Ilustración: Sara Pachón para VICE
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El club es un lugar al que llegan muchas personas con la intención de bailar, despejarse un rato con un buen trago, convivir con los amigos y muchas veces, ligar. Al haber tantas mentes, con distintos propósitos en un mismo lugar durante la misma noche, no es de sorprenderse que el antro sea un lugar que no escape de la mancha del sexismo que cubre nuestra sociedad.El calor de las copas muchas veces puede ser detonante de una serie de comportamientos que no son precisamente enorgullecedores. El hecho de que en el antro muchas veces te traten diferente por ser hombre o mujer, y que además ese trato venga acompañado de alguna connotación sexual con tintes peyorativos es un claro ejemplo de esto.Por ejemplo, las noches de barra libre o no cover para las mujeres, pueden pasar como una simple estrategia de marketing para los establecimientos, sin embargo viene acompañada de un discurso detrás, en el cual llama a los hombres a llegar a un lugar donde habrá mujeres alcoholizadas. Igualmente, el uso de edecanes para activaciones de marcas, promueven la objetificación del cuerpo femenino.
El club es un lugar al que llegan muchas personas con la intención de bailar, despejarse un rato con un buen trago, convivir con los amigos y muchas veces, ligar. Al haber tantas mentes, con distintos propósitos en un mismo lugar durante la misma noche, no es de sorprenderse que el antro sea un lugar que no escape de la mancha del sexismo que cubre nuestra sociedad.El calor de las copas muchas veces puede ser detonante de una serie de comportamientos que no son precisamente enorgullecedores. El hecho de que en el antro muchas veces te traten diferente por ser hombre o mujer, y que además ese trato venga acompañado de alguna connotación sexual con tintes peyorativos es un claro ejemplo de esto.
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En el dancefloor, es común que si no quieres bailar con alguien, te tachen de perra; o si platicas con alguien entienda que estás coqueteando. Por estos y muchos ejemplos más sabemos que, donde se combinan las ganas intensas de ligar con grandes volúmenes de alcohol, por desgracia la balanza del sexismo se inclina de nuevo hacia la mujer; quien tiene que sobrellevar todas esas situaciones incómodas que muchas veces, sabemos que son inevitables en una noche de fiesta.Sin embargo, existen ya muchos colectivos dentro de la escena, que buscan lograr un dancefloor seguro para todos. Discwoman en Estados Unidos, CyberWitches en México o HiedraH en Argentina, por mencionar algunos pocos, han declarado su misión por apoyar una escena electrónica libre de prejuicios o etiquetas para llegar a una experiencia enriquecedora para todos; y en THUMP no podríamos estar más de acuerdo.Continúa leyendo:¿Pueden los campamentos sólo para mujeres detener el acoso sexual en los festivales de música?Se cometen violaciones en los festivales de música y a nadie parece importarleLa historia de Pulse, la discoteca en Orlando fundada en el amorRelacionados: Historias de acoso en la pista de baile