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Música

Nostalgia Noisey: El último concierto de Gustavo Cerati

En un nuevo aniversario de su impensada despedida, recordamos los acordes finales de la leyenda en el estadio de la Universidad Simón Bolívar en Caracas.

Foto por Basilio Briceño. Creative Commons.

El 15 de mayo del 2010, Cerati cerraba en Venezuela el tramo de su gira Fuerza Natural por Latinoamérica y Estados Unidos. Desde noviembre del año anterior andaba presentando el que sería su último disco por auditorios a lo largo del continente, un trabajo con el que le apostó al folk, la música raizal, el poder espiritual de lo acústico y con el que abría un nuevo capítulo tras un disco basado en la aceleración y las guitarras eléctricas como lo fue su antecesor, Ahí Vamos. En ese entonces, hace siete años, era un rockstar de 50 años o de "SinCuenta" -como decía de burla cuando le preguntaban sobre su edad- y en vez de acomplejarse, estaba convencido de que era el momento para iniciar una nueva juventud, de tomarse la vida menos en serio, de armar una fiesta gigante y romperlo todo.

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Era un artista "viejo zorro" realizado, con un sentimiento de absoluta libertad artística, que incluso llegó a decir antes de comenzar la gira que "Si yo me retirara ahora, en este momento, que no creo que sea muy factible, pero supongamos que sí, me iría contento por Fuerza Natural". Aquella famosa frase que soltó de la nada durante la grabación del EPK promocional del disco y que hoy en día se cita en todos lados como "premonitoria", simplemente reflejaba el estado de ánimo de un icono que se sentía más que cómodo con el lugar que ocupaba en el mundo antes de partir.

Ese fatídico 15 de mayo en el estadio de la Universidad Simón Bolívar de Caracas, aquel Cerati renovado pero que llevaba a sus espaldas el agotamiento después de sus andares por Bogotá y Medellín, se montaba al escenario una vez más junto a su banda y sus dos colaboradores de toda la vida: Richard Coleman y Leandro Fresco. Llevaba entre manos una guitarra Les Paul negra -utilizó nueve distintas a lo largo del concierto- y el uniforme de la gira que se basaba en un antifaz negro y una chaqueta con adornos metálicos acompañada de una correa de círculos -ambas inspiradas en prendas icónicas de Jimi Hendrix y Jim Morrison-.

Como en todos los toques de esa gira y apenas se apagaron las luces del recinto, Cerati abrió con el punteo mántrico de "Fuerza Natural", iniciando un bloque de canciones donde tocaría la mitad de su último disco siguiendo con "Magia", "Deja Vu", "Desastre", "Amor sin rodeos", "Tracción a sangre" y "Cactus". Luego vendría un recorrido de máximo una canción por discos como Bocanada, Siempre es Hoy y Ahí Vamos -e incluso tocó "Tratame Suavemente" de Soda- hasta que, celebrando que era el fin de la gira por Latinoamérica, se cambió a su vestuario blanco y anunció sentado en una banca y con un cigarrillo en la mano, que iba a tocar "A Merced" de Amor Amarillo -su primer disco como solista que nunca se presentó en vivo- por primera vez en un concierto.

"Está divina la noche. Es sábado. Esto sigue, se divide en dos y ahora viene otra cosa. Temas de Ricardo Montaner (risas)… no, sin animo de ofender a nadie, apenas me sé mis temas", fueron sus palabras antes de comenzar ese momento inédito. En esa segunda parte del concierto que siguió, hizo otro barrido por su discografía con temas como "Pulsar", "Te llevo para que me lleves", "Marea de Venus" del Colores Santos, "Vivo", "La excepción" y "Crimen". Una faena completa de tracks obligados del universo ceratiano que se ejecutaron perfectos y en donde no se vio al argentino pasando por algún tipo de dolor a excepción de un momento en el que se agarra el rostro por un momento en medio de "Vivo" para luego seguir tocando como si nada.

Para terminar y luego de presentar a toda la banda, Cerati terminaría esas casi dos horas de concierto con la última canción que tocó en su vida: "Lago en el cielo". Ese tema que en alguna ocasión él mismo definió como "un tema esperanzador desde el punto de vista anímico, emocional, en cuanto al amor y en cuanto a lo que uno espera" ,fue su despedida de los escenarios y lo supo rematar con un solo de guitarra de virtuoso absoluto, uno de sus sellos personales. Cuando la terminó de tocar fue con los brazos en alto y aplaudiendo. Acababa de ganar otra lucha en el round, lastimosamente no habrían otras.

Mira el concierto completo aquí abajo.