La normalización de la violencia comienza a ser debatida con mayor fuerza. Los acosos y la intimidación sexual se encaran y se documentan en cientos de smartphones. Pero, a pesar de que la pelea se vuelve cada vez más fuerte en contra de aquellos que por demencia o perversión agreden a los demás, la situación global habla por sí sola. En cualquier parte del mundo las agresiones sexuales, cada una con sus costumbres y tradiciones, se cuentan por montones.Para ilustrar los rasgos retrógrados que aún conserva parte de nuestra sociedad, Maxime Gaudet retrata con suspenso y terror la cotidianidad de una joven francesa que regresa a casa por la noche en Au bout de la Rue.
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