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Arte libre y copyleft

​Desde los años 80's y más aún hoy en día, el copyleft emerge como alternativa legal al copyright. El surgimiento de licencias como las de creative commons y la nueva licencia ​artl​ibre nos lleva a asumir legalmente el remix. La cultura libre nos empuja a reconocer en las artes plásticas, así sea tímidamente, una naturaleza libre. Hasta nosotros mismos empezamos a vernos de manera diferente: ya no nos creemos del todo independientes. Mejor dicho: el concepto de independencia abre paso al concepto de "interdependencia" al reconocernos como seres conectados que dependemos los unos de los otros, ya no como intermediarios, si no como agentes en la red.

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Proyectos transdisciplinares, colaborativos y participativos son cada vez más comunes. Sin embargo, al contrario de lo que sucede en cine, música o literatura, encontrar proyectos con licencia abierta en el ambito de las artes plásticas y visuales es más difícil. Supongo que eso sea debido a la concepción del sistema del arte como circuito exclusivo, centrado en la venta de objetos artísticos y dependiente -en muchos casos- de instituciones públicas. Eso sin contar con la desidia de la mayoría de artistas a la hora de pensar la circulación de su obra y la licencia que debería ésta tener (si no se especifica nada, tiene automáticamente copyright).

Sin embargo, podría también pensarse que sencillamente a nadie le importa el tema por que no aplica en este campo de la cultura como sí aplica en otros. Al contrario de lo que sucede con cine, música y literatura, la copia de la obra visual tradicional (su imagen) se distribuye y se comparte sin ser la misma cosa que la obra. La copia de la obra sirve para su promoción mas no sustituye la 'original'. En otras palabras: La copia se comparte naturalmente por los medios de comunicación tenga o no copyright, al fin y al cabo, la obra en físico es la importante. En cambio, en las demás áreas de la cultura, la obra es algo que se promociona con imagenes pero éstas no son su copia. Compartir una copia de la obra cinematográfica, literaria o musical es, de hecho, compartir la obra. Aun así, el arte contemporáneo no se reduce a pintura, dibujo, fotografía y escultura. Es amplio y prolífico. Hay muchas más vertientes de las que uno piensa. En ese sentido, sí podemos encontrar manifestaciones en las aplica aquello de que la copia de la obra es la obra en sí: el videoarte, el arte sonoro y el net.art entre otras, son ejemplo de ello.

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Si los creadores son los que financian su trabajo y sus ingresos son además de aquellos resultantes de la venta de su obra original, los de distribución y circulación de su imagen, es entendible el temor a perder dinero (y por lo tanto la financiación de creaciones futuras) al dejar la licencia de todas sus obras hiper-abierta. Sin embargo, los beneficios del copyleft a nivel económico sí existen: pueden llamar al autor con base en sus proyectos libres para dictar charlas, talleres, participar en eventos, etc con remuneración monetaria real. De todas maneras, creo que un término medio puede llegar a ser buena idea: No todo tiene que tener copyright, no todo, copyleft. Ser coherente con el proceso de creación de algunas obras conllevará a dejarlas luego con licencia abierta y eso se hace natural en el medio digital.

Hablar de un cambio de mentalidad y un giro en la manera de entender la producción, circulación y consumo de la obra de arte produce mucha inseguridad. Nos lanza al vacío, a la fértil incertidumbre. Nos depara con la posibilidad de crear -de manera colectiva, colaborativa- un sistema alternativo. De pensarnos a nosotros mismos de manera distinta. ¿Qué tal que el artista además de hacer cosas, haga que cosas pasen? ¿Qué cosas podrían suceder?

Estamos en cuestiones de internet como estuvo el cine al empezar el siglo XX. Internet funciona con base en la copia de datos, por lo tanto los contenidos que están en formatos digitales y distribuidos por este medio son más propensos a ser remezclados. Precisamente porque los contenidos no son difíciles (o costosos) de copiar ni se consideran pertenencias, como sí pasa con los objetos físicos. Más bien es todo lo contrario.

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Internet se basa en la copia y ésta facilita obras derivadas. Pero no por ello han dejado de haber aproximaciones que piensen el copyleft desde el objeto único y en físico. Hay quienes estén explorando el tema hasta por ahí. Hay quienes roten una pintura a otros artistas para que estos les hagan modificaciones, como el frances ​Antoine Moreau, quién basa toda su practica en la firme creencia de una cultura (y arte) libre. En su proyecto "​Peinture de peintres", un cuadro es intervenido una y otra vez por personas diferentes, generando a cada intervención un certificado de autenticidad del objeto. Claro, el pobre lienzo al final ya no daba para más capas de pintura pero el ejercicio estuvo interesante.

Como insinué antes, dada su naturaleza, es más fácil encontrar proyectos abiertos cuyo medio sea internet. Un ejemplo que roza la literalidad del termino 'open source' es el portal ​UpStage de performance cibernético donde no solo la plataforma es open-source, sino también el contenido está licenciado con creative commons. Cumplieron este año 10 años de estar online. Cada año hacen un festival online donde participan artistas del mundo entero a punta de programación (al parecer en código python, cosa que explica la voz robótica de los performances y su estética en general). Todavía no hay artistas latinoamericanos participando, pero si alguien se anima, ahí le dejo el dato.

Acá un video que documenta los performances del UpStage Festival del 2008:

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Un proyecto de galería virtual que vale la pena citar aquí es ARCOTANGENTE (http://lagaleriadearcotangente.tumblr.com/) que surgió como oposición a la feria ARCO de Madrid. Toda las obras están licenciadas bajo creative commons y pueden descargarse.

Para los amantes de la imagen fotografica, hay ya varios grupos en Flickr donde encontrar buen material libre como por ejemplo:

"Gratis para uso comercial" donde además uno puede subir sus propias fotografías tras dejarlas con licencia abierta. Precisamente allí encontré una fotografía que se dejó con licencia abierta y se transformó, precisamente por eso, en la portada de álbum de un músico independiente.

Ejemplo de colaboración que se dio gracias a la licencia abierta. Foto de Marcel Minga usada con modificaciones para portada del albúm "meanwhile.in.texas" del músico italiano Angelo Guido.

Y sí, ya hay obras tridimensionales con licencia copy-left. Claro que para poder traerlas al plano material hay que tener acceso a una impresora 3D. Es el caso de la ​sesión de escultura del portal de modelos 3D libres Thingiverse, dónde se encuentran modelos para descargar en muchas otras categorías. Es tan copyleft, que incluso permite usos comerciales. Eso sí, después hay que compartir igual.

Algunos proyectos 3D para descargar en Thingiverse. 

Ponerle una licencia más abierta al contenido que se sube a internet es reconocer que éste tendrá una circulación y querer que esa circulación haga parte de la intención de la obra misma, es ampliar el alcance de lo creado. Hemos de reconocer nuestra cultura digital como basada en el remix, asumir su naturaleza apropiacionista e irreverente. Si uno quiere buscar material de licencia abierta, puede hacerlo por http://search.creativecommons.com y usarlo a sabiendas que sus autores asi lo quisieron. Luego, podemos en retribución, permitir con nuestra licencia que lo que hagamos pueda servir para el remix de alguien más.

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Ahora, ya para terminar, quiero dejarlos con una última reflexión. Hemos estado muy inclinados como sociedad a pensar el arte como conjunto de obras (sean estas de carácter objetual o no). Por otro lado, a medida que vivimos la historia del arte vemos que los mismos artistas se encargan de recordarnos que el arte ocurre, con o sin objetos intermediarios. Hoy, que el acceso a la información y las facilidades de comunicación nos pertenecen a la mayoría, podemos hacer del software libre una buena metáfora para eso. Un software puede considerarse libre si cumple con:

  • "La libertad de ejecutar el programa como se desea, con cualquier propósito (libertad 0).
  • La libertad de estudiar cómo funciona el programa, y cambiarlo para que haga lo que usted quiera (libertad 1). El acceso al código fuente es una condición necesaria para ello.
  • La libertad de redistribuir copias para ayudar a su prójimo (libertad 2).
  • La libertad de distribuir copias de sus versiones modificadas a terceros (libertad 3). Esto le permite ofrecer a toda la comunidad la oportunidad de beneficiarse de las modificaciones. El acceso al código fuente es una condición necesaria para ello."

Fuente: http://www.gnu.org/philosophy/free-sw.es.html

En nuestra discusión de siempre que parte de objetos hacía su desmaterialización, solo queda concluir que, al parecer, "Arte" al cumplir con las cuatro libertades acima descritas de manera metafórica no sólo tiene, si no que siempre ha tenido y siempre tendrá naturaleza open-source. Y que, por más libre que sea el arte en su esencia, estará siempre conectado con la sociedad humana que lo interpreta y reinterpreta, que lo profesionaliza y que - de ahí lo fascinante que es la alternativa copyleft - lo somete a sus leyes y mercados.

Links de interés y fuentes: