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El caso fue considerado "el equivalente masculino de Roe v. Wade". Hubo opiniones tanto del Centro Nacional para los Hombres como de la Organización Nacional de Mujeres, mientras se desataba un circo mediático."Roe v. Wade les dio a las mujeres el control de sus vidas reproductivas, pero no hay nada que haya cambiado en las leyes para los hombres", explicó Mel Feit, director del Centro Nacional para los Hombres, en un comunicado de prensa emitido en aquel entonces. "Las mujeres tienen ahora el control de sus vidas después de una concepción no planeada, pero los hombres son forzados rutinariamente a ceder el control, a ser financieramente responsables de las opciones que sólo se les permite tomar a las mujeres, y a renunciar a la elección reproductiva".
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Dubay apeló, pero fue rechazado de nuevo. Nancy Gibbs, entonces redactora y actualmente editora de TIME, describió el caso como un "truco legal", pero señaló que "como una forma de llamar la atención sobre el doble estándar y las consecuencias no deseadas, la campaña tiene sentido".
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Susan Appleton, profesora de la Facultad de Derecho de la Universidad de Washington, ha escrito extensamente sobre la reproducción y el arrepentimiento, más recientemente en el Yale Journal of Law and Feminism. Me dijo que en el derecho familiar hay una fuerte política de "responsabilidad personal". En otras palabras, "Dubay tomó la decisión de tener relaciones sexuales heterosexuales sin usar la anticoncepción por sí mismo, asumió el riesgo de convertirse en padre cuando eyaculaba", comentó Appleton.Appleton enseña casos como el de Dubay v. Wells a los estudiantes en su curso de Derecho Familiar. "Ellos aprecian los argumentos de Dubay sobre la injusticia y la desigualdad, pero casi siempre llegan a la conclusión de que ningún otro resultado es posible".Diez años más tarde, el status quo que Dubay desafió sigue vigente hoy en día. Y no ha habido muchos casos similares desde entonces, en parte debido al precedente establecido por el resultado de Dubay v. Wells.Los políticos también han rechazado proponer cambios legislativos que permitan a los hombres tener derechos reproductivos, quizás debido a la suposición de que hacerlo abriría las puertas para que un número sin precedente de hombres optaran por no convertirse en padres. En el futuro previsible, por lo menos, la idea del derecho de un hombre a elegir seguirá acumulando polvo en los libros de historia jurídica.Zoë Lawton es una investigadora legal y escritora especializada en derecho familiar. Síguela en Facebook.