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Como seres humanos que sienten, Kate y yo teníamos visiones muy fuertes sobre lo que era una violación. Pero cuando se volvió parte de nuestras vidas, huimos de ellas por miedo. Las enterramos bajo dudas y las cubrimos con amor, y no fuimos las únicas que lo hicieron. Una encuesta llevada a cabo en el Massachusetts Institute of Technology reveló que mientras que el 17 por ciento de las estudiantes mujeres habían sido violadas por definición (a lo que llamaron "comportamientos sexuales no deseados"), sólo el 11 por ciento dijeron "sí" cuando se les preguntó directamente si habían sido violadas. Ya sea que esta separación entre la acción y la definición de violación sea producto de una incertidumbre cultural o de que la víctima simplemente no desea verlo así, lo más importante es que está ocurriendo y que los que se ven involucrados no lo están reconociendo por lo que es. Al menos no en el momento.Para muchas víctimas es más fácil pensar en su experiencia como una especie de "violación light" que tener que lidiar con lo que significa estar enamorada de tu violador. Es más fácil invalidar tu propia experiencia que aceptarla.
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A pesar de que mi violador no quería hablar de lo que pasaba, era obvio que él sabía lo que había hecho y eso era aún peor. Él sabía que me lastimaba y aún así siguió haciéndolo hasta que dejé de decir que no. Si seguirá haciéndolo con otras mujeres, la verdad no lo sé. Nunca fui a la policía. ¿Por qué? Porque no podía. No quería revivir todo de nuevo, volver a sentir esas emociones tan confusas que tenía por mi ex novio que ya estaba olvidando y que francamente aún me dan pena. En cuanto a la responsabilidad de "proteger" a cualquier mujer que esté con él en el futuro y que pueda lastimar como a mí, de nuevo, no lo sé. Me doy cuenta de que en algún nivel debería hacer algo, ¿pero acaso esa autonomía no debería seguir siendo mía? ¿En qué momento dejo de proteger mi propia recuperación?Si las violaciones en la relación son una epidemia internacional, la persona con quien te vas a la cama es la enfermedad. Mucho tiempo pensé que era algo que tendría que aguantar. Estaba equivocada. El antídoto era hablarlo honestamente y sin complejos. Confrontar a mi ex novio a plena luz del día y hablar de lo que pasó me forzó a ver mi calvario por lo que era. A las mujeres que han dormido al lado de su violador noche tras noche, intentando descifrar qué está ocurriendo, así como el amor que aún sienten por ellos, yo les diría que hablen. Date cuenta de que mereces mucho más que el silencio y habla. No dejes que se escapen de tu voz. Si tienes la fuerza suficiente, repórtalos. Dales con todo lo que tengas.Las violaciones no tienen advertencias. Las violaciones no pueden verse eclipsadas por amor o por una sensación de deber. Ahora lo sé. Mi violador sabía lo que hacía y, muy en el fondo, en algún nivel, creo que la mayoría lo saben. Eso es lo que lo hace tan peligroso y es precisamente la razón por la que las pláticas sobre el consentimiento deberían ser parte de la vida diaria de los jóvenes. Deberían ser algo obligatorio en las escuelas, en la televisión, en internet. Si no lo son, no sé cómo podemos esperar algún cambio.Sabía la definición de violación, claro que la sabía, pero traté de convencerme de que no. Y fue mucho más fácil de lo que crees.