Las grafiteras que están combatiendo la violencia sexual en Colombia
Vera trabajando. Imagen vía Vera | VICE IMPACT

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Las grafiteras que están combatiendo la violencia sexual en Colombia

Hablamos con Bastardilla, Nandy y Vera para saber cómo están usando el grafiti como forma de resistencia.

Este artículo fue publicado originalmente en VICE Impact, nuestra plataforma dedicada al activismo y las causas sociales.

Aunque las artistas mujeres han sido por mucho tiempo subrepresentadas en el mundo del arte, esto ha sido aún más marcado en el mundo del grafiti. Por muchas décadas, este arte fue casi exclusivamente dominado por los hombres, e irrumpir en el club de chicos había demostrado un desafío, tanto en términos de seguridad como de un sexismo arraigado. La violencia contra las mujeres en Colombia fue, en los últimos años, especialmente desenfrenada. Según un informe publicado este verano, entre 2010 y 2015, dieciséis mujeres fueron víctimas de violencia sexual.

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Actualmente, un año después del acuerdo de paz entre el gobierno colombiano y las Fuerzas Armadas Revolucionarias (FARC), que terminó con un conflicto civil armado de cincuenta años que causó más de doscientas mil muertes y desplazó cerca de siete millones de personas en Colombia, las mujeres están renegociando sus papeles en las calles, usando el grafiti para desafiar las preconcepciones relacionadas al género, raza, violencia sexual y otras.

VICE Impact habló con Bastardilla, Nandy y Vera, tres artistas del grafiti jóvenes y comprometidas en Colombia, sobre su trabajo y por qué el grafiti y el arte callejero son tan necesarios para ayudar a catalizar el cambio en 2018.

VICE Impact: ¿Me pueden contar sobre su primer grafiti?
Bastardilla: Estaba trabajando como decoradora, pintando casas. En un momento de aburrimiento, comencé a garabatear una imagen en la pared y la dejé ahí. Después de eso no pude parar.

Nandy: Yo lo hice en el mirador de la comuna veinte, conocida localmente como Siloé, en Cali. Hasta ese punto, solo había hecho grafitis en mi terraza usando pintura en spray. Estaba muy nerviosa. Iba a pintar con un colectivo realmente bueno llamado ‘L’Etincelle’. Todo lo que podía pensar era, '¿Qué pasa si la cago? ¿Qué pasa si lo hago mal?' Pero todo salió bien, me sentí bienvenida. Para mí era nuevo tener gente viéndome trabajar. Eso me puso un poco nerviosa, pero me hizo querer hacer más.

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Bastardilla en el Barrio Santa Fé, Bogotá. (Foto vía Bastardilla)

Vera: Al principio, solo hacía marcas o dibujos muy pequeños en las calles, usando marcadores o stickers. Pero en realidad, estaba muriéndome por pintar una pared. La primera vez que pinté una pared fue en una fábrica abandonada. Pasé mucho tiempo tratando de convencer a un amigo que hacía grafiti para que me enseñara cómo pintar. Cuando por fin accedió, fuimos a esta fábrica y me dijo, "Pintas de aquí hasta aquí y yo pintaré de aquí hasta aquí". Se puso los audífonos y no me interrumpió por el resto del tiempo. Me sentí abrumada y asustada, pero después de hacer los primeros trazos, amé la sensación. Fue algo inexplicable. Me encantó la sensación de pintar, moviendo todo el cuerpo, los brazos, las piernas, para ampliar, para sentir el espacio, la gente, la vida callejera.

Sus grafitis desafían preconcepciones sobre la raza, el género y para combatir la violencia contra las mujeres. ¿Qué las inspiró?
Vera: Estos temas son importantes sencillamente porque soy una mujer. Pinto mujeres como una forma de recuperar el espacio visual de las mujeres en la calle. Durante décadas nuestra imagen ha sido usada en publicidad para vender, distorsionándola al antojo del mercado. Para mí, esto ha tenido un efecto en nuestra forma, como sociedad, de percibir la feminidad. Es una visión patriarcal que honra la religión de banalidad dada por el capitalismo que me rehuso a aceptar, esa es la razón por la que pinto mujeres en la ciudad. Mujeres grandes que representan otras dimensiones: místicas, naturales, sentimentales, etc. Las mujeres que no están a la venta.

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(Foto vía Bastardilla)

Nandy: Cuando comencé pintando rostros, no discriminaba. Si me gustaba una cara, la pintaba. Pero después un incidente impactó mi trabajo, que me hizo abordar el problema [de raza] más activamente. Estaba estudiando en el Instituto Popular de Cultura, haciendo un linograbado. Mi foto representaba a una mujer africana. Un compañero se me acercó y me preguntó, "Oye, ¿por qué dibujas tantos negros?". Para que me dejara tranquila, yo dije, "Porque quiero". Luego no podía dejar de pensar en eso. ¿Por qué debería ser raro que dibuje 'tantos' negros? Pensé en la historia del arte, donde los ideales de belleza femenina tuvieron una tez clara. Decidí que quería cambiar eso.

Bastardilla: La pobreza, violencia y problemas de las mujeres no son cosas aisladas y no son más o menos importantes que el cambio climático, extracción [economías confiadas en la industria extractora], discriminación, migración, problemas indígenas y educación. Creo que es importante ver lo que todas ellas tienen en común, busco similitudes y trato de juntar las voces de otras personas con la mía.

Nandy (derecha), trabajando en una pieza de arte callejero. (Foto vía Nandy)

¿Cómo reacciona la gente a sus grafitis?
Nandy: Digamos que al ochenta y cinco por ciento de las personas que los ven, les gustan. Al otro porcentaje, no. A veces es porque solo les gustan las cosas aburridas y blancas. La reacción más común, sin embargo, es que la gente se sorprenda al ver estos cuerpecitos de mujeres pintando la calle.

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¿Cuál es el graffiti más difícil en el que han trabajado?
Nandy: El más difícil para mí, fue uno que hice en Manizales, en un festival de narrativa urbana. Hubo un tema que me tocó, era muy serio pero necesario de capturar y denunciar: el abuso sexual.

Imagen vía Nandy.

Vera: El más difícil fue 'Allpa Mama'. Es el más grande que he pintado. El muro medía diecinueve metros de altura, y solo había un andamio, solo el prototipo era de seis metros.

¿Por qué consideran que al grafiti como una forma importante de defensa?
Vera: El grafiti es la forma más democrática de hacer arte, es accesible para todos y trae el arte más cerca de las personas naturalmente, y gracias a eso, tiene la habilidad de catalizar múltiples procesos, para contar historias, para cuestionar directamente, para ayudar a construir identidades, y por supuesto, ¡para defender!

Nandy: El grafiti nació siendo público y siempre defenderá lo público. Es una forma de decir, "Aquí estoy y esto es lo que pienso", cuando todos los demás quieren callarse. El grafiti es resistencia. Es una forma de defender tu individualidad y colectividad.

Foto vía Vera

Bastardilla: Las calles son espacios en las ciudades en donde diferentes realidades tienen la oportunidad de encontrarse. Pero las calles se han despolitizado hace algunos años, por la gentrificación, los negocios. Muchos espacios son ahora usados solo para transitar, y no para encontrarse. Eso tiene que cambiar. El graffiti puede ayudar.

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¿Qué les gustaría ver en 2018 para las mujeres y minorías en Colombia?
Nandy: 2018 es otro año en el que seguiré luchando. Deseo con todo mi corazón que los índices de feminicidio disminuyan, y por qué no, hasta el punto que no te maten por ser mujer. También me gustaría más hermandad entre nosotras. Y en el campo artístico muchas pintas y más mujeres se animen a experimentar esta práctica artística.

Vera parada en la cima de su trabajo 'Allpa Mama'. (Foto vía Vera)

Vera: Quiero ver un mundo más libre, seguro y amoroso. Un mundo que nos permita hacer lo que amamos. En palabras, suena bastante utópico y simple. Pero la verdad es que ser una mujer significa que cualquier actividad requiere de doble motivación, deseo, esfuerzo y trabajo. Nuestros países son muy machistas y la construcción global es patriarcal, pero tengo esperanza porque más y más voces activas están preguntando, pidiendo derechos, sacando las voces de las mujeres, entonces hoy, hay más y más 'brujas' rebeldes levantándose. Siento que buenos tiempo vendrán, tiempos de despertarse, tiempos de abrazar la energía femenina que vive en todos y todo.

¿Quieres dejar tu marca? Graffiti Camp For Girls es un grupo que le da a las niñas una oportunidad creativa de mejorar sus técnicas de grafiti. Aprenderás el proceso y las habilidades para crear colaborativamente un mural basado en los temas que te importan. Mira más ejemplos del trabajo de Bastardilla, Nandy, y Vera a continuación.

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