Los artistas que la rompieron en el FEP y no salieron en el cartel oficial
Fotos por Victoria Holguín

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FEP 2017 X VICE

Los artistas que la rompieron en el FEP y no salieron en el cartel oficial

¿Por qué una activación del Estéreo Picnic tuvo fila de principio a fin durante los tres días de festival?

La octava edición del Festival Estéreo Picnic estuvo a la altura de su monumental popularidad. Ni la lluvia ni los incómodos barriales pudieron impedir que el insuperable aforo que logró convocar el Festival. Los días 23, 24 y 25 de marzo, todos los que acudieron al Festival, que tuvo lugar en el Parque Deportivo de la 222, se gozaron un lineup monstruoso que atacaba con garras y colmillos a la audiencia. Miles de colombianos disfrutaron de la música de 52 talentos locales y extranjeros, más de 10 opciones de comelona, un hippie market para chismosear todo tipo de curiosidades, y por supuesto, atracciones variadas.

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Pero hubo una activación que nos llamó la atención, particularmente por la manera en la que parecía hipnotizar a los asistentes: la instalación de adidas originals. Siempre que pasábamos por ahí con la esperanza de poder entrar a ver qué carajos era lo que pasaba, una fila interminable de personas nos disuadía de intentarlo más tarde.

No les mentimos, el jueves no tuvimos suerte, el viernes tampoco, e incluso el sábado nos tomó una hora llegar a ser los primeros en la fila. Y sin lugar a dudas la espera eterna valió toda la pena del mundo. La elaborada instalación contaba con una antesala, que recibía a los espectadores en una especie de cuarto cuasi triangular repleto de pantallas dispuestas en todo tipo de direcciones.

Cada una replicaba la obra audiovisual de artistas que habían participado en la iniciativa #originalisneverfinished de adidas originals, en aras de contextualizar al espectador acerca del concepto de campaña: retar la creatividad de tres artistas, dándoles como punto de partida una obra de arte de un maestro local para que la reinterpretaran y recrearan, bajo su propio criterio, la originalidad. Y en últimas, eso fue lo que realmente nos mató de la campaña; fue el hecho de que el resto de salas de la instalación contuvieran obras reinterpretativas creadas por talentos jóvenes y locales alrededor de una misma fuente de inspiración: la obra del artista colombiano Omar Rayo. Para nosotros fue mágico caer en cuenta que las filas eternas frente a la instalación fueran producto de una genuina curiosidad por ver arte, y sobretodo, ver arte local.

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Y claro, más allá de que sea del putas que grandes marcas patrocinen el arte de la tierrita, lo que nos tramó fue caer en cuenta de que la movida artística visual del país la tenga tan clara.

Por ejemplo, el colectivo Atractor montó un show de láseres de colores que se movían incesantemente en un cuarto oscuro. Este montaje comunicaba que la originalidad se trata de nunca parar de moverse, y que la novedad debe ser constante. Reinterpretar de esta manera la obra de Rayo también simboliza que, a través de la interacción del individuo con la obra, ella deja de pertenecer al colectivo. Incluso deja de pertenecerle a Rayo; ahora el creador es el espectador, quien se encuentra atravesado por los rayos de colores que se mueven en el espacio.

La brillante forma de hacer que el espectador se reapropie de la obra de Rayo también se vio replicada en las obras de Carolina Amaya y Sara Rayo (hija del maestro), ubicadas en el segundo piso de la instalación. Este último espacio era digno de museo, pues la presentación de la propuesta de las artistas que compartían el piso era meticulosa y brillante.

Por un lado, nos estrellamos con la obra de Carolina Amaya; a simple vista, la ilustración de una especie de diamante amorfo, cuyas aristas se conectaban entre telas con cristales y cautivaba los ojos con un juego delicado de luces. En el centro de la obra había un hueco por el que uno podía mirar hacia adentro de la misma, topándose con un cuarto adjunto lleno de cables neones que atravesaban el espacio sin chocarse entre sí.

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Junto a la obra reinterpretativa de Carolina había un controlador táctil que permitía al espectador jugar con la intensidad y los colores de las cuerdas neón dentro del cuarto. Al jugar con el controlador, los cristales que conformaban el diamante creaban haces de luces y patrones de colores distintos. La idea era acercar la cámara del celular y crear piezas visuales completamente nuevas. De nuevo, la genialidad de la obra era que cada individuo resignificaba a Rayo desde su propia subjetividad. La originalidad de la pieza residía en que ella podía transformarse bajo el ojo de cada persona, permaneciendo siempre sublime y delicada.

Por último, para cerrar con broche de oro, experimentamos con la obra inmersiva llamada "Conversaciones" de la hija del maestro, Sara Rayo. Esta peculiar pieza abarcaba dos paredes paralelas entre sí, exponiendo en cada superficie una estructura en 3D que asemejaba una flor o una mandala blanca, tras la cual brotaban colores constantemente. Lo particular de la obra era que, cuando uno se paraba entre ambas figuras y miraba hacia alguna de ellas, se veía un reflejo fragmentado a través de sus formas. Esto nos llevaba a todos a intentar encontrar un resquicio o un ángulo desde el cual nuestras caras se revelaran completas, pero no era posible.

La explicación del fenómeno es que alguien no se puede ver a sí mismo porque nunca está completo realmente, uno no se define como una sola cosa en un momento dado. Y esa es la verdadera originalidad; ser muchas cosas al mismo tiempo, ser distinto con cada reflejo del tiempo. La estructura 3D que no nos permitía vernos del todo simbolizaba el alma, que al ser perfecta intentaba siempre escapar del cuerpo, sin embargo nunca podía liberarse del todo y se quedaba plasmada ahí, a la vista de todos como algo hermoso.

En definitiva esta instalación fue una absoluta cuquera. Es una de esas campañas que nos alegra que sucedan, porque quienes hayan tenido la fortuna de experimentarla captaron la idea de que lo original nunca termina. Para ser original no se necesita crear nada nuevo. Cada persona puede serlo tomando como base cosas que ya existen. Lo importante es como cada ser humano la reinterpreta y la recrea bajo su propio estilo. Normalmente no escribiríamos acerca de activaciones de marca, pero era necesario.

adidas originals, si estás leyendo esto, te diste garra, pero en el buen sentido.

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