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Vice Blog

Un actor de "Sumas y restas" demandó a Víctor Gaviria por plagio en su última película

Fabio Restrepo dice que Gaviria sacó la historia de su libro "Verdugo de verdugos".

Fabio Restrepo interpretó a Gerardo en "Sumas y restas". Foto: Proimágenes.

A finales del siglo pasado, Fabio Restrepo manejaba un taxi por las calles empinadas de Medellín. En sus cuadernos acostumbraba escribir historias urbanas, sobre todo las de su hermano, Fámel, quien se había convertido en un justiciero por mano propia en el barrio popular número 2 de esa ciudad. A finales de los noventa, un conocido de Fabio le sugirió mostrarle esas historias al cineasta Víctor Gaviria, famoso por haber dirigido dos hitos del cine nacional: La vendedora de rosas y Rodrigo D.

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Fabio recuerda que se conocieron y le mostró las historias que había escrito. Entre ellas, dice, hubo una que a Víctor le llamó especialmente la atención: la de una mujer que vivió siete años secuestrada por quien de puertas hacia afuera parecía su esposo, un hombre que la sometió y la violentó de mil formas, al nivel de violarla y obligarla a tener sus hijos. Víctor se mostró dispuesto a investigar más sobre esos personajes. Fabio dice que lo llevó al barrio para que conociera a la mujer y los presentó.

Aunque, en una entrevista reciente, Víctor le dijo a VICE Colombia que la historia no lo enganchó del todo la primera vez, al final se vio cautivado "por lo que representaba El Animal (como era conocido el secuestrador) para la mujer: una pesadilla de abuso sin nombre". Se conmovió a tal punto que, le dijo al periodista Juan Pablo López, por fin, después de muchos años, convirtió la historia en película

La mujer del animal se presentará en la selección oficial del Festival de Cine de Toronto este mes.

Fabio, sin embargo, dice no haber estado al tanto de los planes de Víctor desde muchos años atrás. Para él la idea de llevar al Animal al cine había quedado archivada desde que, a principios de la década pasada, Víctor le dijo que no había presupuesto para hacerla. Por esa época, el cineasta se enfocó en la que sería su tercera película, Sumas y restas (2004), donde Fabio interpreta a Gerardo, el coprotagonista de la historia, un traqueto paisa en ascenso.

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"Yo quedé muy sorprendido —dice Fabio— cuando, una vez en Cartagena, como en 2012, me encontré con Víctor y él me presentó a un hombre llamado Vladimir, que era su productor, y con él era que había hablado para hacer la película de la historia que yo le había contado. Pero a mí Víctor nunca me había mencionado. Vladimir no sabía ni quién era yo. Yo a Víctor lo llevé durante cinco años a conocer esas historias, a mi barrio, porque él allá no conocía nada: yo le mostré todo, pero luego él no me reconoció eso".

Hace 15 años, Fabio había enviado sus cuadernos de historias a una convocatoria para publicar un libro. No ganó, pero el escritor Juan José Hoyos, que había sido jurado del concurso, le propuso mandar esos manuscritos a la editorial Planeta. A raíz de eso, en 2002 se publicó el libro Verdugo de verdugos, que reúne alrededor de 20 historias de violencia barrial, entre ellas la del Animal.

Lea también: Víctor Gaviria habla de drogas, guerra, Medellín y cine

"Yo no sé por qué ahora Víctor dice en entrevistas que a él se le apareció una mujer y le contó su historia. Yo le digo dónde se le apareció: en las páginas de mi libro. Cuando la gente lo lea se va a dar cuenta de dónde sale el personaje", dice el actor, que desde hace meses inició una campaña en redes para explicar sus argumentos sobre el supuesto plagio del que habría sido víctima.

El fin de semana pasado, Semana publicó una entrevista a Gaviria. Allí se lee que "cuando leyó Verdugo de verdugos, un libro de Fabio Restrepo, (Víctor) se propuso narrar la historia de su protagonista: un hombre que iba de barrio en barrio en Medellín haciendo justicia por su propia mano […] pero este proyecto murió cuando repentinamente apareció una mujer que durante 20 minutos le contó que, en 1975, un hombre la raptó luego de darle burundanga, la llevó a una finca donde la violó y después la regresó a su casa, donde la mantuvo cautiva casi siete años". Lo que en la entrevista de Semana se describe como "repentino", para Fabio no es más que una excusa para evitar decir que ese personaje es suyo y que él mismo lo acompañó en la preproducción de la historia.

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Según él, el Animal en su libro se llama Tarzán.

Tarzán era el más adulto del combo. Se mantenía sin camisa mostrando su físico porque sabía que todos se lo admirábamos. Era alto, de espalda ancha y pecho prominente. Tenía brazos musculosos. Por su buen aspecto parecía una persona confiable. Era simpático y formal. Sabía robar. No era grosero pero sí capaz de matar. Era el menos odiado de los ladrones, pero su mujer le tenía miedo. Tarzán le pegaba como por deporte. Se aprovechaba del pánico que ella tenía. Para Tarzán, ella no era su mujer: era un juguete que aguantaba todos sus estados de ánimo, era una víctima. Se le notaba cuando la abrazaba afuera de la casa. Los ojos de ella parecían alerta a sus constantes cambios de genio, aunque su sonrisa tratara de ocultar la tormenta que soportaba.

Juan Esteban Caro, abogado de Fabio, explica que tuvieron acceso a una versión del guion de la película, y a partir de ahí lo compararon con la historia publicada en Verdugo de verdugos. "Hicimos un cotejo entre la obra literaria y el guion y encontramos que sí existía una similitud y sí se podía configurar el plagio", dice. Esas pruebas, agrega, por ahora son reservadas y están siendo revisadas por peritos del Instituto Caro y Cuervo.

A finales del año pasado, la oficina de abogados de Caro, en nombre de Fabio, citó a una audiencia de conciliación, pero la parte de Víctor Gaviria decidió no conciliar. El siguiente paso fue demandar ante la Dirección Nacional de Derechos de Autor, que, en aras de descongestionar la justicia y por especialidad en la materia, adquirió derechos de juez. La demanda se radicó por infracción al derecho patrimonial y moral de autor: por no incluirlo en los créditos, por reproducir comercialmente la obra, por modificarla. Caro explica que el plagio en que habría incurrido Gaviria con su película se conoce como plagio inteligente, que quiere decir, básicamente, que Víctor cambió los nombres, situaciones de modo y tiempo, pero la matriz de la obra sigue siendo la misma.

La demanda fue admitida y se encuentran en proceso de notificarle a los acusados. Fabio envió hace poco un comunicado al Festival de Cine de Toronto para explicar la situación, aunque aclaró que aún no hay un fallo que determine quién tiene razón. Caro espera que ese fallo se produzca aproximadamente en enero. Gaviria, por su parte, estrenará La mujer del animal este jueves en Canadá.

Tratamos de contactar a Víctor Gaviria por teléfono y por WhatsApp, pero no hemos tenido respuesta. Black Velvet, la productora encargada de la distribución de la película, nos dijo que por ahora no se darían entrevistas.

Para conocer lo que nos contó el cineasta sobre la macabra historia de su más reciente película, lea esta entrevista:

Hablamos con Víctor Gaviria sobre 'La mujer del animal', su nueva película