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Salud

Estas eran las máquinas usadas para 'curar' la homosexualidad y la demencia

Con estos equipos eléctricos se trataban problemas médicos y se reprimía a la gente.

El auto-proclamado profesor loco de Nueva Zelanda, Boris van Galvin, tiene una colección de más de 30 máquinas de descargas eléctricas, que fueron usadas para curar todo tipo de dolores, desde molestias musculares hasta estreñimiento, cataratas, histeria y parásitos.

"Una de las unidades tiene un manual que dice que cura la muerte aparente", dice Boris, mientras desempaca una bolsa llena de cajas de cuero y madera. "Así que tú estás acostado en el piso aparentemente muerto y alguien te da un choque eléctrico y vuelves a la vida. No estoy seguro si era una versión temprana de un desfibrilador o alguien que estaba entrando en coma".

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Los dispositivos eran usados para curar todo, desde problemas en la piel hasta la demencia.

Su primer dispositivo de electroterapia le llegó por pura suerte, cuando un amigo le regaló lo que creía que era una radio de cristal. "La miré bien y resultó que era una unidad de electroterapia casera original, que se remontaba hasta 1902. Así que en vez de desvalijarla, decidí reconstruirla para hacerla funcionar. Así fue mi primera vez".

Boris comenzó a coleccionarlos, y empezó a hacer shows casi que de manera accidental, luego de llevar un equipo a una fiesta de disfraces. "Decidí irme disfrazado como el Profesor Chiflado. Llevé uno de los equipos y la gente me siguió la corriente, '¿Puedo probarla? Así que comencé a electrocutar a la gente'".

El Profesor Boris van Galvin tiene una colección de unas 30 máquinas de electroterapia que aún funcionan. 

La más vieja se remonta a principios de 1800: todas funcionan y a él le gusta mostrarlas. Coge una sonda en tu mano y te pica. Súbele el voltaje un poco y podrás sentir el pulso de la electricidad moviéndose debajo de tu piel bajo el ritmo de un metrónomo, mira cómo se contraen y se relajan tus músculos. No duele, pero no es nada cómodo, tampoco.

Alineados en una mesa, algunos dispositivos también guardan su propia historia de represión. Si hubieras pertenecido a un grupo históricamente marginado —LGBTI, dementes o mujeres— hay una fuerte probabilidad que, en algún punto, alguien te sugiriera usar la electricidad para ajustar el cerebro.

El dispositivo McIntosh fue diseñado para convertir gays.

En un caso, hay un gran aparato negro que fue usado para convertir gays. El voltaje de este, dice, es mucho mayor que los equipos médicos caseros tradicionales.

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"Es terrible pensar que esto fue usado en alguien", dice.

Muchas de las unidades fueron usadas para transformar las 'enfermedades mentales'.

"Cosas como la esquizofrenia, problemas de temperamento, cosas que conocemos como TDAH", dice Boris. "En ese entonces se les trataba con electroterapia: como, 'Oye, cálmate, ven te electrocuto para mejorar tu ira y tu temperamento".

Algunas de las máquinas de Boris se remontan hasta 1800. 

Uno de los manuales de las máquinas sugiere que tiene usos apropiados para la histeria, una condición psiquiátrica que se pensaba que solo afectaba a las mujeres —especialmente aquellas que no respondiera de manera correcta a las críticas de las convenciones sociales—.

"Ten cuidado y no le des al paciente ningún choque repentino", se lee. "Dale al paciente tratamiento general con corriente secundaria. En la mayoría de los casos la influencia sedativa de este tratamiento va a ser suficiente".

Al igual que con las corrientes viejas, la histeria también era tratada por los doctores con 'dispositivos de masajes', incluyendo el primer prototipo de vibradores.

El antiguo dispositivo de masaje era usado para tratar la histeria, y pudo haber sido un prototipo del vibrador.

Mientras la electricidad todavía se usa en la medicina actual, incluyéndose con algo de éxito en el tratamiento de los síntomas del Parkinson, fue alguna vez un instrumento contundente.

"El concepto original era juntar algunos electrodos hasta el santuario de alguien y prenderlo. La ciencia ha comenzado a mostrar que quizás había algo de credibilidad en las ideas generales. Pero también era muy amplio: pegarle a una persona con un martillo no sirve".

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"Una de las máquinas que tengo fue usada y diseñada para hacer conversiones terapéuticas, y es horrible escuchar que alguien tuvo que soportar eso. Tratar de arreglar algo que no está roto".

De pronto, irónicamente, los mismos dispositivos de electroterapia que fueron usados para tratar de borrar las diferencias sociales y sexuales, que ahora han sido adoptados por la comunidad kinky.

"Un amigo mío dijo: deberías ir a una de esas muestras fetichistas. Nunca había escuchado sobre eso, pero pensé que estaría bien".

Él fue con una máquina, y rápidamente se formó una línea de gente que quería recibir descargas eléctricas.

"Es un ambiente donde todos son aceptados e incluidos. En verdad me gustó la escena kinky, y me sorprendió lo abiertos y comprensibles que son ahí. Nadie te considera como un ser raro. Es muy agradable ver ese nivel de aceptación en un mundo difícil y duro".