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Cultură

¿Qué sigue del hipster?

Es momento de llorar la muerte de este infame arquetipo y analizar a los que serán objeto de nuestra ira en los próximos meses o años.

Ilustraciones por Alex Jenkins

Ya pasó lo suficiente desde que se pusieron de moda los hipsters como para analizar el movimiento, moda, meme o lo que haya sido y tratar de entender cuál fue su significado, si es que tuvo alguno. Eso es justo lo que estamos haciendo con esta breve colección de notas.

El hipster murió. Aunque la gente blanca todavía usa barba, ya nadie va por la vida con un tocadiscos, los chicos ya no usan lentes de pasta gruesa y los filtros de Instagram color sepia ya pasaron de moda. El término hispter ahora significa "algo nuevo que no entiendo" o "alguien que hace cosas que yo no hago".

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Si no consumes drogas, los que sí lo hacen son hipsters. Si no tienes un auto eléctrico, los que sí tienen son hipsters. Los veganos son hipsters. Los que no son muy aficionados a la carne también son hipsters. Los que usan sombrero son hipsters para los que no usan sombrero (que también son hipsters).

Dicho esto, es momento de llorar la muerte de este infame arquetipo. El hipster era el paria perfecto: pretencioso, mal vestido, iconoclasta, poser. Era como tu hermano menor que hace todo lo posible para que lo noten y le pongan atención pero no se esfuerza para mantenerla. Ahora todo es un cagadero de idiotas, algunos "a la moda", otros no, algunos sólo en internet y otros en la vida real. La gente encuentra cada vez más formas de ser irritante. Por eso mismo, ahora que estamos recordando al hipster, es importante analizar a los que van a ser objetos de nuestra ira en los próximos meses o años y saber cuales son sus cualidades y defectos.

Adultos-bebé

En pocas palabras, los cutesters son adultos que le prestan mucha atención a su niño interior. En realidad son bastante aburridos. Como todos sabemos, actuar de forma infantil es una epidemia que se está extendiendo por todo Occidente y no parece que vaya a desaparecer pronto. Adultos que compran libros para colorear, que ven programas infantiles en la televisión aunque no tienen hijos, que van al kínder para adultos, ven Hora de aventura, fvan a cafés temáticos de cómics, etcétera.

Es como una actitud liberal hacia el consumo y la actividad de los medios. Esto significa que hay adultos asalariados que pagan impuestos y contratan castillos inflables para sus cumpleaños.

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Por suerte, la ley de la supervivencia del más fuerte indica que los cutester están destinados a morir pronto y habrá un grupo menos de fanáticos de Doctor Who que insisten en que no tiene nada de malo tener 25 años y coleccionar peluches de caricaturas de los 90.

Health goth

Hubo un breve momento cuando salió la página de Health Goth en Facebook donde todos se preguntaban si era algo real y la respuesta es: Sí. La estética health goth es básicamente ropa y artículos deportivos de marca. Todos en color negro. Si acaso, pueden tener una franja de color, no más. Y las texturas deben ser brillosas como el neopreno y el PVC.

¿Pero tiene la misma relevancia que los hipsters y los cutesters? ¿Es suficientemente representativo? No. El health goth es demasiado nicho. No existe en la conciencia del consumidor. En cuanto se acuñó el termino health goth, pasó de moda. Así es la naturaleza de la #moda y lo #cool. Probablemente nunca le atraiga a una audiencia más amplia, ni siquiera como insulto porque es demasiado alienante para la gente que no está "al tanto". Hay que dejarle esto a Tumblr y a las maestrías en arte.


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Haters

Los haters de internet son un grupo extraño porque parece que únicamente existen dentro de una comunidad irreal y miope de entes obsesionados con ellos mismos. Tiene algunas similitudes con la ideología hipster pero son muy diferentes.

Claro, los dos son parias culturales que le harían un favor al mundo si dejaran de existir. Lo único que hacen es lanzar tonterías incomprensibles al aire con sus comentarios. Fuera del internet, a nadie le importa lo que dicen. Al menos con los hipsters hay un elemento tangible que se compone de atuendos graciosos y productos artísticos para comprar.

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Pero estos tarados no son más que estorbos narcisistas y groseros que se niegan a ver a su existencia de mal gusto a los ojos. No son un fenómeno cultural. A lo mucho, son un síntoma confuso de un mundo horriblemente abierto donde no hay ni bien ni mal. A la mierda con ellos, no merecen ser los nuevos hipsters.

El típico güey reinventado

El típico güey reinventado se subió a una cohete, rodeó el sol, llegó a donde ningún otro hombre ha estado y volvió exactamente al punto donde empezó: a sentirse superior porque le gustan las mismas cosas que a todos. Ve los partidos del América todos los domingos y usa playeras polo. Escucha a Taylor Swift y a Justin Bieber pero los aprecia en una forma más profunda que tú. Después balbucea algo sobre cómo la mejor forma de sabotear el sistema es asimilarlo y desmantelarlo desde dentro. Pero igual le encanta la fiesta y la chela. Estas personas son como turistas culturales de lo que es mierda para la mayoría de la gente. Son los peores.

JÓVENES creativos urbanos

Parte del problema con los hipsters era lo que representaban. Eran hombres y mujeres que podían pagar un tatuaje de bigote en el dedo índice y no tenían que preocuparse por el trabajo. Personas que vestían harapos no por necesidad sino porque era una decisión de la gente privilegiada que fácilmente podían hacer una trayectoria laboral vendiendo leche orgánica a idiotas dispuestos a pagar un precio exorbitante por ella.


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Pero los tiempos cambian y muchos ya cambiaron de mentalidad a pesar de que sigue existiendo un gran número de tropos visuales (por ejemplo, lucir como los marineros que se imaginan los niños). Hoy está de moda ser empresario y no empleado. Es ahí donde entran los "jóvenes creativos urbanos" que ocupan casas donde antes vivían familias y las comparten con diseñadores gráficos y un equipo de ventas. El punto es un sentido de la moda más corporativo, donde lo "cool" es ser tú mismo, aunque eso signifique representar el tropo ultra capitalista nocivo de la actualidad. Una vida fácil y próspera que no se molesta en imponerse los retos del hipster de hace media década, cuando la pobreza era cool. En vez de eso, lo de hoy es la ambición profesional sin remordimientos mezclada con el deseo de parecer a la moda, sólo que ahora la moda es ir a fiestas con barra libre patrocinadas por Nike. Es la deificación de lo mainstream, irónico o no. Lo que nos lleva a…

Optimistas

El apogeo del hipster también fue el apogeo de la ironía. Los optimistas creen que ya hay demasiadas cosas malas en el mundo y su única solución es vivir el momento de forma genuina en una búsqueda constante de la belleza y la experiencia real.

Publican fotos de caminatas en Instagram, usan el #amomivida, toman jugos antioxidantes, bailan como si nadie los estuviera viendo, prefieren estar sobrios, hablan sin parar sobre sus metas y tienen blogs para escribir sobre sus sentimientos. En su vida no existe la ironía.

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Por supuesto, este estilo de vida no es sostenible. Nadie es perfecto. Con el tiempo, la presión va a ser demasiada y van a colapsar. Tal vez terminen apuñalando a alguien en un ataque de alucinaciones como Natalie Portman en Black Swan.

§§§

Ahí lo tienen. Ahora la sociedad nos ofrece una amplia gama de personas despreciables hacia las que podemos apuntar nuestros rifles. Siguen siendo engreídos, narcisistas, egoístas e ignorantes, y aun así presumen de un conocimiento cultural trascendente. Sin embargo, ahora todas estas características están repartidas en grupos diversos. ¿Dónde está mi disco de Sunn o))? Me largo. Voy a trabajar de DJ en la inauguración de una tienda que vende canastas de mimbre.

En mi opinión, el hipster era una encarnación tímida y agradable de todos los males de la cultura occidental moderna. Empiezo a extrañarlos ahora que ya no existen y que mutaron en mil subdivisiones de idiotas.

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