Gente de Auschwitz cuenta cómo es la vida allí

Este sábado, 27 de enero de 2018, se cumplirán 73 años de la liberación del campo de concentración de Auschwitz-Birkenau, en el sur de Polonia, donde aproximadamente 1 millón de personas judías fueron asesinadas por los nazis entre 1940 y 1945.

Hoy, la ciudad que alberga el monumento conmemorativo de Auschwitz, Oświęcim, tiene una población de 40.000 habitantes y atrae a más de dos millones de turistas al año. En 2016, el fotógrafo alemán Felix Adler pasó seis semanas en Oświęcim para averiguar cómo es vivir al lado de este lugar histórico.

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A través de una serie de entrevistas breves, el fotógrafo de 33 años descubrió que la mayoría de los visitantes de Auschwitz pasan menos de un día en la ciudad, mientras sus residentes intentan seguir con su día a día sin pensar constantemente en los horribles sucesos que ocurrieron a pocos kilómetros de sus casas.

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“Si te paras a pensarlo, suena un poco raro decir que vives en Auschwitz, pero la vida aquí es bastante normal. Por ejemplo, acabamos de abrir un centro comercial que me encanta”.

“No elegí vivir en Auschwitz, simplemente es el sitio donde he nacido. Y también donde tengo que ganarme la vida”, dice este propietario de una central de carbón construida sobre los cimientos de una antigua fábrica de municiones de Krupp con mano de obra forzada”.

“Es mi deber como testigo de Jehová difundir la palabra de Dios”, afirma Krzysztof frente a un Salón del Reino. “A excepción de los millones de personas que fueron asesinadas aquí, lo cual obviamente fue horrible, Auschwitz es una ciudad como otra cualquiera, en la que la gente trabaja para mejorar. Y Dios puede ayudarles en eso”.

“Me encanta vivir aquí, sobre todo en verano. Yo nací en el este de Polonia, cerca de Lviv, que ahora forma parte de Ucrania occidental. Luego me vine a Auschwitz”.

“Ah, no se está tan mal. La ciudad es muy bonita y los turistas que vienen a ver el campo siempre me dan dinero”.

“Sí, es muy raro cuando le dices a la gente que eres de Auschwitz”, explica Martin. “Una vez, estando de vacaciones en Poznan, le dijimos a unas personas de dónde éramos y una de ellas nos preguntó en qué barracón vivíamos”.

“¡Aquí todo el mundo me llama Rey!”.

“Mi sobrino es James A. Pawelczyk, el primer polaco en viajar al espacio”, repetía este pescador una y otra vez, con orgullo.

Todos los días Tomasz viene aquí, a orillas del río Sola, a tomar el sol. Las SS solían desechar las cenizas del crematorio en este río, el mismo en el que Rudolf Höß llevaba a sus hijos para que jugaran.

“No soy de Auschwitz, sino de Cracovia. Hemos venido a visitar a la abuela de mi novio. Pero bueno, para mí sería muy raro vivir aquí”.

Este artículo apareció originalmente en VICE DE.