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Música

Del rave a la revolución: cómo la música pop ha cambiado al mundo en el que vivimos

Del acid house a Public Enemy y Pussy Riot. Aquí la historia de la lucha de la música por cambiar el mundo.
Max Daly
London, GB

*Este artículo apareció originalmente en Vice UK.

"La música es el arma del futuro, la música es el arma del progreso, la música es el arma de los dadores de vida". Así decía el músico nigeriano Fela Kuti, citado al principio de Pop Grenade: From Public Enemy to Pussy Riot - Dispatches from Musical Frontlines.

En su nuevo libro, el intrépido periodista y autor Matthew Collin, un ex-corresponsal de la BBC y escritor de influyentes textos acerca de la cultura del éxtasis y movimientos de resistencia, revela en seis piezas de reportaje, cómo la música ha sido la fuerza del cambio cultural, la rebelión y la forma en que se crean paraísos temporales.

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Collin es el Doctor Who de las rebeliones sonoras. Él estaba ahí cuando Public Enemy saltó a la escena en 1987; cuando el techno y el Love Parade unieron a Berlín, dos años después de la caída del muro; cuando el soundsystem del techno británico inició con un convoy de alimentos en 1994 y cuando los raves montados eran causados por una Bosnia en guerra. Él fue corresponsal en Georgia, cuando su presidente intentó impedir la invasión rusa al poner un show de Boney M en la zona de conflicto, en 2007. En 2013, tuvo que refugiarse en la plaza de Taksim, siendo atacado con gas lacrimógeno junto con los músicos rebeldes y estuvo en Moscú cuando liberaron a Pussy Riot.

El mensaje en el contestador de Professor Griff de Public Enemy en 2014, citado en Pop Grenade,dice: "Recuerden, la revolución no es un evento, es un proceso". Es a través de este proceso revolucionario que, al recordar las historias, Collin ha logrado abrirse y obtener una visión única acerca de estos eventos con el tiempo. Lo llamé y le pregunté más acerca dePop Grenade.

VICE: Parece que siempre has estado en la línea de fuego con tu libreta, anotando los momentos más cruciales de la historia musical de los últimos años. ¿Por qué? Matthew Collin: Como muchas personas estoy buscando algo que me guste, algo que me parezca que tiene valor, algo que sea positivo. Estos momentos han tenido un enorme impacto en mi pensamiento y quería reevaluarlos desde la perspectiva de cuál fue su verdadero significado. No soy un escritor musical, pero mi interés en la música es cómo afecta y es afectada por el entorno social. El resultado, este libro, es una historia subjetiva de la inspiración.

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Matthew Collin transmitiendo para la BBC desde Tskhinvali, South Ossetia, 2006

El libro comienza en Túnez con un rapero de 21 años llamado Hamada Bin Amor aka "El Général". Su track de hip-hop antigubernamental llamado "Rais le Bled" se volvió viral y se convirtió en el himno de la rebelión en Túnez en 2010, una rebelión que anunció la Primavera Árabe por todo Medio Oriente y el norte de África. ¿Una canción de rap en verdad puede causar estas revoluciones?

¿Una canción pop puede derribar a un gobierno opresor? Claro que no. Una canción en sí misma no puede cambiar a la sociedad o una situación política. Los Specials escribieron "Free Nelson Mandela" y seis años después fue liberado, pero no creo que alguien haya sugerido que los Specials fueron los responsables. Fue un resultado de años de peleas por parte de la gente de Sudáfrica. Lo que la música puede hacer es apoyar y nutrir movimientos de cambio y reforzarlos de una manera muy poderosa.

Bin Amor era un caso de: lugar indicado, momento indicado y mensaje indicado. Sus canciones reflejaban el ánimo de las protestas en su país. No creo que lo haya planeado, nadie lo vio venir y nadie vio a dónde se dirigía, los sueños de la Primavera Árabe serían las pesadillas de ISIS. Este era un breve momento en el tiempo, en el cual había mucha esperanza e idealismo. Pero en el brutal mundo donde vivimos, la esperanza y el idealismo –especialmente el idealismo– a menudo son cruelmente olvidados.

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Entrevistaste a Professor Griff y Chuck D, de Public Enemy, cuando tocaron en Leamington Spa el año pasado, casi tres décadas después de haberlos entrevistado en Nueva York cuando la banda había, como tú dices, "caído como una bomba supersónica en la consciencia colectiva de la juventud británica". ¿Cómo percibes el impacto a largo plazo?

Public Enemy tuvo una época de tres o cuatro años en la que disparaban enormes hits y llegaban a los titulares por muchas razones. Pusieron en la agenda cultural el tema de la opresión a los afroamericanos en los EEUU. Ellos fueron un portal introductorio, a través del cual los escuchas podían aprender acerca de radicales como Malcolm X o las Panteras Negras, algo a lo que tal vez no hubieran podido acceder.

Pero después todo salió mal para ellos. Comenzaron a recibir mucha atención negativa porque uno de los miembros de la banda hizo comentarios antisemíticos. El clima dentro del hip-hop cambió también, pasaron de ser el centro de las cosas a estar en la periferia. En la cultura pop, las cosas no duran mucho tiempo, pero ellos se habían convertido en una institución de la cultura pop.

Ahora, el mundo del hip-hop está siendo dominado más por letras sobre chicas, dinero y drogas que letras sobre política. ¿Se ha desvanecido por completo lo que Public Enemy ha hecho?

La música rap no es lo que era en los 90, pero ¿cómo podría serlo? Fue una forma cultural y ahora es una forma cultural del sistema. Las cosas han cambiado de alguna manera. Tenemos un presidente negro. Cuando entrevisté a Griff el año pasado me dijo que al educar a toda una generación de gente blanca y negra, Public Enemy había desempeñado una parte dentro de la elección de Obama. Pero cuando ves los tiroteos dirigidos a los negros, por ejemplo en Ferguson, te das cuenta de que las cosas no han cambiado mucho.

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La pregunta es, ¿estos problemas de actualidad están siendo representados adecuadamente por el tipo de periodismo callejero hacia el hip-hop —el reportaje musical— que fue utilizado por Public Enemy?

Dices que puedes "sentir las vibraciones de 'Rebel Without a Pause' y 'Flight the Power' por los aires de las turbulencias de los conflictos del siglo XXI como si fueran los temblores de una tormenta eléctrica distante". ¿Podrías explicarlo? Lo interesante de Public Enemy es que tenía esta idea de ser la versión hip-hop de The Clash. Estaban tomando su inspiración a partir de algo que se había desvanecido en una cultura y una situación social completamente distintas, pero estaban re-interpretando y reutilizándolo, como otros lo han hecho con Public Enemy.

Durante la guerra en Bosnia de 1991, una estación de radio independiente en Belgrado respondió a los tanques de Slobodan Milošević's tocando "Fight the Power" repetidamente. Exactamente de la misma manera, Public Enemy solía llamar al rap "el CNN de los negros"; con gente como El Général, ahora existe la idea de que el rap, para los MCs árabes, es el Al Jazeera del hip-hop nacional.

La gente suele olvidar lo triste que era Berlín antes de la caída del muro en 1989. Luego llegó el techno. ¿Cuánto le deben los berlineses modernos y todos esos artistas y turistas a esta música llena de punchis-punchis?

Berlín era una ciudad que por décadas atravesó un enorme trauma, desde los 30 en adelante. Pero, después de la caída del muro, hubo un logro genuino en el cual la escena techo desempeñó un papel crucial. Berlín es la capital del techno cool y el techno ayudó a transformarla de ser un lugar gris y sombrío a un lugar increíblemente atractivo en términos creativos.

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No sólo logró transformar la imagen de la ciudad, sino que también logró establecer una comunidad creativa que sigue floreciendo y atrayendo a personas de todo el mundo para que se muden y trabajen ahí. No creó el movimiento político que causó el cambio, pero ciertamente inspiró parte de esta transformación social que la ha convertido en el lugar tan increíblemente vital que es hoy en día.

Protesta en la Plaza de Taksim, junio 2013

Escribiste acerca del papel fundamental que la música desempeñó en las protestas de Taskim Square el año pasado en Istanbul, dijiste que Turquía ha tenido una larga historia de música contracultural y que muchas de las bandas de ahí tenían connotaciones políticas. ¿Qué hay acerca del Reino Unido?

Bueno, hay una historia de la música de protesta en Reino Unido, particularmente en las eras del punk y el post-punk, los 70 y los 80, cuando todas estas ideas como el anti-racismo y el feminismo habían sido llevadas hacia la arena cultural por bandas tales como The Clash, The Slits y Gang of Four. Después surgió este pop anti-Thatcher de mediados de los 80 como Billy Bragg and Paul Weller, que no eran tan musicalmente aventurados, pero seguían siendo ostentosos de forma sincera, en pro del igualitarismo, de la izquierda.

Ahora hay gente como Sleaford Mods o Plan B que intentan expresar las emociones de la generación de los contratos zero-hours. Pero puedes sentir que no tienen el mismo impacto mainstream que dicen tener, los Specials hicieron su "Ghost Town" alrededor de la época de los disturbios urbanos de la era de Thatcher.

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¿Por qué es más difícil tener un impacto ahora? Eso podría ser porque la música pop y los medios se han fragmentado más. Así que, por ejemplo, la música grime expresa los sentimientos de una generación libre de franquicias, pero también es una subcultura que sólo toca al mainstream cuando se vuelve abiertamente pop para que no tenga el mismo alcance masivo como cuando todos se sientan a ver la TV a la misma hora todas las noches. No tiene el mismo impacto colectivo. Tienes una agitación pop subcultural exaltando el cambio social o expresando la desilusión social, pero no tiene el alcance mainstream que lo convierte en un punto unificado de diálogo.

¿La música en el futuro será más o menos un "arma" como lo llama Fela Kuti? Hace poco, vi un artículo escrito por Owen James que decía por qué la música tiene un poder emocional tan rudo, la música tiene el potencial para hacernos pensar sobre la injusticia social de manera más efectiva que cualquier columna en el periódico. Ciertamente creo que eso sólo fue por los punks involucrados en el activismo político tal como Anti Nazi League y Rock Against Racism. Las mejores bandas políticas, como Public Enemy y The Clash, solamente lograron enviar sus mensajes antes de hacer ruido de esa forma tan fantástica. La música tiene que ser tan buena como la política, si no sólo es un montón de pop agitador aburrido.

¿Algún ejemplo de esto? Hay unas terribles. "War Song" de Culture Club, "la guerra es estúpida y la gente es estúpida", esto por sí mismo detiene las guerras, ¿no? El triunfo ecológico de Michael Jackson "Earth Song,"¿quéhay cerca de los elefantes/hemos perdido su confianza?". Es vergonzoso y no se ha logrado absolutamente nada de las causas que pensaban estar promoviendo. Regresando a Fela Kuti, si la música en verdad se convertirá en un arma, tiene que ser utilizada con algo de ímpetu y estilo.

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Bosnia, bus rave, foto por Adrian Fisk

Una de las partes más sorprendentes del libro es cómo un soundsystem renegado de Reino Unido llamado Desert Storm, con forma de un DAF anciano con paneles laterales removibles del cual salía techno de un montón de bocinas, terminó haciendo 20 raves en la zona en conflicto de Bosnia. Los beats a menudo estaban puntuados con estallidos de Kalashnikov provenientes de soldados bailarines y gente afuera en consejos de estado. Eso debió haber sido una locura, ¿cierto?

Fue uno de esos momentos en la historia que nadie se imaginaba. Era un producto de la historia, la posibilidad y una especie de dedicación renegada, de gente que podría ser considerada muy valerosa o muy desquiciada. Lo que los raves significaron para toda esta gente que había estado en medio de esta terrible guerra, nunca lo sabré, pero fue una experiencia positiva, muy breve: un destello fugaz de una especie de normalidad, una especie de euforia, una experiencia muy rara para esta gente, luego de tres años y medio de una guerra violenta y sangrienta.

Foto por Adrian Fisk

El carismático comandante de Desert Storm era un desilusionado refugiado del acid house y parte del movimiento "teknival", un negro nativo de Glasgow llamado Keith Robinson. ¿Qué lo habrá motivado a hacer algo así? Keith es una persona notable, un individuo auténtico. No pasa todos los días que un DJ decida ir a tocar en Sarajevo durante los bombardeos. Hay formas más fáciles de ganar plata y llevar una vida más sencilla. El fotógrafo que lo acompañó, Adrian Fisk, me dijo que Keith estaba motivado por el desafío de poner estas fiestas en entornos que eran incrementadamente más complicados y peligrosos, pero al mismo tiempo motivado por lo que percibía como una de las mayores injusticias de nuestra generación: un país europeo sujeto a una guerra absolutamente terrible y brutal.

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La oportunidad de ir ahí y montar una fiesta, un rave, se convierte en algo más atractivo si él sabe que está haciéndolo por la causa correcta. Claro, siempre hay un elemento de aventura, temerario, pero esta es una aventura más allá del deber. Él era un DJ, no un trabajador social, ni un político o un negociador internacional; era un chico que tocaba discos y es lo que hacía para sobresalir, creo, con los recursos que tenía, que eran sus discos y su soundsystem.

Al igual que muchas personas, incluyendo a Spiral Tribe, te desilusionaste con los excesos del acid house en 1990 y cómo había sido dominado por el dinero y la cocaína. ¿El rave está muerto para ti? Lo más raro es que la cultura de la música dance es mucho más global de lo que fue en los 90. Los DJs súper estrellas comerciales de hoy, tocan en estas enormes fiestas de EDM en lugares como Las Vegas y ganan mucho más dinero de lo que hubieran soñado los DJs en los 90. En esa época, pensamos que ya estaba siendo demasiado glorificado y ahora hay una decadencia en una escala que es bastante preocupante, hablamos de una cultura rave convertida en capitalismo corporativo.

Pero lo que pasó es que son completamente otro grupo de personas que están involucradas en la cultura dance porque creen firmemente en ella y en verdad quieren hacer algo creativo y original. Así que tienes estas escenas que son muy vitales, en muchas ciudades de todo el mundo, que están basadas en esta idea de creatividad y no en ganar dinero.

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Estuve en Cape Town recientemente y existe una escena bastante notable en Sudáfrica, gente realizando variaciones genuinamente indígenas del formato rave, reflejando sus propias raíces y cultura al mismo tiempo. Mientras tienes esta escena masiva, inflada, sobrevalorada e híper-capitalista, también tienes éstas corrientes fascinantes que corren por debajo. Al final, la cultura dance es con lo que crecí y no puedo no tener una relación con ella, probablemente siempre la tendré.

Boney M en Tamarasheni, Sur de Osetia, 2007

El presidente de Georgia era un gran fanático de usar la música como método propagandístico, lo cual fue una de las razones por las que Rusia invadió al país en el 2012, por estar tan molestos con estas canciones. También hizo que Boney M diera un show e hiciera que los rebeldes de la región de Osetia del Sur bajaran sus armas y se pusieran a bailar. En ese momento, él te dijo que era una especie de "acercamiento disco a la resolución de conflictos". ¿A menudo los políticos usan la música a manera de propaganda?

Piensa en todas las estrellas pop que han cantado para Bill Clinton o Barack Obama, para apoyarlos públicamente. Obama ha tenido muchísimo apoyo musical, mucho proveniente de raperos. Un joven llamado Young Jeezy escribió una canción llamada "My President" y las letras decían algo como "Obama para la humanidad/ estamos listos para el cambio/ dejen a este hombre brillar". Como sea que se escriba su nombre, Will I Am grabó "Yes We Can" en honor al slogan electoral de Obama y el rapero Common mencionó a Obama en una canción como hacedor de cambios al lado de Martin Luther King y Gandhi.

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La propaganda pop no es necesariamente el único territorio para los chicos buenos. Durante el actual conflicto en Ucrania, hubo pocos videos de raperos grabados por milicias separatistas rusas, uno de ellos filmado por una unidad paramilitar llamada la Brigada Brianka. Muestra a un grupo de chicos duros en camuflaje metidos en su guarida sosteniendo sus AK-47s y toda su parafernalia cristiana ortodoxa alrededor de ellos rapeando "no queremos su OTAN/no necesitamos desfiles GAY/afilar cuchillos/ flamas desde los cañones", ante la cámara. No toda la música como propaganda es Billy Gragg y "Kumbaya".

Viviendo como lo hacen, en un país descrito como "construido sobre el modelo de una colonia penal" las integrantes de Pussy Riot enfrentaron riesgos mucho mayores por decir lo que sentían que las bandas punks que las inspiraron. Las entrevistaste antes y después de haber estado en la cárcel. ¿Cómo eran ellas y por qué se arriesgaron tanto? Eran las hijas de la intelectualidad, muy bien educadas, muy listas, pero muy jóvenes. Creían en las bandas punks como Angelic Upstarts y Sham 69, cantando acerca de la opresión de la policía y convictos siendo golpeados en las cárceles, que han tenido un gran impacto volviendo más justa a la sociedad británica. Tenían esta falta de miedo que viene de ser joven al principio de tus 20, cuando piensas que eres inmortal.

Para ser honestos, no creo que pensaran que podrían ser mandadas a la cárcel, se salió completamente de control. Lo que pensaban que estaban haciendo era una broma artística y lo que se percibió, fue una amenaza contra el poder. En una sociedad como la rusa donde cualquier amenaza contra el poder es extinta, si eres una de ellas entonces te harán caer.

¿En qué punto se dieron cuenta de que esa iba a ser la presentación de sus vidas? Un periodista musical llamó a sus videos y presentaciones "un soundcheck" y dijo que el verdadero show sería el proceso legal. De alguna manera, era la presentación de sus vidas porque las declaraciones y el juicio eran muy notables, dijeron que querían crear algo nuevo en Rusia y lo hicieron.

Aún así, como has dicho, los artistas pop de Rusia no tienen tiempo al aire a menos de que sean amigables con el Estado. El parlamento ruso puso una nueva ley contra la blasfemia, una especie de "Ley Pussy Riot", con tres años de cárcel por "sentimientos religiosos ofensivos". Tanto Maria Alyokhina y Nadezhda Tolokonnikova te dijeron en un restaurante de pizza en Moscú un par de meses después de ser liberadas, que ya habían sido atacadas un par de veces. ¿Cómo podría eso representar algún tipo de cambio? Terminaron en la cárcel cuando había un sentido de esperanza para la oposición rusa, con medios alternativos, y creían que algún tipo de cambio sería posible. Salieron de la cárcel en un momento en el que era claro que no ocurriría. La situación fue deteriorada de manera significativa, con enormes restricciones contra todos los opositores del régimen, la propaganda que surgió en torno a la anexión de Crimea, la guerra contra Ucrania y Putin volviéndose más popular y fuerte que nunca. Sin embargo, incluso si el movimiento al que pertenecían no logró sus metas respecto a la liberación, realmente creo que, como inspiración, lo que hicieron no puede ser borrado.

Así que estos momentos que marcas en tu libro, hayan o no tenido un impacto inmediato, ¿tendrán consecuencias con el paso del tiempo?

Por un momento, puedes ser muy vital y un titular en las noticias, influyes en la gente y después ese momento pasa y todo desaparece. Pero lo que has logrado al mostrar tanto coraje, dedicación y vitalidad creativa puede ser retomado por alguien en algún momento, en algún otro lugar, cuando llegue el momento indicado.

¿Existe un hilo común que atraviese estas piezas discrepantes de reportaje? Inteligencia, coraje, dedicación y la capacidad de pensar de forma creativa. Dudo que compartirían creencias políticas idénticas, pero en realidad se trata del valor para actuar por estas creencias en la esfera cultural en la que se encuentran, que es hacer música. No es literatura ni política, se trata de cómo expresarse por sí mismos. En la mayoría de los casos no hablamos de gente que quiera iniciar la revolución, aunque algunos lo hicieron, sino del deseo de simplemente crear un espacio mejor o más humano en el cual sea posible vivir.

Pop Grenade: From Public Enemy to Pussy Riot – Dispatches from Musical Frontlinespor Matthew Collin fue publicado el 29 de mayo por Zero Books

@Narcomania