anti eso. La música electrónica es muy amplia y es muy importante para nosotros pintar la raya entre esas producciones y lo que nosotros hacemos. Yo hago música electrónica y desafortunadamente eso implica utilizar la computadora. No hay nada peor que sentarte y ver una pantalla de computador, a la mierda eso, es como ser un contador. A mí me interesa tocar en vivo, y por eso uso la computadora como una grabadora: hago ruidos y los grabo. Creo que la tecnología permite que las personas hagan música electrónica fácilmente. Cualquier niño puede descargar sus sonidos favoritos y copiarlos, o ir a YouTube y ver un tutorial de cómo replicar tu disco favorito. ¡¿Qué carajos es eso?! Es como si fuera un Lego, es una pendejada. Esto hace más difícil que la gente sobresalga y sea original. Por lo tanto tienes una sobresaturación de basura y tonterías, y encontrar buena música se vuelve más difícil.

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Maxim: Es como cuando Britney Spears estaba haciendo música pop, pero sólo estaba basándose en la influencia de la música dance. Esa es la música pop de hoy, eso es lo mainstream. Nosotros usamos también la música dance como base, pero no tiene nada que ver con lo que hacen otros y lo que está haciendo la música pop.

Las disqueras, los medios y la televisión han arruinado todo el panorama de cierta forma, porque le están vendiendo en ese nivel falsas esperanzas a los niños. Es lavarle el cerebro a los niños y hacerlos pensar que así se hace música, pero por el lado positivo hay gente que no escucha esa mierda y son los que crean nueva música y un nuevo panorama. Un ejemplo perfecto es que, cuando estaba de DJ, mi representante en esa época me decía, “para ser DJ necesitas tener muchos seguidores de YouTube y en Soundcloud, porque así vas a conseguir tocar más en vivo, etc” y yo decía “¿Qué chingados tiene que ver eso con ser DJ?”. Yo sólo quiero tocar canciones.

Keith: Lo más decepcionante es que todo está hecho de manera demográfica. Ven cuántos seguidores de YouTube y de Twitter tienes antes de analizar qué tan buena es tu música, y eso se traduce en cuántas unidades pueden vender, básicamente, en lugar de ver el talento. Antes era un orgullo encontrar algo que valiera la pena y decir “esto está increíble, debes escuchar esto, ser audaz”. Ahora sólo se trata de los números en lugar de la esencia, en lugar del fondo. Eso es lo que mata todo, lo sofoca: la habilidad para que salgan cosas buenas a la luz.

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Por otro lado, si alguien está en YouTube y los encuentras, pues perfecto. Sin embargo, no es lo mismo como si lo descubrieras en una estación de radio confiable.

Liam: En alguna parte, hay un niño en su habitación que tiene la llave para la siguiente fase emocionante de música electrónica creo yo. Eso siempre es lo que pasa.

¿Creen que hay videos hoy que son tan controvertidos como los que ustedes hicieron en los 90?

Liam: Dejémosle la controversia a Miley Cyrus. Marilyn Manson, por ejemplo, fue el rey de la controversia, pero para nosotros nunca fue un objetivo ser controvertidos. Sólo hicimos un video controvertido, o más bien alguien hizo un video controvertido para nosotros. La gente siempre está hablando de “Firestarter”, pero no hay nada controvertido o atemorizante sobre esa canción, es solo la expresión de la cara de Keith en el video.

Keith: Creo que la controversia sólo puede lograrse de manera natural, no puede ser planeada. Puedes ser valiente y atrevido, y mantenerte fiel a la idea, pero creo que si estás buscando causar controversia es tan transparente que lo ves inmediatamente, no puedes forzarlo.

En la canción “Ibiza” parecen estar en contra de lo que Ibiza se ha convertido, ¿o tal vez en contra de lo que siempre ha sido?

Liam: Ibiza es un blanco fácil. No estamos atacando a la isla sino a lo que representa, que parece ser la parte más comercial y la peor de la música electrónica o por lo menos esa es mi opinión personal basada en lo que he visto. Fue un buen tema para nuestra canción pero no es la culpa del lugar, es sólo el estado donde ha terminado la música dance. Nosotros tocamos a principios de los 90 en Ibiza y era terrible desde ese entonces, sólo que ahora hay más dinero y gente de alto perfil. Honestamente la última vez que fuimos la pasamos increíble; se trata de encontrar tu ambiente allá, pero usamos la isla de Ibiza en nuestra canción para que la gente tuviera una imagen de lo que estábamos queriendo decir.

¿Hacia dónde creen que se dirige la cultura dance?

Liam: Ojalá se autodestruya a sí misma, como lo ha hecho antes, y luego renazca con un sonido fresco nuevamente, como siempre lo ha hecho.

Ustedes empezaron en medio de una contracultura inmersa en el consumo de substancias: el rave. ¿Qué tanto inspiraron las drogas su sonido en ese entonces? ¿Todavía lo hacen?

Liam: Las drogas nunca han inspirado mi sonido, desde antes yo siempre estuve metido en los beats. Esos tiempos vinieron y se fueron a principios de los 90. Al principio de la cultura rave todo era fresco y hay consumo de drogas en cualquier cultura juvenil, no es diferente a lo que siempre ha sido. Ninguna droga puede inspirarme más de lo que mi propia mente puede hacerlo cuando está en llamas, eso lo sé. Cada quien debe decidir por sí mismo.