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deportes

El libro que relata las historias detrás de la segunda Copa Libertadores del equipo verde

Ciento setenta y tres páginas que comparan la historia de dos copas ganadas por Atlético Nacional.
Foto por Juan Antonio Sánchez

Es 31 de mayo de 1989. En el Estadio Nemesio Camacho El Campín, el Club Atlético Nacional buscaba revertir un 2-0 ante el Olimpia de Paraguay por el partido de vuelta de la final de la Copa Libertadores. Lejos de su natal Medellín, debido a que el Estadio Atanasio Girardot no cumplía con la capacidad mínima exigida (50.000 personas) por la Conmebol en aquel entonces, los "puros criollos", de la mano de Francisco Maturana, lograban empatar la serie y obligar a la definición desde el punto penal. René Higuita tapó cuatro de nueve. Leonel Álvarez metió el definitivo.

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Ahora es 27 de julio de 2016. Al pueblo verde y blanco le había llegado su revancha. Medellín recibía por segunda vez en su historia un partido de vuelta por la final de la Copa Libertadores. Atlético Nacional contra Independiente del Valle de Ecuador, con quien había empatado a un gol en el Estadio Atahualpa de Quito. A los nueve minutos del primer tiempo, el delantero Miguel Ángel Borja anotaba el único gol que le bastaría al elenco verde para saldar la deuda con su pueblo, levantar por segunda vez la Copa Libertadores de América, esta vez desde el enloquecido Valle de Aburrá.

Los caminos de estas dos historias son las que se relatan en el libro ¡Olé, olé, mi Nacional!, recién publicado por Editorial Planeta y escrito por los periodistas Nicolás Arizmendi y Jonny Sampedro. Ciento setenta y tres páginas en las que se narra la segunda gesta deportiva más significativa del club y la tercera en la historia del fútbol colombiano, contada de primera mano por algunos de sus protagonistas: Reinaldo Rueda, Franco Armani, Macnelly Torres y Alejandro Guerra. Con el prólogo a cargo del maestro Wbeimar Muñoz Ceballos, y acompañado de un registro fotográfico impecable, el libro es un registro digno para amantes del fútbol.

Me encontré con ellos en Medellín para hablar sobre el lanzamiento de su libro, la pequeña gira de conversaciones que le están haciendo esta y la otra semana, y las diferencias que existen en la forma en la que vivieron la pasada Copa Libertadores y esta.

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¿Cuál fue ese chispazo que los motivó a escribir el libro?

Nicolás: De hecho, nos llegó. La propuesta se presentó a través de una amiga mía, que era mi jefe en RCN. A ella la buscó directamente Editorial Planeta, estando Nacional ad portas de la final de la Copa Libertadores en 2016. Durante la pausa por la Copa América Centenario, Planeta propuso escribir algo de Nacional, pensando en que el equipo saldría campeón, dejando así un libro más para la hinchada. Lina no accedió, pero les dijo: "Tengo un contacto que trabajó conmigo en RCN, estuvo casi ocho años adentro de Nacional y en verdad conoce el tema".

Una vez me contactaron, me gustó mucho la idea, pero al estar trabajando no podía dedicarle las 24 horas del día al texto. Dada la fecha de entrega ––Planeta pretendía que una vez saliera campeón Nacional, el texto se entregara tres días después––, acepté el reto, pero les propuse escribirlo a cuatro manos. Ya con Jonny en la conversación, comenzamos una tripartita con el subdirector de Planeta, Édgar Téllez: qué quería la editorial con el libro, y qué pensábamos nosotros que se podía lograr con él.

¿Qué historias hay?

Jonny: El libro se divide en ocho capítulos, entre los cuales hay dos de contexto para todos aquellos hinchas que no les tocó vivir la conquista del 89, y cómo se fue tendiendo ese puente para lograr la gesta de 2016. Los seis capítulos restantes los dedicamos a lo actual: análisis numérico, estadístico, repaso de cada uno de los partidos con sus descripciones respectivas, todo para que el aficionado conserve indeleble ese camino histórico. También hay historias conmovedoras y poco conocidas, como las de Franco Armani y Alejandro "El Lobo" Guerra, quienes nos cuentan cómo fueron sus inicios y sus vivencias a lo largo de la Copa Libertadores; un Macnelly Torres hablando puntualmente sobre el momento decisivo en que para él se gana la Copa. Todo esto viene acompañado de un componente fotográfico de Juan Antonio Sánchez, reconocido reportero gráfico de la ciudad, quien estuvo documentando la actividad del equipo desde que se inició la Copa. En fin, historias con las que la hinchada se sentirá identificada a lo largo de esta reciente conquista y en cada uno de sus episodios.

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¿Cuáles podrían ser las diferencias más notorias entre la obtención de esta Copa Libertadores y la del 89?

J: Hay varias, sin duda. La primera es que el equipo del 89 era netamente criollo, conformado únicamente por jugadores colombianos. En esta conquista ya podemos encontrar figuras extranjeras, como Franco Armani y Alejandro Guerra, muy fundamentales en el equipo. Segundo, en aquel tiempo la grandeza internacional de Nacional no se había dado. La afición ahora se ha multiplicado de una manera gigantesca, con ciudades por todo Colombia.

N: Yo pienso que los cambios que ha habido en el torneo también son notorios. En el 89 nos teníamos que eliminar y ver las caras con Millonarios de entrada. Ahora el torneo no le apunta precisamente a eso, porque la forma en que se ha focalizado por zonas desde la Conmebol misma no permite que los equipos del mismo país coincidan. El componente Higuita lo encontramos página tras página en el libro: mencionado por el "Bendito" Fajardo, por el "Jimmy" Arango, por "Pacho" y por Reinaldo. Creo que nunca habrá otro René, pero encontramos otro arquero, el argentino, Franco Armani, quien adquirió un rol protagónico sumamente alto, teniendo en cuenta que llegó a ser suplente, que se lesionó, que lo criticaron por ser extranjero, y que en últimas se ha convertido en el jugador con mayor cantidad de títulos en el club junto a Sebastián Pérez.

Muchos consideran que René fue el factor fundamental para la obtención de la Copa en 1989, mientras que otros piensan que los goles del "Palomo" Usuriaga fueron claves para lograr la gesta. Para ustedes, ¿cuál sería el jugador superlativo de esta Copa, de 2016?

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J: En estos momentos, el caso de Franco Armani en idolatría está un escalón por encima del resto. Es más, se nota y se comprueba cuando ves que es el único de la plantilla actual que tiene una canción de la hinchada dedicada para él (). En el camino también se encuentran nombres aclamados como Alexander Mejía, Macnelly Torres, Alexis Henríquez y el mismo Miguel Ángel Borja con sus cinco goles anotados en finales.

Seguramente para el hincha de cualquier club de Suramérica, su máximo anhelo es ver a su equipo levantar la Copa Libertadores. ¿Cómo vivieron ustedes aquel 31 de mayo de 1989, y 27 años después, ese 27 de julio de 2016?

J: El 31 de mayo de 1989 tenía ocho años. Recuerdo estar con mi familia en el barrio Altamira. Todos estábamos listos para ver el partido en un televisor de 24" que habían traído de Estados Unidos. Una maravilla. Me acuerdo que mi hermana tenía un año, y por ese tiempo de la semifinal con Danubio y la final con Olimpia, la primer palabra que aprendió a decir fue "verde". También se me viene a la mente estar aplicándome el tratamiento capilar de mi mamá para que el pelo me quedara negro, porque yo quería ser Higuita. Al otro día de la final recorté todas las fotos de los periódicos donde salía René para pegarlas detrás de la puerta.

El 27 de julio tuve la oportunidad de estar en el estadio en compañía de mi hermana, la misma que tenía un año en el 89, y con varios amigos de toda la vida. Entré temprano, precisamente por el trabajo de campo que tenía que realizar para el libro, pero al momento en que se dio inicio al partido el periodista le dio paso al hincha. El partido en el trámite favoreció bastante a Nacional, liquidándose fácil desde el principio, pero sin olvidar la angustia de los minutos finales por el marcador tan corto, incluyendo a mi hermana comiéndose las uñas y llorando. En fin, se terminó el partido, llegaron los gritos, los abrazos, la locura; recordando muchas cosas que nos tocó vivir para poder llegar a disfrutar de ese momento nuevamente. Fue un desahogo muy grande.

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N: En aquel entonces tenía 13 años. Para fortuna mía, Nacional utilizaba la cancha principal de mi colegio para entrenar. Recuerdo que el único provecho que le di al cuaderno de matemáticas fue hacerlo firmar por todos mis ídolos. Yo tampoco tuve bandera: mi mamá me la hizo con dos retazos de tela verde y blanca, y esa misma bandera fue la que llevé a la calle San Juan con 65, que era por donde pasaba el carro de bomberos. Y el simple hecho de ver a los mismos jugadores que habían firmado tu cuaderno, ahora pasando en un camión gigante donde alzaban una copa que se llamaba Libertadores, fue un episodio absolutamente maravilloso.

Esta final preferí verla en la casa. Después de hacer parte activa del fútbol, me cuesta mucho verlo con gente en la calle, porque oigo críticas que no son. Lo vi con mi esposa, ella sabe cómo soy yo con respecto al fútbol: sabe que no le hablo. Y yo obviamente, en mi silencio, entre mi preocupación y tranquilidad al mismo tiempo. Cuando se terminó el partido, lo primero que me dice mi esposa es, "si no salís a celebrar, no vas a dormir". Le hice caso y salí a desfogar todo ese cúmulo de sensaciones, entendiendo que al otro día había que ir a trabajar. Llegué al mediodía, pero feliz.

¿Por qué creen que en Colombia se da tan poca literatura sobre fútbol? Si miramos hacia Argentina, los textos de autores como Panzeri, Fontanarrosa, Sacheri, Caparrós y Valdano son bastante apetecidos por los amantes de las letras.

J: Esa misma inquietud me la planteaba muchos años atrás. Yo pensaría que recién ahora está cambiando el asunto. Por parte de Planeta, por ejemplo, se ven muchos ejemplares de fútbol. Cuando tuve la oportunidad de viajar a Argentina, noté que los libros de los equipos se pueden encontrar demasiado fácil, por lo que me preguntaba: "increíble que aquí haya tanta difusión de esto y que en Colombia estemos tan atrasados en dicho mercado". Yo siempre soñé con escribir algún libro de fútbol, y espero con realizar otro más, pero pensaría que son nichos que no se han explotado. Algo muy similar sucede con los diarios deportivos: en Perú tienen diarios como El Bocón y Líbero, en Venezuela tienen El Líder, en Argentina a Olé… ahí es cuando te preguntas, ¿qué tan futboleros somos realmente si no tenemos un verdadero diario de temática deportiva? Por fortuna, ahora vemos que la situación está mejorando, al menos desde las grandes editoriales.

* Cope es redactor de Thump… E hincha de Nacional. Acá le pueden hacer preguntas.