A Madorilyn Crawford la ahorcaron, golpearon y apuñalaron en un cuarto iluminado por neones rojos, entre cortinas de terciopelo. Nadie vio. Nadie parece saber nada. Madorilyn era la trans más famosa de la ciudad. La reina de la noche. Nadie vio a su asesino, nadie la vio morir. No gritó. Su cuerpo quedó allí tendido, con las joyas todavía encima, las mallas apretadas y las botas puestas. Lo encontraron tarde, tirado, inerte. Muy tarde, cuando ya el tapiz de sangre llegaba hasta sus tacones y el rojo había manchado ya las ondas de su peluca.El asesinato de Madorilyn es el caso que estructura Selección Natural, una serie web colombiana que quiere cambiar las reglas de juego del entretenimiento en nuestra todavía incipiente cultura del internet. En este país de telenovelas y realities en televisión por cable, la productora Helena Films y el equipo de dirección de la serie decidieron apostarle a un producto de acceso libre en YouTube, sin mediación de las grandes cadenas nacionales (que suelen decidir qué vemos los colombianos) y en capítulos cortos de 10 minutos. Además, su núcleo es, de forma directa y abierta, una amplia gama de personajes queer: un fiscal gay que tiene miedo de que lo descubran, una política lesbiana y su pareja, activistas transgénero, performers drag. Incluso un viejo homofóbico.Selección Natural logra colar señuelos de la actualidad política colombiana que la hacen cobrar vigencia y hasta la logran proyectar fuera de la pantalla. No solo porque una de las protagonistas, que impulsa la adopción igualitaria, es casi un calco de la senadora Claudia López, sino por los fuertes tintes de House of Cards y otros dramas políticos gringos que tiene, con los cuales la serie muestra que en el poder público nada es transparente. Los arreglos para conseguir ascensos o las mañas para conseguir favores están siempre allí, determinando la acción de los fiscales. También el retrato, con ojo sutil, del uso de los crímenes y la opinión pública para conseguir algún beneficio o un potencial objetivo. Como el despliegue público del crimen de Madorilyn puede ser a la vez un trampolín o un pesado grillete para los implicados, todos luchan por usarlo a su favor.Además de su limpia factura, lo más interesante es que, aunque la serie pretenda socavar los prejuicios y representar personajes queer en un país que no se ha permitido representarlos de forma compleja en la pantalla, ni las trans ni los homosexuales están idealizados. Hay disputas amorosas, errores, peleas. Una de las testigos trans llamadas a declarar lo dice de forma cruda: "En este mundo hay muchas envidias, celos, cuentas pendientes". Y sí: el amor homosexual de Selección Natural no es solo alegría, ni las trans son solo santas.Series como estas son las que pueden, de alguna forma, disponer el terreno para desestimar los prejuicios transfóbicos y homofóbicos que todavía acosan a Colombia. Necesitamos más actores trans y representaciones gays en la pantalla. Este quizá sea un buen primer ejemplo de cómo hacerlo.
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La serie va desenvolviendo, en el tono ya conocido del cine policial, los matices e intrigas que rodean la investigación del crimen. Guillermo, el fiscal encargado, va descubriendo de a pocos las intrincadas redes de poder que rodean el delito. Porque alrededor del asesinato de Madorilyn se juega no solo una muerte sino un contexto político: la transfobia que quizá motivó el crimen, una "furia trans" que desata incesantes plantones tras el asesinato, la intolerancia colombiana frente a la diversidad sexual, la necesidad de la Fiscalía de acabar rápido con el caso para no untarse y dispersar los ojos que están puestos sobre ella, las aspiraciones de poder de los funcionarios que están involucrados, los problemas entre las chicas trans por ganarse un lugar en el spotlight.
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El lanzamiento de "Selección Natural" es hoy a las 8:00 de la noche en Marino Submarino. Para más información, visite su evento en Facebook y su canal de YouTube.
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