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Sexo

Guía VICE para el sexo anal

Nueve cosas que debe tener en cuenta si busca una buena experiencia ano-rectal.
Imagen vía usuario de Flickr waltstoneburner.

El sexo anal no es paila, ni antinatural, ni cochino. Bueno, tal vez puede llegar a ser un poco sucio, pero no tanto como para volverse un mierdero. Independientemente de tener un pene o una vagina, o de ser hombre, gay, hetero, mujer, transexual, bisexual o lo que sea, todo el mundo tiene un ano. Y es normal que así como alguna vez decidió tocarse la entrepierna, y descubrió que le gustaba, pueda llegar a acercarse a su ano, sin papel higiénico de por medio, para descubrir que ahí también hay placer. Lo hay, y es normal, y a partir de ahí las posibilidades sólo dependen del nivel de creatividad y de apertura.

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Pensamos que es importante hablar de anos y fluidos, de penes y dildos, de placer y de mierda. Por eso quisimos encontrar las estrategias que pueden ayudarle a tener una experiencia más placentera cuando decida incursionar en el fabuloso mundo ano-rectal. Porque sí, la gente sí tira por el culo.

Consultamos a dos sexólogos que nos dieron consejos sobre cómo se puede tener un mejor sexo anal. Además, hablamos con varias personas que han tirado por el ano para saber qué han aprendido de sus experiencias y qué le recomiendan a otros interesados en hacerlo. Aquí les contamos lo que aprendimos:

Tiene que estar seguro de que sí quiere hacerlo

El primer paso, y el más importante, es tener claro que usted quiere tener sexo anal. Si lo está haciendo solamente por darle gustico a su pareja, va por el camino equivocado. Si este es su caso, deje de leer y vaya reflexione sobre qué es lo que usted realmente quiere. A pesar del posible miedo o de la incertidumbre que pueda sentir, tiene que estar seguro de que es su decisión querer explorar esa cavidad de esa manera.

Entrenamiento previo

Antes de separar las nalgas, o de separárselas a alguien, hay cosas que se pueden ir haciendo para que la cosa no le llegue tan de sopetón. Ir practicando con un butt plug es buena idea, así el ano y usted se van preparando física y psicológicamente. Si no hay plata para el butt plug, la solución la tiene en sus manos: practique con sus dedos. Introduzca uno, luego dos, luego tres con movimientos suaves y progresivos, la idea también es que esté cómodo y vaya perdiéndole el miedo. Todo esto acompáñelo de un buen lubricante o de una buena crema. Más adelante le explicamos cuáles puede usar.

Dieta y alimentación

Usualmente la gente que practica sexo anal tiende a tener cuidado con lo que come el día antes y el mismo día que va a tirar. Muchos procuran no comer nada pesado, nada picante ni nada grasoso. Algunos incluso procuran no comer nada varias horas antes del encuentro. Sin embargo, la sexóloga y el sexólogo que consultamos coinciden en que el cuento de la dieta no es tan trascendental como se piensa. ¿Por qué? Porque la gente caga a ritmos distintos, y hay gente que vacía muy rápido y otra no tanto. Si quiere igual ayudarse con la alimentación puede quedarse con las sopas, la papaya y otras frutas que le ayuden a mover el estómago.

La parte antipopó

Una de las mayores preocupaciones de las personas que quieren intentar tener sexo anal por primera vez es ver el pene o el dildo que sale de su ano lleno de mierda. Puede ser terrorífico pensar en el escenario en el que están ahí, los dos, o los que sean, viendo juntos la mierda de uno de los presentes. Sin embargo, esto en realidad no le preocupa tanto a nadie. Si usted quiere tener sexo anal, sabe dónde se está metiendo, y sabe qué cosas le esperan, así que sí sale popó, no es ninguna sorpresa. Asúmalo.

Pero sí puede tomar precauciones para que la cosa no sea tan desastrosa. La más obvia: ir al baño antes. Para los que preferirían tener un ano completamente pulcro y brillante, los enemas son la solución. Pero esta no es la alternativa favorita de los que tiran con frecuencia por el ano: no hace ninguna diferencia real y la sensación de "cagar agua" puede ser asquerosa. Lo mejor que puede hacer es ir al baño, no justo antes, pues pueden quedar residuos, pero si antes de la penetración. Y lavarse con agua y jabón. De paso, puede afeitarse.

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Preámbulo

Como en todo deporte, si no calienta, va a terminar jodido. Antes de meterla, o de que se la metan, necesita tiempo para excitarse y que todo su cuerpo se vaya relajando, incluyendo su ano. Besitos, caricias, palmadas, insultos, lo que sea que le guste y que lo ponga en el mood. También puede ir haciendo estimulación con el dedo alrededor del ano de la persona que va a ser penetrada, eso ayuda a que los músculos del ano se relajen. Por último, el ejercicio de los dedos también es necesario porque le va ayudando a dilatar el ano y el espíritu.

Condón, condón, condón

Siempre. Por más de una razón:

1. El colon tiene muchas bacterias que pueden entrar por la uretra del que penetra y causar infecciones en el tracto urinario.

2. Las paredes internas del recto y del colon absorben todo, cosa que no hace la vagina, y por eso hay un riesgo mucho mayor de adquirir una infección de transmisión sexual por vía anal. Cualquier bacteria o infección que tenga el que penetra se la va a chupar el colon.

El condón es su salvación. Y acuérdese de que si después de hacer penetración anal va a hacer una vaginal tiene que cambiarse el condón, por obvias razones.

Montones de lubricante

Nunca es demasiado. El ano no tiene lubricación natural, por eso necesita una ayuda extra. Muchas personas lo solucionan con saliva, que puede ser efectivo, pero hay mejores soluciones: lubricantes de esos que se encuentran en cualquier sex shop; hay otros que lo pueden ayudar más, como algunos que traen un poco de xilocaína y que ayudan a adormecer el área y a dilatar el ano. Si no alcanzó a ir a su sex shop más cercana por lubricante puede usar crema humectante, que no sólo le ayuda para la penetración anal, también para la vaginal. Y por ninguna razón use lubricantes a base de aceite, ni vaselina, ya que los dos son a base de petróleo, lo que debilita el látex del condón y hace que se rompa.

Posiciones

La posición más habitual es en cuatro, pero en realidad puede ser la que genera más dificultad y dolor. Por eso, si es su primera vez no es la posición más recomendable. Una de las mejores posiciones es en cucharita, y que sea la persona que está siendo penetrada la que tenga el control del movimiento. Otra posición puede ser que la persona que penetre esté abajo, y la penetrada arriba, para que así pueda tener un mayor control sobre la regulación del ritmo de la penetración. Lo importante ante todo es ir probando y calculando qué es lo que mejor le sirve, porque cuando se trata de sexo no hay un patrón definitivo, y a cada quien le pueden funcionar cosas distintas.

Ahora sí la penetración

Por más ganas que tenga no se puede ir a la loca. La penetración tiene que ser suave y progresiva, no puede meterla de una como un orate. Aproveche lo que siglos de evolución humana le han dado y comuníquese, lo más importante, y más si es su primera vez, es irse preguntando y contando qué tal va la cosa. Los movimientos adentro también tienen que ser suaves, sobre todo en las primeras relaciones sexuales. Ya después de que se acostumbre un poco y de que haya perdido el miedo, puede meterle movimientos más duros, y ahí sí se pueden dar a lo maldita sea (pero con cuidadito igual).

Lo que puede salir mal

1. Se le puede romper el condón. Eso pasa por usar el tipo de lubricante no adecuado o porque se lo puso mal. Cuando esto ocurra, además de interrumpir lo que está haciendo, debe limpiarse bien. Si además su pareja no es tan estable, debe hacerse las pruebas de VIH y de otras ETS, y repetírselas a los tres meses, pues los anticuerpos que detectan estas pruebas pueden ser indetectables inmediatamente después de haber adquirido el virus.

2. Puede sangrar. Esto pasa por falta de lubricación o porque su ano ya tenía una lesión que pudo haber sido causada por estreñimiento u otros problemas. Si el sangrado es poco, se puede poner hielo para que la herida cierre. Si el sangrado es mayor y además le duele mucho significa que puede haber desgarro y que tiene que correr a urgencias. Suena terrorífico, pero esto sólo pasa si ya venía con un problema, o si ignoró completamente los consejos anteriores, y ni se detuvo a lubricar y a estimular.

En cualquier caso, si no está seguro de que hay algo mal o no, lo mejor siempre es ir al médico.

Lo paradójico es darse cuenta que incluso para los médicos el sexo anal, en algunos casos, es un tabú. Para hacer esta guía consultamos a varios doctores que ante la mención de "sexo anal" se negaron a contestar, por pena o indignación. Y si el médico de uno no lo asesora con cosas que tienen que ver directamente con la salud personal, ¿entonces a quién hay que preguntarle?

A pesar de lo que mucha gente puede seguir creyendo, las personas tienen sexo anal. Es una práctica normal que si se hace bien es completamente sana y no tiene ningún problema.

Lo más importante, además de abrir las nalgas, es abrir la mente, y estar abierto al placer porque, como nos dijo una sexóloga, "lo importante es relajarse, porque así sí se puede sentir muchísimo placer".