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El racismo amenaza con opacar la Copa América

Mientras todos esperamos el inicio de la Copa América, a algunos les preocupa que el racismo dañe la fiesta.

Fue uno de esos incidentes que no tiene lugar en el deporte. Un altercado en la cancha, seguido de una confrontación. Un jugador blanco que, poseído por la rabia, se dirige a un jugador negro del equipo rival y le lanza un epíteto racista.

Aunque parece un hecho calcado del incidente sucedido entre Luis Suárez y Patrice Evra en 2011, este sucedió hace tan solo un mes en Argentina, cuando Damián Perez, jugador del Arsenal de Sarandí de la Primera División Argentina llamó a su rival Jerry Bengtson de Belgrano de Córdoba "negro de mierda".

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Bengtson participó en el pasado Mundial con la selección de Honduras| Foto por PA Images

Sin embargo, a diferencia del incidente Suarez/Evra, el cual fue seguido por meses de cubrimiento y una sanción disciplinaria, Peréz se safó del problema con una tibia disculpa, mientras que Bengtson se llevó a casa una tarjeta amarilla.

Es este tipo de incidentes, que se han convertido en cosa de cada fin de semana en el fútbol latinoamericano, lo que ha llevado a muchos a temer que la Copa América que comienza hoy en Chile, pueda verse opacada por brotes xenofóbicos. El ente regulador del fútbol para la región, CONMEBOL, ya ha advertido que impondrá serias sanciones en caso de que ocurran incidentes de racismo.

Hay una vergonzosa cantidad de anécdotas que demuestran que estas preocupaciones no son infundadas.

Piensen, por ejemplo, en Jhoel Herrera del equipo peruano Real Garcilaso. El jugador llevó a su familia el día de la madre al estadio para ver el partido que su equipo disputó contra el Cienciano. Herrera fue sometido a 90 minutos de abuso racial que fue totalmente ignorado por el árbitro. Tras el partido, el jugador ponía su cara más valiente durante una entrevista televisada, solamente para percatarse de que su madre estaba siendo agredida físicamente por aficionados racistas del Cienciano a un costado de la cancha. El video de Herrera abortando la entrevista para ir a defender a su madre es suficiente para que cualquier fanático del fútbol se sienta avergonzado.

Cualquiera que haya estado en un partido de la primera división del fútbol colombiano sabe que, en la tribuna, la expresión "negro hijueputa " se oye muchas veces más que la palabras gol, fútbol o pase. Sin embargo, hasta ahora la Dimayor solo ha sancionado al Deportivo Pasto y a Cortuluá, dos equipos pequeños, que solo tuvieron que pagar multas de 11 y 6 millones respectivamente.

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Sin embargo, el racismo no está confinado a los estadios de América Latina. También se ha colado en los círculos de 'especialistas' del deporte en casos como el del narrador argentino Alberto Raimundi, quien no vio ningún problema en llamar "negro de mierda" al colombiano Teófilo Gutiérrez durante una transmisión en vivo. El racismo incluso ha llegado a los círculos de la política, donde el 'crack' brasilero Ronaldinho fue llamado "simio" por un político mexicano durante el año pasado.

Vale la pena anotar que este no es un fenómeno nuevo. Según el Dr. Rory Miller, profesor de la Universidad de Liverpool y autor de Fútbol en América: Fútbol, Futebol, Soccer, "(el racismo) siempre ha estado ahí, aún cuando su naturaleza ha variado de país en país. En Brasil, la rivalidad entre Flamengo y Fluminense durante los años 20 se basaba principalmente en diferencias raciales, particularmente en la decisión del Flamengo de incluir a jugadores negros y mestizos en su plantilla. La aceptación de jugadores negros en la selección nacional fue un proceso que tomó un largo rato en Brasil y, aún después de ganarse su lugar, eran culpados a menudo por los fracasos de Brasil en los mundiales antes de que el equipo ganara su primera Copa Mundial en 1958. En Perú, la rivalidad histórica entre Universitario y Alianza Lima ha estado basada en diferencias de raza y clase. En Colombia el clásico vallecaucano entre el América, tradicionalmente asociado con los sectores negros y populares de Cali, y el Deportivo Cali, fundado por estudiantes que volvían de Europa con el nombre Cali Football Club, ilustra a la perfección esta rivalidad.

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Sin embargo, la ola de incidentes racistas de los últimos años podría tener su explicación en un cambio en las actitudes raciales en América Latina. "Creo que lo importante es la forma en la que ha cambiado la manera de pensar acerca de la raza en Sudamérica", le dijo el Dr. Miller a VICE. Antes de los noventa, nunca fue un tema de, literalmente, negros y blancos, como lo fue en Estados Unidos donde eras una cosa o la otra. El mestizaje era visto como un tema complejo y lo que podría ser visto como un término racista, en otro contexto podía llegar a ser una expresión de afecto. Así, en Perú, 'cholo' podía ser un término despectivo cuando una persona blanca y adinerada lo usaba para referirse a un indígena que vivía en Lima, pero en el caso de un fanático que se refería al ídolo del fútbol peruano Hugo Sotil como 'cholo', la palabra connotaba afecto y admiración. La manera en que la sociedad ve a indígenas y afros ha cambiado en la medida que movimientos políticos y de protesta han crecido en torno a estas identidades".

Otros, sin embargo, señalan la falta de liderazgo de las autoridades. La senadora chilena Lily Pérez ha escrito una carta abierta dirigida a la presidenta de su país en la que expone sus preocupaciones acerca de la falta de acción por parte del gobierno chileno.

"Es lamentable que no solo sea el técnico de la selección el que tiene dolores de cabeza por la Copa América", afirma Pérez. "El gobierno también se está enfrentando a una situación muy complicada y no necesariamente me refiero a los atrasos en materia de infraestructura, sino a su rotundo fracaso a la hora de formular una campaña efectiva en contra de un problema que azota las cancha de fútbol a diario: el racismo y la incitación al odio".

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La senadora Pérez está haciendo campaña para pedirle al gobierno un mayor esfuerzo para prevenir el abuso racial y se encuentra preocupada por las escasas medidas tomadas por el gobierno chileno para lidiar con este asunto.

"A pocas semanas de iniciarse el torneo, el gobierno ha brillado por su ausencia. Se han preocupado más por la silletería que por desarrollar campañas educativas y preventivas acerca de la incitación al odio por prejuicios raciales. Tanto Brasil, con su Copa Mundial, como los países europeos y sus competiciones, invierten tiempo, dinero y, sobre todo, liderazgo a la hora de buscar una solución para este problema y han obtenido excelentes resultados". Pérez usó un incidente sucedido en Chile a finales del año pasado para resaltar la importancia de su petición: el caso de Emilio Rentería, un jugador Venezolano que tuvo que abandonar una cancha chilena entre lágrimas tras haber sido víctima de sucesivos abusos racistas por parte de la hinchada rival.

"Como autora de un proyecto que alude al racismo y la incitación al odio en todas sus formas, me gustaría invitar al gobierno a dirigir sus esfuerzos hacia este tema, pues debe recordarse que el fútbol es una fiesta de todos", continuó la senadora.

Queda claro que el fracaso de Chile para idear un plan efectivo para lidiar con el abuso racial es una preocupación que comparte la CONMEBOL. Dicha institución ha expresado su preocupación ante los discretos esfuerzos que ha hecho la nación anfitriona por poner a andar una campaña contra el racismo. Juan Ángel Napout, presidente de la confederación, le recordó a los chilenos que "existen sanciones muy fuertes… Tenemos procedimientos disciplinarios muy claros y vamos a implementarlos de lleno si ocurre algún incidente xenofóbico durante la copa".

El fútbol necesita que este sea un torneo libre de controversias. Con el fiasco de la FIFA aún fresco en la memoria de los fanáticos, sería una terrible desilusión que nuestra atención durante la copa se desviara hacia un nuevo caso de abuso racial.