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Opinion

Tres feministas le responden a Carolina Sanín

OPINIÓN | Un hombre trans, una mujer trans y una mujer cisgénero se tomaron un té y comentaron la última columna de la escritora en VICE Colombia, "El mundo sin mujeres". Este fue el resultado.

Tres feministas, dos del dogma trans (Matilda González y Niki Dupuis Vargas) y una mujer cisgénero (que no es trans: Andrea Parra), se reunieron para tomar el té y hablar de la última columna de Carolina Sanín en VICE, titulada "El mundo sin mujeres". Esto resultó de la conversación.

Niki: Debo confesar que, después de la rabia, no pude más que reírme con varios amigos, hombres trans, de las desafortunadas palabras de Sanín. No dejo de pensar que éste es un excelente material para el stand comedy que estoy escribiendo. Este tipo de artículos que hemos titulado "No soy Transfóbica, pero…" son declaraciones de personas neoliberales o de neoizquierda que tan sólo regurgitan neotransfobias a través de argumentos que realmente son sólo extraordinarios por su forma, pues su contenido es el mismo que se podría encontrar en cualquier página web de una iglesia cristiana de ultraderecha o en el Twitter del exprocurador. Más para reírse, porque como dijo Shakespeare, la única diferencia de la comedia y la tragedia es que la comedia es la tragedia del otro —o la otra—. Y sí, este artículo es una desafortunada tragedia.

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Andrea: Bueno, con los últimos comentarios en su página de Facebook, además de la columna, Sanín ya va en que hay "dogma trans", "secta trans", "culto trans", "rosca trans". La verdad es que no estaría mal fundar la iglesia trans para ver si por fin le entra plata al movimiento (Risas). Yo me pregunto, ¿será que alguna vez ella se ha cruzado con alguna persona trans? ¿Será que alguna vez se ha sentado a hablar con la mamá de un niño o una niña trans? O como buena intelectual, se limita a hablar de "lo trans" como un concepto teórico, "lo trans" como un instrumento del patriarcado, según ella. O bueno, "el dogma trans", como lo está acuñando. La verdad es que lo que me sobrepasa es la falta de curiosidad por lo que vive el otro.

Matilda: "Dogma trans" es una forma reencauchada de decir "ideología de género", y parece un primo hermano de "feminazi". Es una forma de descalificar los argumentos y de agruparnos en una suerte de turba enfurecida. Acuérdense que Sanín no es transfóbica, pero
Aunque su argumento es igualito al del bus del odio: "los niños nacen niños y las niñas nacen niñas".

Andrea: lo cierto es que "lo trans" son personas de carne y hueso con una experiencia de vida concreta. No son impostoras ni hombres que buscan aniquilar a las mujeres ni mujeres que buscan devengar privilegio masculino. Son una cantidad de niños y niñas expulsados de sus familias por decir que son trans, son una cantidad de personas cuya esperanza de vida en Latinoamérica no supera los 35 años, son personas que la ley ha clasificado como con un desorden psiquiátrico —como en su momento lo fue la histeria femenina—, son personas condenadas a penas mucho más altas que otras que no se identifican como trans y son un grupo que pone muchos cuerpos. No son un clan cuya función es amenazar la existencia de las mujeres. La verdad dudo que la vida de Sanín, o su pensamiento liberal, se hayan visto alguna vez afectados por la existencia de una persona trans.

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Niki: Lo que dice es biologicista, esencialista y genitalista, además de la evidente perspectiva binaria, esa que clasifica los cuerpos (humanos en este caso) entre macho y hembra. Es urgente que la docente revise textos que tienen ya varios años de publicación, como los de Fausto Sterling, porque su artículo se convierte en un peligroso discurso que legitima la discriminación y las cirugías no consentidas que buscan "normalizar" los cuerpos de las personas intersex y trans.

Matilda: Y esa perspectiva termina construyendo, legitimando y reproduciendo estereotipos de género. Un estereotipo es asumir que una persona, por el hecho de pertenecer a cierto grupo, cumple con ciertas características. Y un estereotipo de género es suponer que todos los miembros de un género cumplen con las mismas características. Por ejemplo, todas las mujeres, para ser consideradas mujeres, deben tener la capacidad de parir. Lo que hacen los estereotipos es crear un molde: una camisa de fuerza sobre la concepción de un grupo. Creer que un hombre no puede tener la característica de embarazarse es, por definición, un estereotipo de género.

Niki: El tinte esencialista del artículo me angustia. Si Sanín considera que un hombre trans que decide (o no*) utilizar sus ovarios y matriz para procrear es inevitablemente "mujer", lo que está diciendo es que la "esencia" de ser mujer es el uso del sistema reproductivo. Como hombre trans, heredero del feminismo, sus palabras me parecen aterradoras y patriarcales.

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Andrea: Sanín dice que porque tiene ovarios, tetas, útero, matriz y milenios de opresión patriarcal es mujer. ¿Pero eso qué quiere decir?, ¿que si a mí me extirpan el útero, o me da cáncer de seno o de ovarios y me los tienen que quitar, dejo de ser mujer? Lo que significa ser mujer se construye con lo que yo soy y con lo que la sociedad ha dicho de mí por milenios de opresión. Las personas trans tienen en común con las mujeres cis la opresión patriarcal. De hecho, lo que yo he visto en 15 años de activismo es que las alianzas entre el movimiento de mujeres y de personas trans pueden ser muy efectivas para desmantelar el patriarcado.

Lo cierto es que "lo trans" son personas de carne y hueso con una experiencia de vida concreta. No son impostoras ni hombres que buscan aniquilar a las mujeres ni mujeres que buscan devengar privilegio masculino.

Matilda: Además, las personas trans tienen una relación muy particular con los estereotipos: se nos imputa querer reproducir estereotipos de género y se nos castiga cuando no los reproducimos. Es frecuente que nos pregunten "¿por qué las mujeres trans se hiperfeminizan, se ponen tanto culo y tantas tetas?". También utilizan el estereotipo para cuestionar nuestra identidad:: "¿Lo hacen para llamar la atención o realmente se sienten mujeres?". También es recurrente escuchar este argumento para justificar que no tienen prejuicios: "Yo no soy transfóbico, pero no entiendo porque tienen que ser tan exageradas". Otras veces nos dicen que por qué no decimos que somos un tercer sexo, que afirmar que somos mujeres y hombres es otra forma de dejar intacta la concepción mala y dañina de que el mundo está dividido en dos sexos y que eso es reproducir estereotipos. Es decir, nos imputan una responsabilidad adicional que no tienen las personas que no son trans: acabar con los estereotipos de género en el mundo

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Andrea: Decir que está bien que los niños jueguen con muñecas y las niñas con carritos no significa que las personas trans vayan a dejar de existir. Por flexibilizar esos roles de género o ser más "liberales" en ese sentido, su existencia no se volverá innecesaria. Que las personas trans hayan existido desde hace siglos en múltiples sociedades, tal vez con diferentes nombres, es simplemente un hecho. Es un hecho que nos confronta con lo que hemos aprendido como "lo natural", "lo cierto", o "lo normal" sobre el género y que nos enseña sobre otras formas de opresión.

Matilda: Es que yo no le entiendo. Dice que "lo trans" es querer niñas vestidas de rosado y que eso es querer más patriarcado (por supuesto, una definición muy desinformada de nuestro activismo), pero tampoco le gusta cuando rompemos estereotipos de género porque nos convertimos en un peligro. Por ejemplo, a los hombres trans les dicen que por qué no cuestionan la forma tradicional de ser hombres y, al mismo tiempo, cuando deciden embarazarse, rompiendo el molde de lo que significa ser hombre y mujer, los satanizan como un peligro para la existencia de las mujeres. Los mensajes son contradictorios y discriminatorios: dan un trato desigual entre personas que son trans y personas cis. Todo el mundo reproduce estereotipos de género, trans o no, no es algo exclusivo de las personas trans. Es un prejuicio decir que las personas trans, por ser trans, reproducen estereotipos de género. A ver, las conejitas Playboy no son trans.

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Niki: En múltiples ocasiones, todas invisibilizadas, los hombres trans hemos sufrido como "castigo" diversas violencias sexuales por transgredir normas de género. Las mal conocidas como "violaciones correctivas", son acciones patriarcales que buscan "normalizarnos". A partir de estas violencias muchos hombres trans hemos quedado en estado de gestión. Parte de la responsabilidad, de prevenir los efectos de la violencia sexual, recae en que el sistema de salud sexual y reproductivo no tiene un enfoque diferencial que acerque los servicios, como la Interrupción Voluntaria de Embarazo —IVE—, a la población transmasculina. Es alarmante, que artículos como el de Sanín se puedan convertir en argumentos para perpetuar la falta de inclusión del enfoque diferencial en los Derechos Sexuales y Reproductivos de los hombres trans.

Matilda: Además, afirma que nuestras experiencias de vida y con la mera existencia de nuestras realidades estamos poniendo en peligro al mundo. En el caso de un hombre trans embarazado, a las mujeres. Soy una travesti peligrosa, pero no tanto.

Niki: Cualquiera que tenga una mirada interseccional (el cruce de varios sistemas de opresión como el racismo, el machismo, etc) se dará cuenta de que Sanín "mete la pata" en su argumento sobre su tesis sobre "el mundo sin mujeres". La tesis no me parece errónea, es más, yo comparto que existe un proyecto machista por "aniquilar las mujeres", desprotegiéndolas de cualquier posibilidad de acercamiento al poder. No obstante, tratar de argumentar una tesis que evidencia un sistema de opresión con otro sistema de opresión (como lo es la transfobia) es un desafortunado error. Explicar la misoginia utilizando como argumento al primo hermano de ésta (puesto que la transfobia es en sí misma una violencia a razón de género) es una metida de pata que expone el limitado análisis que hace de la violencia patriarcal.

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Lea también: El mundo sin mujeres, de Carolina Sanín.

Matilda: No es clara la relación causal entre el embarazo de un hombre y creer que el mundo va a estar mejor sin las mujeres. No entiendo por qué ver a un hombre trans feliz de estar embarazado amenaza la existencia de las mujeres o implica que las personas que nos alegramos con esas imágenes, necesariamente, creemos que las mujeres son indeseables. Me alegro al ver una mujer feliz con su embarazo y me emociona ver un hombre trans que está orgulloso de estar embarazado. No son afirmaciones excluyentes, no tienen por qué serlo. De hecho, cuando las dos historias sean igual de válidas en el mundo, el resultado es deseable desde el feminismo: un mundo con menos estereotipos de género. Aunque bueno, si Carolina conociera nuestras parejas "fusión", como les dice Niki a las relaciones de una mujer trans con un hombre trans, se explotaría de la ira y diría que somos un complot para acabar con todas las personas que no son trans. Sólo existiendo: !B U M! Se acaba el mundo cis.

Niki: La versión que tienen Sanín de las identidades trans es absolutamente médica, psiquiatrizada, patologizante y normalizadora. El interpretar que en un tránsito masculino, el "devenir ser", es la esterilización (forzada, en muchas ocasiones) invisibiliza lo que el movimiento trans ha proclamado por años a nivel internacional y es que las identidades y corporalidades trans son diversas en sí y la intervención corporal es sólo una de sus facetas. Muchos hombres trans nos autoidentificamos desde este lugar sin que ello signifique intervenir nuestro cuerpos con hormonas y cirugías, muchos otros reflexionan como la ciencia genera cierto tipo de presión sobre el sujeto trans para que "normalice" su cuerpo, llevándolo a un esterilización forzada, lo que se traduce en un evidente vulneración de sus derechos sexuales y derechos reproductivos. La identidad es el derecho soberano de autodeclararme como bien se venga en gana, es la percepción autónoma que tengo sobre mí mismo/a y no lo que tengo entre las piernas (o dentro de mi pelvis).

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Andrea: Reconocer que hay diferentes tipos de opresión entre mujeres y entre hombres no implica invalidar las experiencias de opresión que enfrentan las mujeres que no son trans. Las mujeres trans no enfrentan el mismo tipo de opresión que las mujeres cis, ni tienen las mismas experiencias de vida, ni de muerte. Hasta nos matan distinto. Los hombres trans no enfrentan el mismo tipo de opresión que los hombres cis, ni tienen las mismas experiencias de vida, ni de muerte. Pero lo que no podemos permitir es el determinismo biológico, ni psiquiátrico, ni médico.

Niki: Y un Posdata: Conociendo que Sanín es una "docente" de una universidad de élite colombiana, no puedo más que pensar que la lucha de las personas trans no es sólo por el acceso y la garantía de permanencia a la educación superior sino por "deconstruir" la educación. Si ésta (la Sanín) es formadora de profesionales, qué tipo de formación transfóbica se está instalando para aquellos (sobre todo ellos) que tomarán decisiones de poder en Colombia. (No obstante, cómo le agradezco a la vida no estar allí sino en la universidad del cuerpo y la calle, ninguna academia me dará tantos saberes respecto al género).

Matilda: Tampoco entiendo la finalidad de decir lo que se dice en ese artículo. ¿Cuál es la consecuencia? ¿Que no tengamos hijos, que no existamos, que no tengamos sexo, que nos esterilicen? ¿O simplemente le parecimos exóticos y chéveres para su ejemplo "innovador"? Seguro somos buen material para sus chistes llenos de creatividad, como los de Sábados Felices.

Andrea: Niki, no se te olvide invitarme a tu stand-up, ¡no me lo perdería por nada!

* Esta es una columna de opinión. Por tanto, no representa la posturas de VICE Media Inc.

Sigue a Mati acá: @matigonzalezgil

A Andrea la encuentras como @andreparrafo