Playas y guerrilleros

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Playas y guerrilleros

El ELN sigue activo en la Colombia que no sale en las guías turísticas.

El viaje de Bogotá a Quibdó en avión no dura más de una hora y media. Desde el avión sólo veo árboles, selva y ríos, hasta que estoy más cerca de mi destino y ya puedo ver una población en medio de la selva. El aeropuerto de Quibdó, limpio y moderno, está diseñado para el turista extranjero y local que hace sus vuelos de enlace hacia las hermosas playas del pacífico colombiano. Como no parecía mala idea ir a comer un pescado a la orilla de la playa, decidí ir al Chocó que no sale en las guías turísticas.

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A pesar de ser la zona colombiana más rica en recursos naturales, Chocó tiene los índices más altos de pobreza y miseria del país, algo que lo convierte en el lugar perfecto para dos cosas: la minería ilegal y los grupos armados que luchan por su control. Aquí, la presencia del estado se reduce, al parecer, a los aviones de la policía antinarcóticos, que rocían con glifosato los cultivos de coca afectando a la salud de los pobladores de esta zona y sus cultivos.

La larga y agotadora guerra contras la droga cansa incluso a los actores armados, que han puesto sus ojos en las otras riquezas de la región, minería y recursos naturales. En Chocó no sólo abunda la biodiversidad y los recursos hídricos, sino también el oro. Y se rumora incluso que hay coltán.

Mi plan era viajar hasta el interior para conocer algunos miembros del ELN [Ejército de Liberación Nacional], quienes, a pesar de ser poco conocidos fuera de Colombia, son el segundo grupo guerrillero del país, después de las FARC.

Hicimos el viaje en coche, pasando por varios retenes del ejército y la policía hasta llegar a Istmina. Después, durante varias horas en lancha, pasamos por pueblos cada vez más adentrados en la selva. Por el río San Juan empecé a ver banderas del ELN sobre los árboles: ya estaba en territorio de la guerrilla.

Lo inicios del ELN se remontan a los años 60, con orientación marxista-leninista influenciada por la revolución cubana y, aunque el departamento de Chocó no es su área de mayor influencia en Colombia, ha tenido presencia en la región durante varios años, con un aumento de la actividad durante la primera mitad del 2013.  Parte de su nueva estrategia ha sido realizar acciones en contra de multinacionales y empresas nacionales que operan en el país en temas de hidrocarburos y minería, llevando a cabo secuestros, extorsiones y atentados a la infraestructura de dichas compañías.

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A finales de agosto de 2013, el Ejército propinó un duro golpe a una de las estructuras del ELN conocido como el “Frente de Guerra Occidental” que opera en Chocó, dando de baja en combate al comandante de dicha estructura. El Ejército se adelantó a decir que en Chocó el ELN no cuenta con más de 40 combatientes activos. A pesar de esto, y pude ver, el ELN sigue activo.

A diferencia de sus combatientes, el Comandante X no es de la región, y es un hombre (según él de 34 años, aunque debido a los años de guerra parece que tenga 45) que ha estado vinculado al ELN durante casi toda su vida. Nos llevó selva adentro, pasando por un caserío de no más de 10 casas sumergidas en el barro. A escasos 100 metros de la aldea, nos presentó al resto del grupo; jóvenes combatientes que antes eran campesinos de la región, algunos reclutados a la fuerza de fusil (se sabe de casos de menores de edad reclutados en las comunidades indígenas que habitan la zona, muchos incluso no saben hablar español) y otros porque ven en esto su mejor opción. Estos son “los guerrilleros malparidos que hay que matar” o el “narcoterroristas” como se refieren a ellos muchos en las ciudades alejados de esta otra Colombia.

Son estos los hombres que luchan por los pedazos de tierra y las riquezas que se esconden debajo de los caseríos y en los ríos navegados por chalupas hechas a mano. El Comandante X  y los demás combatiente se taparon la cara para la foto, mientras gritaban desde la selva que aún están presentes.

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