Pintamos los Montes de María con cuatro grafiteros bogotanos
Aguaviva pinta el mural 'Unidxs' en la vereda San Isidro. Foto: Mateo Rueda | VICE Colombia

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arte urbano

Pintamos los Montes de María con cuatro grafiteros bogotanos

VICE acompañó al proyecto Usted Mismo, que invitó a la región a Toxicómano, MAL Crew y Aguaviva, para generar un relato común entre lo urbano y lo rural.

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Durante mucho tiempo, los Montes de María, en Bolívar, fueron el epicentro de la violencia producto del conflicto armado en la región.

En una ocasión, por poner un ejemplo, el paramilitarismo arrasó una vereda completa a su paso. Allí, en esa zona declarada hace diez años como “roja”, el colectivo Usted Mismo inauguró el proyecto Montes de Alegría, una iniciativa de socios anónimos que busca promover la acción política y el empoderamiento a través del arte, la pintura, la escritura y la fotografía. En esta ocasión, para el proyecto en Montes de María, reunió y envió a los artistas urbanos Toxicómano y Aguaviva y al colectivo MAL Crew.

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Hasta hace muy poco, los actos de Usted Mismo estaban centrados en Bogotá: talleres de escritura, blogs de fotografía, proyectos especiales con diversos artistas, como 'El avivato', una iniciativa que buscaba generar conciencia respecto a prácticas corruptas de los ciudadanos, normalizadas en la sociedad.

Todo se desarrolló en Bogotá hasta que a mediados de 2016 un amigo de la casa los contactó para echarles el cuento de que un líder social de la región había sido “encarcelado injustamente”. Su nombre, Jorge Montes.

La historia de por qué se pide justicia en su caso es de vieja data. De acuerdo con el portal Verdad Abierta, Montes fue detenido el nueve de septiembre de 2013, después de recibir unos “panfletos amenazantes en contra de sus actividades como coordinador del Movimiento Pacífico”, así como por la labor de líder que ejercía en el Carmen de Bolívar. Entonces, dice el portal. Fue acusado de pertenecer al frente treinta y cinco de la guerrilla de las Farc y capturado tras haber iniciado un proceso de reconciliación entre dos corregimientos: Macayepo, de influencia paramilitar, y Alta Montaña, de presencia guerrillera.


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El caso, según información extraída de la plataforma Colombia 2020, del diario El Espectador, se resolvió hasta marzo de 2017. Luego de que un juzgado penal especializado en Cartagena condenó a Montes “a treinta y nueve años de prisión por homicidio en persona protegida, secuestro, desplazamiento forzado”, recobró su libertad y firmó un acta de compromiso para “comparecer ante la Justicia Especial para la Paz, pero (…) en calidad de inocente”. Aunque el movimiento político Farc hoy dice que él nunca formó parte de la organización, la justicia ordinaria declaró lo contrario.

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Su caso hoy espera un fallo de la Jurisdicción Especial para la Paz (JEP), pero la historia le sirvió de punto de partida a Usted Mismo para llevar su repertorio de acciones a los Montes de María, un lugar, me dirían ellos después, en que las masacres ocurridas empobrecieron y destruyeron a una comunidad que hoy busca la tranquilidad.

A través del muralismo, el dibujo, la escritura, la música y el baile, el colectivo buscó una comunicación entre la ciudad y el campo. Hubo dos pasos para ejecutar lo anterior. El primero se centró en la ciudad. Montaron un videobeam en una bicicleta para proyectar imágenes de los Montes de María en zonas concurridas de la ciudad e hicieron un mural con todas las anticipaciones del viaje a la región. Simultáneamente, el proyecto en Bogotá era mostrado a los habitantes de los Montes.

El logo de Usted Mismo tatuado en la pierna de uno de sus integrantes del colectivo. Foto: Mateo Rueda | VICE Colombia

La comunidad, a su vez, vio el material de lo que sucedía en la capital y lo recibió con buena actitud. Días después, una comitiva de dieciocho personas provenientes de Bogotá, Cartagena y Libertad se reunió en los Montes de María para llevar el diálogo entre campo y ciudad —a través de formas de arte como el graffiti, la pintura o la escritura— a una nueva etapa presencial.

En cinco días visitamos cuatro veredas: San Isidro, Macayepo, Caracolí y Raizal. Y VICE fue testigo de todo.

En cada población fueron intervenidos algunos muros con la comunidad y también se dictaron talleres de género, escritura y dibujo. Cada actividad tenía un responsable a cargo que se encargaba de sensibilizar a los participantes y, así mismo, de llevar un acta de la actividad.

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Tomé fotos durante todo el proceso. Aquí las tienen.

A pie y en jeep. Así llegó el grupo a cada área a dictar los distintos talleres y realizar las intervenciones. Foto: Mateo Rueda | VICE Colombia

Los encargados de los talleres de música eran tres jóvenes provenientes de Libertad. Utilizaban el género musical del bullerengue como herramienta de resistencia y memoria de sus ancestros. Foto: Mateo Rueda | VICE Colombia

Los tambores y las maracas no solo sirvieron para dictar los talleres de música, sino también para ambientar los cinco días en los Montes de María. Foto: Mateo Rueda | VICE Colombia

La mayoría de los asistentes a los talleres eran niños. Foto: Mateo Rueda | VICE Colombia

Uno de los niños de la vereda Raizal pinta el diseño puesto previamente por el grafitero bogotano Toxicómano Callejero. Foto: Mateo Rueda | VICE Colombia

Los cuatros grafiteros se reunían previamente a discutir el diseño que querían dejar en cada zona. Este mural está en la escuela de la vereda Raizal. Foto: Mateo Rueda | VICE Colombia

Foto: Mateo Rueda | VICE Colombia

Estos eran los avisos que se encontraban en las paredes antes de la intervención. Foto: Mateo Rueda | VICE Colombia

Los niños de cada vereda fueron participantes activos. Foto: Mateo Rueda | VICE Colombia

Uno de los murales en los que participaron los cuatro grafiteros y la comunidad quedó en una casa abandonada al lado del centro de salud en la vereda Caracolí. Foto: Mateo Rueda | VICE Colombia

El mural casi listo. Foto: Mateo Rueda | VICE Colombia

Un niño observa a uno de los miembros del colectivo de grafiti MAL Crew mientras termina un mural en la vereda de Caracolí. Foto: Mateo Rueda | VICE Colombia

"Nosotros de rumba mientras el mundo se derrumba". Este es uno de los murales realizados en la vereda Caracolí. Quedó pintado en un estadero de la zona. Foto: Mateo Rueda | VICE Colombia

El bullerengue protagonizó las fiestas de cada noche. Los locales se reunían a presenciar la visita y la cultura alrededor de este ritmo de antaño. Foto: Mateo Rueda | VICE Colombia

Foto: Mateo Rueda | VICE Colombia